"La Covid-19 ha aumentado el poder de la UE en el mundo"
Reportaje a Anu Bradford, profesora en la facultad de Derecho de la Universidad de Columbia (Nueva York)
ACTUALIDAD - POLÍTICA XAVIER MAS DE XAXÀSEl pasado mes de enero, Anu Bradford, profesora en la facultad de Derecho de la Universidad de Columbia (Nueva York), publicó el ensayo The Brussels Effect. How the European Union rules the World (Oxford University Press). El efecto Bruselas. Cómo la Unión Europea gobierna el mundo. La idea central es que “la UE tiene la capacidad de fijar las reglas de la economía mundial”. Es verdad que no tiene un ejército ni una posición diplomática unificada, pero a su juicio posee algo mucho más importante, el mercado único más grande del mundo, y es gracias a él que impone cambios en muchos países que benefician a cientos de millones de personas
Bradford escribió su ensayo antes de la pandemia y hemos querido preguntarle si, un año después, este liderazgo mundial se ha mantenido o no. La entrevista fue por videoconferencia y la hemos editado para facilitar su lectura.
¿La Covid-19 ha dañado la influencia mundial de la UE?
Todo lo contrario. La Covid-19 ha aumentado el poder de la UE en el mundo. La pandemia no ha acabado con la globalización como muchos expertos predijeron. Las compañías siguen comprometidas con los mercados globales. Aunque estén adaptando sus cadenas de producción, no se han replegado en sus mercados nacionales.
¿Y cómo beneficia esto a la UE?
Porque mientras las empresas quieran producir y vender sus productos a escala global, habrá una tendencia hacia la uniformidad regulatoria. Está muy claro que las empresas internacionales adoptan la regulación europea porque es la más estricta y la que abre más mercados. La UE marca así las normas de la economía mundial y configura el mundo de acuerdo con sus valores.
Habla usted de un poder tecnocrático que determina cómo se fabrica un coche en Corea, cómo se talan los bosques en Indonesia, cómo se cultiva en Nebraska y cómo se gestionan las grandes empresas tecnológicas.
Sí y por eso el efecto Bruselas es tan resistente a los contratiempos políticos. Aunque haya una crisis sanitaria de grandes dimensiones, aunque haya una crisis económica que golpee al núcleo de la UE, los burócratas siguen sentándose en sus escritorios cada día para producir regulaciones que se aplican en todo el mundo. En los últimos días se han anunciado, por ejemplo, regulaciones muy importantes sobre el mercado digital.
La pandemia no ha frenado la maquinaria reguladora de Bruselas.
No. La maquinaria ha seguido funcionando porque tiene una dinámica propia. Fíjese que durante la pandemia el poder regulatorio de la UE, su capacidad de gestión, no ha disminuido sino todo lo contrario. En contra de lo que pudo parecer, los estados no han recuperado competencias. Al contrario. Los poderes de la Unión crecen.
La pandemia es una oportunidad para avanzar hacia más integración.
El fondo de recuperación es un claro ejemplo. Rescatará las economías a cambio de unas políticas determinadas.
¿Qué será lo próximo que veremos?
La integración de la sanidad pública. Hay indicios de que la UE avanza hacia una unión sanitaria.
"La UE avanza hacia la unión sanitaria"
El Brexit reducirá el mercado único, que usted identifica como fuente principal del poder europeo en el mundo.
Lamento muchísimo el Brexit. Es verdad que será muy costoso para la UE pero aún lo será más para el Reino Unido. La UE pierde a un gran defensor del mercado único y también pierde capacidad regulatoria porque la contribución de los británicos ha sido considerable. Pero el Brexit no perjudicará al efecto Bruselas, será el efecto Bruselas el que perjudicará al Brexit.
¿Cómo?
Las empresas británicas dependen del acceso al mercado único. Representa más del 45% de sus exportaciones. Para acceder a él deberán seguir cumpliendo con las normas de Bruselas.
La soberanía regulatoria es una ilusión.
Sí. El Reino Unido deberá asumir las normativas comunitarias sin poder influir en su redacción. Ha perdido poder sobre las regulaciones que condicionarán su economía. Los países que están a favor de una mayor regulación, como Francia y Alemania, tendrán más campo libre para imponer sus criterios.
“El Brexit no perjudicará al 'efecto Bruselas', será el 'efecto Bruselas' el que perjudicará al Brexit”
Además de Europa, China también tiene una gran capacidad reguladora. Intenta imponer sus criterios sobre la red 5G a muchos países europeos.
Cierto, y me preocupa mucho. Este año hemos visto una tendencia muy clara de China para imponer sus intereses en la economía digital, pero ha de pasar más tiempo para que el efecto Bruselas sea sustituido por el efecto Pekín. China no está capacitada para extender sus regulaciones por el mundo como hace la UE.
Construye redes 5G que implican un gran poder de influencia.
