Los españoles nadamos en el fango, del que la Moncloa es la gran fábrica. Nunca antes habíamos asistido a semejante lodazal, rodeados de traidores, incompetentes y corruptos al mando de la nave de España, que cada vez se parece más al Titanic.
El capitán, el rey y jefe del Estado, ni está ni se le espera, y desde 2018 lleva el mando y el timón el primer oficial, aunque podría ser más bien un simple botarate, Pedro Sánchez.
Chapoteamos en el fango, intentando sobrevivir, aunque cada día es más difícil.
¿Se imaginan ustedes una nación que se respete a sí misma, con el fiscal general investigado…?
¿Y con la esposa y el hermano del presidente del Gobierno, también investigados?
¿Y con un exministro, y secretario de organización del PSOE, en idéntica situación…?
Pues aquí no pasa nada. Y si pasa, no importa.
Nadie es cesado. Nadie dimite, nadie se siente responsable de nada.
No me refiero a las responsabilidades penales, que llevan su tiempo, sino a las responsabilidades políticas.
Dominada ya, desde 2018, la Fiscalía General, que se ha convertido en la Fiscalía General del régimen sanchista, hay un último refugio donde se proyecta la razón y el Derecho, el Poder Judicial.
Se ha emprendido una cruzada, por tierra, mar y aire, es decir por las telebasuras subvencionadas, las radios, los diarios de papel, y hasta algunos digitales, contra los jueces en España, tanto individualmente como en conjunto.
Lo curioso del caso es que quienes más les atacan son personas con océanos de ignorancia jurídica, legos, no juristas, ni siquiera leguleyos, politólogos, sociólogos, psicólogos, y hasta algunas meretrices y putos, en la acepción tradicional de estos términos.
Dicen que el ignorante entiende que posee todo el conocimiento, y que su propia ignorancia es la medida de todas las cosas…
Seguramente es así, a juzgar por las ocurrencias, chorradas y mendacidades que sueltan esta colección de vividores del cuento, que desconocen la legislación, la jurisprudencia, y los principios generales del Derecho, en fin, todo.
Cuando enciendo la telebasura, y veo alguno de esos programas, tengo que apagar rápidamente el aparato, porque me pongo, literalmente, enfermo.
¿Y pensar que hay millones de españoles que se alimentan, mentalmente, con semejantes detritus y deposiciones…?
Y que sus “botos”, con “b” de borregos, valen lo mismo que los de las personas sensatas, que, sencillamente, piensan.
Gibraltar ha doblado su extensión y ha pasado de 4 kilómetros cuadrados, cuando se cedió, en 1713, con Felipe V, a más de 8 kilómetros cuadrados, robados a España, con la ocupación –con gravas y escombros procedentes de nuestra Patria, dicho sea de paso-, de las aguas territoriales españolas, con otro Borbón, Felipe VI…, pero eso al gobierno no le importa. Y al rey tampoco, por lo visto.
La asistencia sanitaria está en decadencia, y no por la incompetencia de los profesionales, que están muy preparados, sino por la avalancha de consumidores libres de cargas, es decir esos ocho o diez millones de extranjeros, no cotizantes ni contribuyentes, a los que regalamos nuestra asistencia sanitaria…, en detrimento de nuestros propios derechos.
La inseguridad reina en nuestras calles, y cada día es más peligroso salir a la calle.
Y no me refiero a la circulación rodada por las aceras, bicicletas, patinetes, etc., que también, sino a la cantidad de mangantes que, a punta de navaja, y hasta de machete, te exigen el “impuesto revolucionario” para su manutención y vicios, drogas, alcohol, etc.
¡Gracias, Pedro Sánchez y su banda, por expoliarnos, y de qué manera, todos los derechos que creíamos ya consolidados!
Derecho a la seguridad, pública y privada, a la asistencia sanitaria, a una fiscalía que vele por nuestros derechos, a un poder judicial, libre e independiente, a la defensa de los legítimos derechos e intereses de España frente a las potencias extranjeras, etc.
Una treintena de jueces tiene causas abiertas contra la banda sanchista… ¡pero la “culpa” es de ellos, no de los innumerables delitos cometidos por el régimen que dirige Pedro Sánchez!
Increíble, pero cierto.
¿Qué España vamos a dejar a nuestros hijos y nietos, e incluso para nosotros mismos, en la recta final de nuestras vidas…?
Fuente: PanamPost