Transformación sostenible: el futuro de la ganadería en América Latina y el Caribe

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Los días 5 y 6 de noviembre se realizó la 1ra Conferencia Regional para la Transformación Sostenible de la Ganadería en América Latina y el Caribe, organizada por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Es la primera conferencia de este estilo hecha a nivel regional, luego de la primera conferencia global llevada a cabo en septiembre de 2023, en Roma, donde la FAO tiene sus oficinas centrales.

A través de un comunicado de prensa, la FAO señaló que hay que “lograr una mejor producción a través de la transformación sostenible de la ganadería, actividad de la que depende económicamente el 64,5% de la población rural en América Latina y el Caribe”.

Participaron representantes de los 33 países latinoamericanos y caribeños para abordar la demanda creciente de productos cárnicos, que aumentará en un 20% para 2050, pero teniendo en cuenta la sostenibilidad y buscando la transformación sostenible de la Ganadería. Entre las personalidades destacadas, formaron parte de la Conferencia el Presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, los ministros de Uruguay de Ambiente, Robert Bouvier, la ministra de Economía y Finanzas, Azucena Arbeleche, el ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Fernando Mattos y el Subdirector General de FAO, Mario Lubetkin.

Infobae entrevistó a Mario Lubetkin, que además de Subdirector General, es el Representante Regional para América Latina y el Caribe de la FAO. Lubetkin es un periodista uruguayo, especializado en comunicación internacional sobre el desarrollo sostenible. Fue director general de la agencia IPS de 2002 a 2014, y consultor de alto nivel para organizaciones en América Latina, la Unión Europea y los Estados Unidos. Se unió a la FAO en 2014, en 2017 fue nombrado Subdirector General y es el Representante Regional desde agosto de 2022.

—¿Cuáles son los principales desafíos que enfrenta la ganadería en la región para ser sostenible?

—Bueno, digamos, desafíos son muchos. Yo quisiera resumirlos apenas en tres patas: primero, la ganadería tiene que tener su capacidad de desarrollo económico; segundo, tiene que tener la capacidad de desarrollo económico con inclusión social; tercero, tiene que ser a de desarrollo con equilibrios ambientales. Eso ha sido parte de la polémica que se ha llevado adelante por muchos años y yo creo que hoy estamos en otra etapa completamente diferente, tanto en el análisis como en la búsqueda de caminos y de soluciones para que los temas ganaderos no solo puedan potenciarse desde el punto de vista económico, puedan ser un elemento que incorporen y ayuden al escenario social y que a su vez se encuentren en un fuerte equilibrio ambiental.

—Haciendo referencia a lo que dice del equilibrio ambiental: ¿qué medidas se están considerando para proteger la biodiversidad y los ecosistemas en áreas ganaderas?

—Yo te diría que hay proyectos y experiencias de todo tipo en la región. Nosotros monitoreamos de una u otra manera cerca de 33 proyectos que hay en la región sobre este tema. Algunos han ido mejor, a otros no le ha ido tan bien como nos imaginábamos, pero yo creo que el primer punto es tratar el tema, no esconderlo, no pensar de que no existe ni tampoco afrontarlo esquemáticamente entre buenos y malos, porque esta historia no es de buenos y malos. Esta historia es de resolver un tema que los números marcan algo absolutamente fundamental que América Latina y el Caribe poseen el 28% del hato ganadero mundial, que produce el 23% de carne vacuna, que produce el 21% de carne de aves. Y todo esto con una población del 8,5% de la población mundial. Por lo tanto, son temas muy sensibles.

Desde ese punto de vista no hay una solución, sino un conjunto de soluciones que van desde la propia capacidad del manejo de la tierra, de la semilla, del agua, de las inversiones económicas. Como se decía hoy en la apertura de esta Conferencia, va de la mano con la resolución de la ganadería sostenible de toda la política ambiental. En alguna entrevista señalaba de que por un lado fue muy positivo que la apertura de esta mañana participaran ministros (de la República del Uruguay) de diferentes sectores: Agricultura, Economía, Ambiente.

Me estaban contando un proyecto en Uruguay que lo apoyamos nosotros (FAO) y es entre el Ministerio de Ganadería y Agricultura de este país y un organismo financiador que se llama Ganadería Climática Inteligente, donde tomando áreas específicas ha logrado mejorar la producción y reducir un 28% de las emisiones de gases de efecto invernadero sin afectar los servicios ecosistémicos.