A Bradford le preocupa que China exporte sus normas y su autoritarismo a través de las redes 5G
Sí, me preocupa que China pueda exportar sus normas a través de las infraestructuras 5G. Mientras la visión europea a la hora de regular la economía digital está muy centrada en el individuo, con valores democráticos muy claros, la visión china es autoritaria, y las compañías chinas que construyen estas infraestructuras están vinculadas al Partido Comunista Chino.
Estas empresas, como Huawei, tienen buenos clientes en Europa.
Hay un escepticismo creciente hacia Huawei pero falta trabajo por hacer. Hay estados con lazos muy fuertes con China, lo que resta coherencia a la postura de la UE. Es necesaria una posición común más clara.
China también tiene buenos aliados en los organismos internacionales.
Es muy hábil exportando sus normas a través de organismos como la Unión Internacional de Telecomunicaciones, donde la UE y EE.UU. no tienen tanta influencia.
¿Cómo deberían Estados Unidos y la UE responder a este reto?
Han de trabajar juntos y creo que con Joe Biden será más fácil porque él es un verdadero atlantista. Comparte la preocupación europea sobre el autoritarismo digital chino.
China ofrece tecnología digital a muchos países en desarrollo.
Porque EE.UU. y la UE no les han ofrecido una alternativa. Deberían hacerlo. Decirles que China no tiene por qué construir sus infraestructuras tecnológicas. Que pueden confiar en la capacidad tecnológica de Washington y en la capacidad reguladora de Bruselas para no depender de China.
EE.UU. y China disponen de un poder fuerte para imponer sus intereses que la UE adolece.
Creo que el concepto de poder fuerte es confuso. Entiendo que se hable de él en el actual contexto geopolítico, pero es muy difícil de llevar a la práctica. La UE no es ni será un poder militar. Ni siquiera es un poder geopolítico. Si intenta utilizar el efecto Bruselas con fines geopolíticos no le funcionará.
La pandemia ha puesto de relieve en la UE la necesidad de adquirir más autonomía en sectores estratégicos.
De acuerdo, pero esta autonomía estratégica no ha de servir para que la UE disponga de un ejército propio sino para que desarrolle sus propias capacidades, invirtiendo en inteligencia artificial, en investigación y desarrollo.
Muchas veces parece que la UE duda de sus propias capacidades.
Debería sacudirse este complejo pero también ser consciente de que puede hacer mucho más. Debería completar la integración en un mercado digital único para desarrollar todo su potencial. Y debería también disponer de un mercado único de capitales para financiar a las empresas tecnológicas europeas. La UE necesita un mercado único lo más robusto posible porque ahí radica la fuente de su poder en el mundo.
Parece que sólo una minoría de europeos defiende hoy avanzar hacia una mayor integración.
No deberíamos buscar la integración a cualquier precio. Es verdad que una mayor integración no es siempre la solución, pero hay áreas donde la integración es justificable. La pandemia nos ha enseñado que es imposible que un país sea de verdad soberano. La cooperación es más necesaria que nunca. Allí donde la integración supone un beneficio claro para los estados miembros debe avanzarse: sanidad pública, espacio digital, mercado de capitales y unión fiscal.
La retórica de la soberanía es muy fuerte en varias capitales europeas.
Falta valentía en ciertos políticos nacionales. Culpan a Bruselas aunque Bruselas no tenga culpa de nada, y se atribuyen como propios los méritos que son de Bruselas. Me gustaría que fueran más honestos para decirles a sus ciudadanos que la UE los ha hecho más seguros y más ricos, que los ha protegido como consumidores. La lista de ventajas es muy larga y específica, y los líderes nacionales deberían tener la valentía de decirlo.
"Europa no tiene suficientes personas para superar la crisis demográfica. La inmigración es parte de la solución."
El populismo ha frenado la inmigración. ¿Cómo perjudica a la UE la falta de una política migratoria común?
¿Se ha preguntado usted por qué Europa no tiene empresas como Google, Amazon y Facebook? No las tiene porque las regule en exceso. No las tiene porque no dispone de un mercado de capitales único que facilite su financiación y porque no es capaz de atraer el talento, todo lo contrario que sucede en Estados Unidos. Steve Jobs, fundador de Apple, es hijo de un inmigrante sirio. Jeff Bezos, de Amazon es un inmigrante cubano de segunda generación. Serguei Brin, el fundador de Google, es ruso. La UE debe dinamizar su economía con más inmigración. No tiene suficientes personas para superar la crisis demográfica. La inmigración es parte de la solución.
Más inmigración y más integración, una fórmula de éxito para el 2021.
El año próximo será difícil porque la recuperación llevará más tiempo. Pero la UE tiene un gran porvenir. Ha demostrado una gran unidad ante el Brexit y ha encontrado buenas soluciones que llevan a Europa a un lugar mejor. La UE, por ejemplo, no debe contentarse con ser el regulador de la economía digital sino debe aspirar a ejercer un papel dominante.
Por XAVIER MAS DE XAXÀS para La Vanguardia