Después de 23 días de bloqueos en Bolivia, los seguidores de Evo Morales decidieron realizar una pausa y levantar la medida de presión por 72 horas.
“Vamos a hacer una pausa con vigilia y vamos a levantar momentáneamente los bloqueos”, anunció en conferencia de prensa el dirigente campesino Humberto Claros. Explicó que las bases sociales no están de acuerdo con suspender la protesta pero que asumen la pausa “por humanidad”.
“Ninguna organización quiere cuarto intermedio y lo digo con mucho dolor. Mis hermanos que están en las calles no quieren cuarto intermedio, sabemos que están heridos, que están sufriendo hambre y frío en los cerros donde están acorralados por policías y militares”, dijo.
La noche del martes, Morales intentó tomar distancia por segunda vez de los bloqueos al pedir un “cuarto intermedio” a la espera de sostener una reunión con el Gobierno. El viernes, el ex presidente ya había pedido a las organizaciones sociales que se replieguen pero éstas mantuvieron al menos 15 piquetes, la mayoría en el departamento de Cochabamba.
La medida de presión inició el 14 de octubre en defensa del líder cocalero que enfrenta una acusación penal por trata de personas y estupro, por la que puede ser aprehendido por la Justicia. Posteriormente las demandas fueron mutando y se sumaron cuestiones económicas y políticas, como resolver la falta de dólares y validar un congreso del Movimiento Al Socialismo (MAS) que ratificó el liderazgo de Morales y lo proclamó candidato a las elecciones presidenciales de 2025.
El Gobierno había condicionado el diálogo a que se suspenda la medida de presión y los temas a tratar se limiten a las competencias del Órgano Ejecutivo, con lo que la cuestión judicial y electoral que interesan a Morales quedarían fuera de debate.
Las organizaciones sociales también buscan mostrar que toman distancia del líder cocalero. Claros manifestó que la movilización nació “por el hambre y la falta de combustible” y afirmó: “esta lucha es por nosotros mismos, entiéndase bien”. Sin embargo, contrariamente a lo que exigen, la protesta profundizó la crisis económica, generó el incremento de precio de algunos productos y agudizó la escasez de combustible al dejar varadas cisternas cargadas de diésel y gasolina en medio de las carreteras.
Hasta el fin de semana, el Gobierno había cuantificado 2.109 millones de perdida en los diferentes rubros de la economía, principalmente en sectores productivos y de transporte.
La mayor afectación se da en la provisión de combustible que venía enfrentando dificultades desde hace varios meses debido a la baja producción local y las crecientes complicaciones de importación debido a la falta de dólares. A ese escenario se ha sumado la alteración en la logística de distribución que no solo ha derivado en la creación de filas de hasta cuatro horas en las estaciones de servicio, sino que pone en riesgo la producción agrícola por la imposibilidad de utilizar maquinaria para la siembra, según han indicado los sectores agropecuarios.
En los 24 días que duró la movilización, llegaron a instalarse 23 puntos de bloqueo al mismo tiempo, la mayoría en el departamento de Cochabamba con lo que el tránsito entre el oriente y occidente del país quedaba interrumpido. Este miércoles, antes del anuncio del dirigente, la Administradora Boliviana de Carreteras reportaba la existencia de 13 piquetes.
En el ínterin el ex presidente denunció un intento de asesinato deliberado por parte del Gobierno de Luis Arce, luego de que los vehículos en los que se transportaba fueran perseguidos y baleados. Arce, en un primer momento, negó cualquier vinculación con este hecho y pidió que se investiguen los hechos. Sin embargo, al día siguiente, su ministro de Gobierno (Seguridad) Eduardo Del Castillo, informó que se trató de un operativo policial ante la negativa de Morales de detenerse en un control carretero de rutina, en el que habría atropellado a un agente y disparado contra los policías.
Durante la protesta, se realizaron algunos operativos policiales -y luego también militares- para levantar los piquetes, pero en varios encontraron resistencia y los bloqueadores se enfrentaron a la fuerza del Estado con palos, piedras y explosivos. A la fecha, según el Ministerio de Justicia, al menos 150 personas fueron aprehendidas durante los operativos de desbloqueo de carreteras.
La manifestación se dio en medio de la disputa entre el presidente Luis Arce y su antiguo jefe y mentor, por el control del partido y la candidatura del próximo año. Con la suspensión de la medida de presión y repliegue de las organizaciones sociales afines a Morales, el juego por el poder vuelve a barajar sus cartas en una partida que aún no llega a su fin.
Fuente: Infobae