Tú sabes que en América Latina hay 41 millones de personas que pasan hambre. Aún así, es la única región que en los últimos dos años ha reducido el número de personas con hambre. Eso a nivel general no ha pasado en otros continentes. Estamos hablando de unos 4 millones y medio de personas que dejaron de pasar hambre. No quiere decir nada, porque de verdad, ponerle un número frío una cara de alguien que empieza a comer todos los días es algo que nos tiene que dar felicidad a nosotros.

¿Pero de dónde viene ese empuje positivo? Básicamente, de América del Sur y México, que son productores alimentarios naturales, que aun después del COVID han llevado adelante la capacidad de resolver esta situación o afrontarla de una mejor manera. A pesar de esto, nos encontramos con un escenario centroamericano donde los efectos de cambio climático han destrozado todas esas inversiones que se han hecho y ahí no ha habido crecimiento. El cambio climático aumenta el nivel de hambre en porcentajes importantes.

Yo te diría el hecho de que haya unos 15 ministros y viceministros participando en forma híbrida o física aquí desde Punta del Este, Uruguay, es una señal muy fuerte. No me recuerdo eventos con tantos participantes en una conferencia aquí en Uruguay. Sin duda es la señal de que hay preocupación y que hay mucho interés en conectar y buscar una solución.

—Teniendo en cuenta los datos y estadísticas que mencionó, ¿cómo puede la ganadería sostenible contribuir a la seguridad alimentaria en la región?

—Es clave por el rol que que toda la parte ganadera tiene en el escenario de carne, leche, huevos y podríamos seguir. Piensa que el 15% de la producción mundial alimenticia está expresada por carne, huevos, leche, etcétera. El solo hecho de que si tuviéramos la capacidad de algo simplísimo, como poder darle un vaso de leche a todos los chicos en América Latina y el Caribe sería un cambio bien importante. Tú sabes que uno de los proyectos que tiene mayor éxito en la región son los comedores escolares. Es el mecanismo por el cual estamos garantizando que el chico desde edad muy temprana empiece a estudiar, tenga la panza llena de mañana cuando va a estudiar, y tú sabes que eso es clave para la unidad de razonamiento y para que los mensajes penetren. Y eso va de la mano con el desarrollo de la zona donde está el centro escolar y eso va de la mano con los niveles de producción de microproducción o de producción del pequeño agricultor.

Hay que pensar de que según lo que dicen nuestros técnicos, para el 2050 va a aumentar un 20% la producción, es decir, mayor desarrollo económico. Por eso van todos estos elementos, van todos de la mano. Uno de los pecados que tiene este mundo que es hablar mucho, no ser tangibles. Estamos obligados a ser tangibles y resolver y mostrar lo concreto y con experiencias positivas. Es lo que llamamos de una de las claves de la transformación de los sistemas agroalimentarios.

Uno de los debates que hay acá adentro es sobre el agua. Bien sabemos que con el cambio climático hay un problema severo y tenemos que tener la capacidad de estar preparados y no simplemente esperar que la madre naturaleza, que nos puso en una posición extraordinaria los latinoamericanos, sea quien nos salve la vida. Eso no existe más, no existe más. Es un cambio cultural para todos nosotros.

Cuando hablamos de la transformación de los sistemas agroalimentarios, estamos hablando de semillas, de la tierra, del manejo de agua, del pequeño productor, del apoyo económico al pequeño productor, del comercio exterior, del desarrollo de la zona. Piensa que a nivel global hay una pérdida de 400 mil millones de dólares. Si logramos la reducción de las pérdidas que tienen que ver con la producción (carreteras, falta de uso de fríos, supermercados, vecimientos), si logramos que esa cadena mejore y se reduzca 30 o 40%, significa un nuevo nivel de producción alimentaria, donde el tema ganadero, con todos sus derivados, es fundamental. Sobre todo para algunos países donde el 20 o 30% de la propia economía depende de esa realidad. Es un juego de articulación de cosas que son posibles pero que hay que saberlas afrontar con seriedad, no por aproximación, sino con datos duros, con técnicos y con experiencias ya realizadas para no partir siempre de cero.

