Las diferencias entre el kirchnerismo y Milei ante el éxito de la selección argentina

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Medalla

Argentina ha mutado mucho en el último tiempo, sobre todo en lo político y en lo económico. Ahora, para fortuna de la ciudadanía, un aspecto que no cambia es el éxito de la selección nacional, que ha ganado todo lo que ha jugado desde que la dirige técnicamente Lionel Scaloni.

En el último mundial de Catar, las celebraciones del campeonato quedaron en medio de un debate político, con un kirchnerismo desesperado por aprovechar para hacer propaganda la copa que finalmente pudo alzar Lio Messi. Apenas Argentina convirtió el último penal ante Francia, el entonces presidente Alberto Fernández hizo de todo para tener su foto con los jugadores. Decretó otro insólito feriado nacional para los festejos y mandó a sus interlocutores a pasar un mensaje inequívoco al corazón de la AFA: los jugadores tenían que llevarle el trofeo o al menos recibirlo en el predio de Ezeiza.

Mientras el equipo campeón llegaba al país desde Catar, los periodistas más informados confirmaban la presión que estaba teniendo lugar por esas horas. El que había quedado en el medio de los dos fuegos era el titular de la misma AFA, Claudio “Chiqui” Tapia. El gobierno le había dejado bien en claro a su socio que Messi, Scaloni y compañía debían posar con Fernández, pero el equipo se puso firme y se negó.

La politización extrema que hizo el kirchnerismo del asunto hizo que Alberto se convierta en el primer mandatario en no poder recibir a una selección campeona del mundo. Tal era la desesperación por la foto, para tratar de utilizar el evento deportivo políticamente, que hasta habían preparado unas insólitas medallas para los jugadores, firmadas por el mismo Fernández y Sergio Massa, por entonces ministro de Economía, pero que luego se convertiría en el candidato a presidente del peronismo. ¿Qué tenían que hacer esas dos firmas en ese paupérrimo “reconocimiento” innecesario? Todavía esta es una pregunta que no tiene respuesta.

Finalmente, la mayoría de la ciudadanía, que ya estaba bastante harta del gobierno anterior (como evidenció en las urnas meses después) celebró que los jugadores no hayan ido a la Casa Rosada y que no hayan dejado entrar a Fernández al predio de Ezeiza.

Ante la victoria por 1 a 0 ante Colombia en la final y la obtención de una nueva Copa América, la atención recayó sobre el actual presidente, Javier Milei. Sobre todo, luego del papelón de Fernández y Massa, que presionaron al plantel para tratar de subirse a un logro que no les correspondía.

Esta mañana, en medio de los festejos en todo el país, Milei atendió a la prensa y celebró la obtención del nuevo campeonato de la selección nacional. Consideró que los jugadores son “verdaderos titanes” y que Argentina es el país “más ganador de de la historia del fútbol”.

Sin embargo, no pretendió “subirse” al acontecimiento y dejó bien en claro dos cosas, entre ellas que el logro es de los jugadores y que ellos son libres de llevar el trofeo al balcón de la Casa Rosada. Sin presiones ni reclamos:

“Sí, me encantaría recibirlos, pero es decisión de ellos. El respeto a la decisión de ellos, a la decisión que tomen. Y si ellos consideran que quieren usar el balcón, les doy el uso del balcón. Si estarían dispuestos a recibirme para saludarlos, para mí también sería un placer. Pero esto es una decisión que tienen que tomar ellos porque es un triunfo de ellos, es el premio al logro de ellos”.
Definitivamente, un cambio de época. En lo político, claro. En lo deportivo, que siga todo como hasta ahora por algunos años más. Al menos, hasta el próximo mundial.

Fuente: PanamPost

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