Qatar se posiciona como el mediador predilecto de Washington

MUNDOAgencia Internacional de Noticias (AIN)Agencia Internacional de Noticias (AIN)
54521856571_8bf36917da_c

Desde el Congo hasta Gaza, Doha se posiciona como indispensable para la política estadounidense, a pesar de mantener vínculos con organizaciones terroristas.

La República Democrática del Congo y la milicia 23 de Marzo, aliada de Ruanda, firmaron un memorando de entendimiento el 19 de julio en Doha, la capital de Qatar. A la firma asistió el enviado del presidente Donald Trump, Massad Boulos.

Unos días antes, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas acogió con satisfacción el papel de Qatar en la mediación del acuerdo entre Ruanda y Congo-Kinshasa, firmado en Washington a finales de junio.Tras el acuerdo entre Congo-Kinshasa y la milicia M23, Qatar recibió también las felicitaciones del portavoz de la Unión Europea y del presidente de Francia.Esto confirió una vez más legitimidad internacional a los vínculos de Qatar con las milicias armadas, incluidas las organizaciones terroristas. Simultáneamente a la firma en el Congo, se alcanzó un acuerdo con la mediación catarí para expulsar a 81 delincuentes afganos de Alemania utilizando aviones cataríes. El régimen talibán agradeció a Qatar su ayuda y el contacto con los ciudadanos afganos que aún se encontraban en Alemania. Que un gobierno europeo recurra a Qatar para colaborar con organizaciones terroristas no es nuevo; tras el 7 de octubre, Alemania, el Reino Unido y otros países recurrieron a Qatar para mediar en el regreso de sus ciudadanos cautivos en manos de Hamás en Gaza.

El acuerdo en el Congo fue acogido con satisfacción por el embajador de Kinshasa en Qatar, quie.n legitimó así la participación de Qatar en África y en todo el mundo.Somalia también felicitó a Qatar por su éxito. Qatar está profundamente involucrado en Somalia, brindando apoyo financiero a actores islamistas, como la milicia Al Shabab.

Sin embargo, lo que más le importó a Doha fueron las palabras de elogio de Washington, reflejadas no solo en la presencia de Boulos, sino también en una declaración del Departamento de Estado de Estados Unidos. De manera similar, en la ceremonia de firma en Washington del acuerdo entre Ruanda y Congo-Kinshasa, una delegación catarí estuvo presente y discutió el tema con el subsecretario de Estado para Asuntos Políticos de Estados Unidos, así como con el presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, Jim Risch. Para los estadounidenses, el tema era tanto estratégico como económico: la Administración Trump había impulsado el acuerdo bajo el entendimiento de que la estabilidad en la región abriría el camino para la inversión estadounidense en las reservas minerales del Congo.

El presidente Trump usó la firma del acuerdo entre Ruanda, Congo-Kinshasa para jactarse de que Estados Unidos se había asegurado lucrativos derechos minerales.El evento coincidió con intensas conversaciones en la Casa Blanca entre Trump y Netanyahu sobre un acuerdo por los rehenes en Gaza, en el que Qatar también estuvo involucrado, incluso en reuniones en la Casa Blanca.Esto obligó a Israel a permitir que Qatar desempeñara un papel en la entrega de ayuda humanitaria a Gaza. Desde que las conversaciones fracasaron, Qatar ha enviado aproximadamente cincuenta camiones cargados de ayuda a la Franja a través de Jordania y Egipto. Antes de la guerra, Qatar había proporcionado asistencia financiera a Gaza que fue utilizado indirectamente para reforzar las capacidades militares de Hamás.

Esto demostró una vez más cómo Qatar se ha posicionado en Washington como un actor constructivo, experto en mediar con elementos problemáticos, y ha aprovechado esta imagen para hacerse indispensable también en otros ámbitos. Se ha convertido en el “solucionador de problemas” de referencia de la Administración. El embajador saliente de Estados Unidos en Qatar expresó esta percepción al decir: “Es axiomático que si Estados Unidos quiere investigar cómo ser útil en la región, ya sea en el Líbano o en el norte de África, comenzamos con Qatar”.