      Conferencia Regional para la Transformación Sostenible de la Ganadería en América Latina y el Caribe (FAO)
—¿Qué influencia tiene la innovación tecnológica actualmente en la transformación sostenible de la ganadería y en la lucha contra el cambio climático?

—Yo creo que la innovación y el desarrollo tecnológico son absolutamente fundamentales. Esto tiene que ver también con el recambio generacional. Mira, será un escenario de casualidad, pero justamente mañana de noche daré una conferencia magistral ante mil jóvenes innovadores en una red de universidades del centro sur de América Latina. Eso es una señal. Está claro que los temas son cada vez más complejos.

Mira, el presidente de Uruguay, cuando terminó su intervención dijo: “Si no pensamos en esto con una continuidad larga a 10, 15 años, no vamos a haber entendido”. Esto no es de coyuntura; coyuntura puede ser resolverle a los productores rurales que tienen un cataclismo climático. La sostenibilidad son políticas que tienen que irse construyendo, inclusive con diferentes presidentes, inclusive con diferentes gobiernos, inclusive con diferentes parlamentos, en el rol que tiene cada uno de ellos. No es una responsabilidad únicamente de los gobiernos. Hoy hay otros actores que tienen que jugar muy fuerte y jugar la sociedad civil. Hoy lo tienen que afrontar con el sector privado, que no lo tiene que ver como un elemento de pérdida o simplemente de solidaridad, sino es parte del propio negocio, porque hoy se trata de producir, de producir bienes.

En FAO decimos seguridad alimentaria y nutricional: comer y comer bien. Eso puede significar un repensamiento de la industria alimentaria dentro del marco de ganancia. Allí está la redistribución interna de las empresas: quien ofrece mayor calidad será quien tendrá mayor capacidad de venta, y quien ofrece menor calidad tendrá menor ganancia. Esos aspectos lo único que hacen es mejorarnos en el ámbito de la calidad del producto. Por lo tanto, la capacidad de innovación y desarrollo tecnológico reduce parte de lo que hubiera sido los niveles de inversión vistos con otra mentalidad. Y desde ese punto de vista, otro gran actor tiene que ser la academia. Tiene que jugar de una manera muy superior a como juega hasta ahora, pero no con la responsabilidad central, con la responsabilidad junto a los otros actores.

—¿Qué estrategias propone la FAO para alcanzar esta seguridad alimentaria y nutricional que usted menciona?

—Principalmente, tratar todos estos temas en su conjunto y no en forma aislada. No podemos hacer una conferencia sobre ganadería sostenible sin pensar en el rol de la seguridad alimentaria. No podemos hacer una conferencia sobre ganadería sostenible sin pensar en sus efectos ambientales, que es el aspecto más importante en todo este debate sobre el tema. No lo podemos hacer sin pensar en los escenarios educativos. Cómo formamos a la sociedad para que se enlace a este proceso que nos estamos planteando y así podríamos seguir. Hay que sumar componentes, y sobre todo, abrir un diálogo de nuevo tipo para que no se detenga el desarrollo económico.

Si la ganadería representa el 40% del producto bruto interno de un país agrícola, estamos hablando de 1.8 billones de dólares y que genera el 12% de emisiones de gases. Está claro que que la palabra sostenible es fundamental para encontrar esos equilibrios, pero reitero, no tiene que ser visto solamente como una componente de concientización, que hay que tenerla, pero también tiene que ser visto desde el punto de vista económico y del propio desarrollo de país.

Sostenibilidad no es simplemente la sostenibilidad para generar un equilibrio social, ambiental, es también generar un avance del punto de vista económico. En fin, están todas los componentes. No hay un sólo componente, es el conjunto con el cual yo espero y veo y estoy escuchando que están planteando con profundidad este tipo de debates, que esperemos mañana tenga algunas conclusiones importantes. No se trata de centenares de conclusiones, sino cuatro o cinco que ayuden a orientar las políticas públicas de los países, que eso es fundamental.

—En cuanto a este debate, ¿cómo pueden los pequeños y medianos productores beneficiarse de las de las prácticas de ganadería sostenible y si enfrentan desventajas en el corto plazo?

