Filippa Lentzos: “La capacidad para desarrollar armas biológicas crecerá tras la pandemia”
ACTUALIDAD - OPINIÓN Alexis Rodríguez-Rata*Filippa Lentzos (Bergen, Noruega, 1977) es experta en amenazas biológicas del King’s College de Londres y del Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo y una habitual en las visitas de control en los laboratorios biotecnológicos. Valora como “un tour de estudio más que una investigación real” la visita de la OMS a Wuhan para rastrear el origen de la covid y alerta, con el mapa de los biolaboratorios de máximo nivel del mundo confirmados en la mano, sobre su crecimiento, deficiente control y peligrosas consecuencias.
¿Cómo es posible no saber aún el origen de la covid más de un año y medio después de que estallara la pandemia? Ello no hace más que añadir nuevas, interminables, teorías de la conspiración.
Todavía no lo sabemos porque no ha habido una investigación creíble. Y, además, el gobierno de Pekín ha estado obstruyendo activamente el intercambio de información con la comunidad internacional.
Una de ellas es la supuesta conexión entre el laboratorio de Wuhan y EcoHealth Alliance, con sede en EE.UU. Se ha criticado su no respuesta a preguntas sobre la covid del Congreso estadounidense, por ejemplo.
Los científicos de EcoHealth han colaborado con científicos del Instituto de Virología de Wuhan en proyectos de investigación durante años, incluso han financiado algunas de sus investigaciones, así que es cierto que hay una conexión entre ambas instituciones.
En su investigación concluye que el 75% de los biolaboratorios del nivel más avanzado (o BSL4), no aplican los máximos procedimientos de bioseguridad. Europa concentra la mayor parte. ¿Supone un problema a corto o medio plazo?
Sí, es un motivo de preocupación, porque los laboratorios BSL4 deben mantener los más altos estándares de seguridad y protección posibles y cuando no lo hacen, crece el riesgo de un accidente que podría resultar en la infección del personal de investigación, de la comunidad local o, si el patógeno en cuestión es lo suficientemente infeccioso, en una pandemia mundial.
¿Es lo que pudo pasar con la actual?
La pandemia actual podría o no haber sido el resultado de una brecha de seguridad en un laboratorio biológico. Pero más allá de que lo fuera o no, la cuestión es que podría serlo, lo que ilustra lo peligrosas que pueden ser estas investigaciones.
¿Ya hay riesgos similares a la covid?
Hay una lista completa de enfermedades emergentes que han surgido recientemente. Patógenos como el ébola, el zika, etc.
De 59 biolaboratorios que ubica en el mundo el 75% están en núcleos urbanos, lo que agrava el impacto de un posible accidente. ¿Por qué se ubican en estas zonas tan pobladas?
La ubicación de cada laboratorio tiene su propia razón de ser, y decidirla depende de diferentes factores como pueden ser la concentración de conocimientos, condiciones locales, de transportes, etc. La seguridad es sólo uno de los elementos que se tienen en cuenta. Y claramente, con tantos laboratorios en entornos urbanos, se ha dado prioridad a otros factores por encima de la seguridad.
En los biolaboratorios se ha dado prioridad a otros factores por encima de la seguridad
¿Qué factor se priorizó más?
El acceso a conocimientos especializados en microbiología y virología.
¿Cuál de los 59 laboratorios biotecnológicos es el más peligroso?
No se puede hacer una evaluación de forma individual, es el tipo de investigación que se lleva a cabo en ellos, y bajo qué medidas de seguridad, lo que determina la peligrosidad.
También destaca que apenas dos de los 59 son privados. ¿Los biolaboratorios están destinados, esencialmente, a satisfacer el interés público, sea para bien o para mal?
Los laboratorios se construyen, principalmente, con una finalidad de salud pública o defensa biológica; hay poca necesidad de este tipo de instalaciones dentro del sector privado. Son muy costosos de construir y operar y si la industria privada necesita hacer algún trabajo a nivel BSL4 generalmente pueden subcontratar el trabajo a instalaciones gubernamentales.
El suizo es un laboratorio legítimo con fines de defensa que apoya el trabajo de la OMS y la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ). Un laboratorio de referencia que no realiza investigaciones particularmente arriesgadas, como pueden ser alterar organismos o enfermedades para incrementar su patología, transmisibilidad, etc.
¿Es hoy más fácil que en el pasado tener este tipo de biolaboratorios y por ello también desarrollar armas biológicas? ¿Se espera que lleguen más? De 42 que detallan la fecha de su puesta en marcha, la mitad son de la última década.
Se necesitan importantes recursos para construir y mantener los laboratorios del nivel BSL4. Y también conocimientos técnicos. Pero hay un número cada vez mayor. Y es probable que aumenten tras la pandemia. Se requerirá de una mayor biopreparación. Aunque más laboratorios BSL4 no es igual a más armas biológicas, sí significa que crecerá la capacidad para, potencialmente, desarrollar armas biológicas.
En alguna ocasión ha relatado que es posible construir uno de estos biolaboratorios, incluso, desde una fábrica de cerveza o de vacunas.
Cada vez es más fácil desarrollar armas biológicas rudimentarias. Sin embargo el desarrollo de armas sofisticadas, y de alto impacto, todavía se enfrenta a barreras importantes.
No ha habido una investigación creíble sobre el origen de la covid
¿Qué tipo de barreras?
Barreras técnicas, incluidas de seguridad. Aunque también políticas, sociales y morales.
En la dudosa seguridad de los biolaboratorios y el peligro sobre su doble uso para hacer el bien como el mal, ¿hay solución?
No hay una solución fácil. Un paso hacia la investigación segura y responsable en los laboratorios biológicos es la adopción de una norma internacional de gestión de riesgo biológico, la ISO 35001.
¿Por qué no se ha adoptado de forma amplia? ¿Y quién es más reacio, Oriente u Occidente?
La ISO 35001 apenas se introdujo en el 2019, justo antes de la pandemia, y es una de las razones de su actual limitado uso. La otra es la ausencia de certificadores que sean reconocidos internacionalmente.
*Para La Vanguardia