Bachelet, la portaaviones de la izquierda chilena para las elecciones municipales

La expresidente de Chile, Michelle Bachelet, está dispuesta a empujar con su nombre, figura y espaldarazo a los candidatos del oficialismo para las elecciones regionales y municipales del próximo 26 y 27 de octubre. Para ello, no perderá el tiempo. Ya convocó a los abanderados del progresismo austral a una sesión de fotografía.

Servir de portaaviones para la contienda es un rol que defiende con el argumento de querer “colaborar”. Bachelet se anticipó. Envió a los candidatos un mensaje para invitarlos a retratarse con ella en la víspera del inicio del periodo de propaganda, el cual comienza este 28 de agosto a través de prensa, radioemisoras y activismo en la vía pública con banderas y pancartas.

El mensaje fue emitido por su equipo de comunicaciones después de que las toldas oficialistas solicitaran tomarse una foto con Bachelet durante el lanzamiento, hace un mes, de su manual titulado “Herramientas para la gestión local: propuestas de acción desde la centro-izquierda y el progresismo”.

De acuerdo con La Tercera, la sesión con al menos 600 candidatos está pautada para el 2 de septiembre. Para entonces, Bachelet aterrizaría en Santiago procedente de Brasil.

Las imágenes estarían listas para circular a partir del 26 de septiembre, fecha en la cual inicia periodo de propaganda electoral en lugares públicos como plazas, parques y demás espacios autorizados para la instalación de carteles, afiches o letreros.

Sin pasos en falso
Bachelet cuida su capital político en estas municipales como la única mujer en arribar a La Moneda. El título lo cosechó durante dos periodos presidenciales (2006-2010, 2014-2018). Si bien hace seis años dejó al Palacio de Gobierno, la posibilidad de una tercera vez en el cargo refleja la sequía de liderazgos en el sector que representa.

Ella hasta ahora distrae las consultas sobre su futuro político. Su entorno parece hermético pero, en el fondo, la prudencia de sus aliados al hablar sobre su reaparición para los comicios de octubre sólo levanta expectativas ante una eventual vuelta al terreno electoral en 2025.

La exmandataria cuida sus pasos. Sobre todo cuando sobre ella pesan las críticas a su segundo mandato y el apoyo a la fallida constituyente de hace dos años que lideró la izquierda. Las apariciones en medios han sido acotadas.

Sin embargo, la falta de exposición tiende a detonar especulaciones de una estrategia detrás de ello, sobre todo cuando su nombre genera unidad en una izquierda debilitada y en constantes divisiones, especialmente desde que Gabriel Boric asumió el mando del país, en marzo de 2022.

El actual jefe de Estado la convoca cada tanto para consultas. No es sorpresa, cuando la propia Bachelet confirma que “está tóxico el ambiente político”. La izquierda chilena puertas adentro es dinamita, considerando que la alianza entre Apruebo Dignidad y el Socialismo Democrático, con la cual se logró evitar el triunfo del candidato republicano, José Antonio Kast en la elección presidencial e intentar crear un bloque postestallido, fracasó.

La falta de coincidencias políticas y hasta programática propiciaron que el sector compita entre sí en siete de las 16 de regiones del país donde se elegirán gobernadores.  No hubo acuerdo.

Un paño caliente
La participación de Bachelet en la campaña de las municipales y regionales matiza los enfrentamientos y contiene las grietas internas de la izquierda. ¿Lo logrará hasta la contienda comicial? El pesimismo, al respecto, reina.

Las pugnas entre comunistas, frenteamplistas y exconcertacionistas -coalición opositora a Augusto Pinochet- persisten y agravan con el pasar de los días por las diferencias en el abordaje de temas críticos como la inseguridad, economía y migración en el país.

El panorama complica a la exmandataria el rol de pacificadora si se tiene en cuenta que la cohesión que puede generar es superficial. Quizá esta realidad tiene al gobernador metropolitano, Claudio Orrego y la ministra de Interior, Carolina Tohá, soñando con ser su revelo en una carrera presidencial cuyos pronósticos aplastan en este momento a cualquier ficha progre que resuene como tabla de salvación.

Fuente: PanamPost