—Por supuesto que lo enfrentan por las propias dificultades, porque son los más afectados. Cuando hay alguna crisis ambiental pueden destrozar toda la producción, pueden inclusive reducirse a niveles de pobreza que son difíciles a veces de recuperar en la política de los países. La primera cosa clave es la capacidad de los pequeños y medianos productores de actuar en forma conjunta, no solamente en una lógica de enfrentamiento, sino ha de ir en función de estos temas, de su capacidad organizativa, en muchos casos, su capacidad organizativa como cooperativa, porque el mercado es para ellos. Naturalmente, el Estado lo tiene que sustentar.

Mañana inauguro la reunión de los países del Mercosur, de los agricultores familiares que se reúnen regularmente y que van a tratar esto sobre todo en el marco de la década de la agricultura familiar, ya se cumplió la mitad del período de los diez años, ya se llegó al 5.º año y para que tengan una capacidad de inserción completamente diferente. Eso está planteado ahí. Tiene que ver los niveles de inversión económica, de apoyo económico a las familias productoras, a la apertura de mercados interiores en las regiones propias, de mercados exteriores, y para eso la necesidad de que ellos se formen en cooperativas, que sumen capacidades y calidades para poder afrontar mercados externos y no solamente los mercados locales que apoyen todo el tema que es la calidad del producto.

Porque sin alejarme de tu pregunta, hay un gran tema donde el pequeño agricultor tiene que ayudar mucho y tiene ciertas garantías, que es un nuevo fenómeno que hay en relación a la seguridad alimentaria, que es el tema de la obesidad. Ese punto de vista del agricultor familiar es un manejo de la tierra, sin duda puede dar una contribución importante. Por lo tanto, lo que quiero decirte es que cada elemento que vemos está concatenado con otros y tiene que ser visto en su colectivo, pero que tiene que tener su desarrollo propio. Ese es el desafío. Antes para nosotros todo se limitaba a garantizar el plato de comida. Pero el plato de comida hoy llega después de todo este proceso y tiene que tener la garantía de este proceso y por eso nosotros pegamos a la FAO el concepto de seguridad alimentaria y nutricional, porque es la única forma que podemos afrontar todo esto, donde el tema del cambio climático no estaba puesto. Ahora está puesto con mucho esfuerzo.

—Aprovechando que hizo mención del Mercosur: ¿cuál cree usted que puede ser el impacto del Acuerdo del Mercosur con la Unión Europea en la transformación de la ganadería sostenible?

—Bueno, ese es un desafío para el Mercosur, para América Latina en el ámbito comercial, para los europeos, porque el debate no está solo de este lado, está también del otro lado sobre las mismas capacidades y exigencias que ellos mismo se pueden plantear a sus propios agricultores, porque no pueden tener dos políticas una para este lado y otra para el otro lado. Yo creo que es un desafío muy grande. Creo que también va a darse otros debates en el marco de la propia Unión Europea con el nuevo equipo gubernamental de la Unión Europea.

Pero sin duda se abre un capítulo importante de exigencia de nuevo tipo también para los países productores. Varios de estos están en el Mercosur. Yo digo que no es un capítulo cerrado. Como habrás visto, se están postergando decisiones y es parte de un debate que corresponde a nosotros, que también incide en los africanos. Y el cielo social tiene que yo creo que incide en los propios europeos a que van a estar en una reflexión de nuevo tipo, porque también los niveles de exigencia para ellos son muy fuertes y hay mucha resistencia también en Europa.

—Por último, para cerrar, le quería preguntar: ¿qué significa la presencia del presidente de Uruguay y los distintos ministros y cuál es la expectativa de impacto de la conferencia en la política agrícola de los países que participan de la misma?

—Para empezar hay un dato importante: es la primera conferencia de este tipo. Les recuerdo, nosotros hicimos la primera conferencia global en septiembre en Roma, y ahí surgió empezar con las conferencias regionales sobre ganadería sostenible. Uruguay tomó el liderazgo. Después se harán en los próximos años en las otras regiones. Destaco la posición de Uruguay de haber solicitado ser sede de esta primera conferencia a nivel regional después de la Conferencia Global. Desde ese punto de vista, la presencia del Presidente de la República y de varios ministros tiene una dimensión muy importante. Pero yo quiero destacar los numerosos ministros que han venido, porque es un tema de enorme sensibilidad.

Habrá que ver cuáles son los desafíos que se plantean y qué respuestas o soluciones se pueden dar.

Fuente: Infobae

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