Debutó el nuevo Congreso en Argentina: ¿Qué esperar por los próximos dos años?

Hay cambio de clima en el Congreso de Argentina. Luego de los dos primeros años de Javier Milei, padeciendo una mayoría opositora abrumadora y consiguiendo los acuerdos mínimos e indispensables con algunos sectores (antes de la masacre parlamentaria preelectoral), ahora las fuerzas se van equiparando. Dos situaciones que se vieron ayer, tanto en Diputados como en Senadores, permiten tener un adelanto de lo que se vendrá hasta 2027.

En las primeras horas del día, el senador José Mayans perdió los estribos cuando Patricia Bullrich consiguió los votos para presidir la comisión que tratará la ley de modernización laboral. El clima de confianza que va ganando el oficialismo se reiteró en la noche en Diputados, cuando Martín Menem chicaneó a un Lousteau que entró «por la ventana» y con los votos justos para mantener su banca. En un segmento muy celebrado en las redes sociales, el titular de la Cámara le dijo que no vio al diputado opositor pedir la palabra, ya que «levantó la mano muy baja». En clara referencia a la votación en el Senado, donde el radical quiso ocultarles a las cámaras infructuosamente su voto en favor de aumentarse el sueldo.

Resumiendo, los dos años de experiencia y el aumento en el número de los legisladores propios y aliados comienzan a darle una mayor confianza a La Libertad Avanza, que busca mantener el respaldo electoral. Si en 2027 se repiten los resultados de este año, Javier Milei conseguiría la reelección, la mayoría en ambas cámaras y hasta comenzaría a tener gobernadores aliados.

Sin embargo, como advertimos en estas columnas desde el resultado de la elección de medio término, el gobierno, si bien empieza a transitar una época un poco más holgada, no puede dormirse en los laureles. Es fundamental la tercera renovación parlamentaria para que La Libertad Avanza consiga la mayoría automática para aprobar las reformas que impulsa el Poder Ejecutivo.

Sin ir más lejos, ayer el gobierno consiguió aprobar la media sanción de la ley del Principio de Inocencia Fiscal y el presupuesto en términos generales. Sin embargo, luego de obtener los votos para todos los apartados, la oposición incrementó el número de sufragios propios para voltear el importante Capítulo XI, donde figuraba la relevante cuestión de la derogación de leyes que rompen el ordenamiento fiscal, columna vertebral del modelo económico.

Esto muestra que, aunque estarán los votos para negociar y aprobar más temas que durante los últimos dos años, el oficialismo está expuesto ante el revés que le puedan generar los gobernadores dialoguistas en cualquier momento. Por eso, aunque pueda sonar antipático, desde aquí siempre advertimos que estos dos años no son más que la segunda instancia de la transición, antes de las elecciones que pueden realmente cambiar la historia argentina.

Fuente: PanamPost