Otro ejemplo de la dependencia de la Administración Trump en Qatar, sumada a la abierta alineación de Doha con actores terroristas, surgió en el contexto iraní. Incluso antes del lanzamiento de la Operación León Ascendente, Qatar actuó como mediador hasta tal punto que Trump declaró públicamente que Irán le debía una deuda de gratitud, diciendo que sin la participación qatarí ya habría ordenado ataques aéreos.  La mediación qatarí continuó hasta el final de la operación. Aunque Irán atacó a Qatar en la etapa final de la guerra, los estrechos lazos entre ambos países se mantuvieron intactos, y sus líderes hablaron al día siguiente. En conversaciones con líderes cataríes y en una entrevista con Al Jazeera, el presidente iraní enfatizó que el ataque tuvo como objetivo la base estadounidense en Qatar y que Qatar nunca será considerado un enemigo.

En el Líbano, la preferencia de Qatar por las organizaciones terroristas quedó ilustrada recientemente por informes de que ha utilizado la ayuda económica al Ejército libanés como palanca para presionar al Gobierno para que no exija el desarme de Hezbollah, asegurando así el papel continuo de Hezbollah como actor clave en el país.

Esta preferencia es especialmente evidente en Gaza, donde numerosos funcionarios cataríes han expresado su apoyo a Hamás durante décadas, y a menudo incluso después del 7 de octubre.  Un ejemplo notable fue el elogio fúnebre pronunciado por la madre del emir, Sheikha Moza, para Yahya Sinwar. De manera similar, el ministro de Educación de Qatar escribió un poema sobre el palo que Sinwar lanzó a un dron justo antes de ser abatido. Con el mismo espíritu, se han celebrado conferencias en Doha para promover la ideología de la “resistencia” (al-muqawama) defendida por Hamás. 

La postura de Qatar en Gaza es fácil de entender: mantener a Hamás en el poder garantiza la continuidad de su influencia, gracias a su capacidad para mantener canales de comunicación directos con el grupo.

El problema central de la mediación de Qatar es que a menudo no adopta una auténtica postura intermedia, un requisito básico para cualquier mediador que busque una fórmula aceptable para ambas partes. En cambio, Doha tiende a alinearse con las demandas de la parte terrorista y a trabajar para promoverlas. Durante las negociaciones con Hamás, Qatar puso su aparato de propaganda a disposición del grupo, mientras que sus funcionarios han atacado duramente a Israel y promovido acciones diplomáticas y legales en su contra.

En combinación con sus vastas inversiones en Occidente y la ubicación de la mayor base estadounidense en Oriente Medio, la Base Aérea Al Udeid, los vínculos de Qatar con organizaciones terroristas lo han convertido en un activo estratégico para Occidente, y en particular para Washington. La Administración Trump recurre repetidamente a Doha, pero el reconocimiento otorgado a este papel solo agrava el problema: la mediación qatarí busca mantener la relevancia de las organizaciones terroristas para preservar la influencia de Doha, impidiendo así una resolución decisiva.

En el contexto de la creciente dependencia de Qatar para mediar con actores terroristas hostiles, surge la pregunta de si el fracaso de las conversaciones sobre un acuerdo entre Israel y Hamás disminuirá la consideración de Washington por Doha. Algunos argumentan que Estados Unidos debería presionar a Qatar para que adopte una línea más dura con Hamás y utilice su influencia sobre el grupo. Por ahora, sin embargo, tanto la Administración como Israel se han abstenido de asignar a Qatar parte de la culpa por la negativa de Hamás a mostrar la flexibilidad necesaria para llegar a un acuerdo.

Fuente: aurora.il

Últimas noticias
Te puede interesar
Lo más visto