Por qué vale la pena preocuparse por África Occidental

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Un grupo nada insignificante de asesores del presidente Donald Trump quiere que Estados Unidos abandone los compromisos generalizados en el extranjero y, en cambio, se convierta en una potencia regional centrada en el hemisferio occidental. El ataque justificado del presidente contra objetivos del Estado Islámico en Nigeria es un recordatorio de que Estados Unidos es capaz de mucho más.

 
“FELIZ NAVIDAD a todos, incluidos los terroristas muertos, de los cuales habrá muchos más si continúa la masacre de cristianos”, escribió Trump en las redes sociales después de atacar a yihadistas en el estado de Sokoto, que ha sido un punto crítico por el secuestro de escolares. Dejando de lado el lenguaje sectario flagrante, Washington llevó a cabo la operación de manera responsable en coordinación con el gobierno nigeriano.

 
Es un cambio bienvenido en una parte del mundo que siempre ha sido poco más que una idea tardía para el presidente. La pregunta es si se trata de una decisión aislada o del inicio de una política más consistente y coherente.

 
Entendemos el deseo de abandonar toda la región. Las fuerzas estadounidenses y francesas se habían coordinado con los gobiernos de Níger y Malí, pero fueron expulsadas cuando nuevos líderes tomaron el poder tras golpes de Estado. Puede ser difícil seguir la pista de todos los grupos yihadistas.

 
Los ataques estadounidenses en Nigeria tuvieron como objetivo a la rama de la Provincia del Sahel del Estado Islámico, que en los últimos años se ha enfrentado violentamente por territorios con JNIM, un afiliado de al-Qaeda que actualmente intenta tomar el control de Malí bloqueando el ingreso de combustible a la capital, Bamako. Si Malí cae, marcaría la primera toma de control de un país por parte de un grupo terrorista islámico antioccidental desde que los Talibanes tomaron Afganistán.

La región del Sahel, que se extiende desde Mauritania pasando por Malí, Burkina Faso y Níger hasta Chad, se ha convertido en el mayor epicentro del terrorismo global del mundo. La mitad de todas las muertes por terrorismo ocurren en ese tramo mayormente olvidado y descuidado. Habiendo perdido el territorio que controlaban en Irak y Siria, los grupos terroristas han encontrado terreno fértil en África Occidental.

La historia del Estado Islámico demuestra que cuando el grupo establece una presencia estable, es solo cuestión de tiempo antes de que busque causar estragos en todo el mundo. Es tentador querer fingir que el caos en África Occidental no es un problema estadounidense, pero el mundo no es tan simple.

Estados Unidos alguna vez tuvo un plan regional contra el terrorismo conocido como Alianza Antiterrorista Transahariana, pero una auditoría reciente determinó que el programa carecía de financiación, liderazgo y era mayormente ineficaz. El Pentágono también ha estado considerando fusionar el Comando África de nuevo con el Comando Europeo, del cual se separó en 2008. Esto podría significar menos recursos y menor atención para la región. Además de las razones de seguridad para continuar el compromiso, sería una tontería que Estados Unidos ceda el continente joven y en crecimiento a China y Rusia.

Nigeria, un país relativamente rico en la región, todavía lucha contra la inseguridad en varios frentes. El gobierno central ha sido ineficaz a la hora de restaurar la seguridad. Es bueno que Abuya esté dispuesto a trabajar de cerca con Washington para detener la masacre, y Trump haría bien en mantenerse involucrado.

CON INFORMACION DE INFOBAE.

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