



La cancelación de la Licencia General 41, que permitía a Chevron operar en Venezuela, se hizo efectiva el 27 de mayo, luego de una prórroga concedida a la compañía estadounidense que inicialmente debía cesar sus operaciones en el país sudamericano el 3 de abril, pero pese a la extensión por casi dos meses para garantizar un retiro ordenado, el efecto de la decisión del presidente Donald Trump empezó a sentirse desde abril, cuando la exportación de petróleo venezolano a Estados Unidos ya empezaba a derrumbarse.


Basta con revisar los últimos datos difundidos este lunes por la Administración de Información Energética de EEUU (EIA, por sus siglas en inglés) para notar el desplome. Y es que de 8,1 millones de barriles enviados a la primera potencia mundial en marzo, la cifra se redujo en abril a 5,3 millones, es decir, una disminución de 2,8 millones de barriles que equivalen a una caída de 35,2 %.
El derrumbe es aún más notable si se comparan las cifras de abril con las de enero de este año, cuando la exportación de petróleo venezolano a EEUU se ubicó en 9,3 millones de barriles, y con las de diciembre pasado, cuando igualmente se habían mantenido por encima de los 9 millones. De hecho, los 5,3 millones de barriles de abril representan el nivel mensual más bajo desde febrero de 2024, cuando los despachos fueron de 4,1 millones de barriles.
Cómo Trump asfixia financieramente a Maduro
De esta manera, Trump se encamina a cumplir su amenaza de asfixiar financieramente a la dictadura venezolana, que con el aporte que hacía Chevron a la industria petrolera nacional, había logrado superar el millón de barriles diarios que previo al alivio de sanciones por parte del gobierno de Joe Biden la producción apenas rondaba los 650.000 barriles.
Con el cese de operaciones de Chevron tras la cancelación de la Licencia General 41 el pasado 27 de mayo no solo se observará un inevitable derrumbe en la exportación de petróleo venezolano a Estados Unidos sino que también se empezará a ver una significativa merma en la producción, ya que la petrolera estadounidense estaba sumando un poco más de la cuarta parte del total del crudo que produce actualmente Venezuela, un país que antes de la llegada del chavismo al poder producía más de 3 millones de barriles diarios.
Otro problema que enfrentará el régimen de Maduro tiene que ver con la sustitución de Estados Unidos por otro mercado que compre, al menos una parte, del petróleo que extraía y comerciaba Chevron, ya que desde el 2 de abril entró en vigencia el arancel secundario de 25 % que impondrá Washington a los países que compren petróleo y/o gas venezolano, adicional al gravamen “recíproco”, por lo que hasta los compradores asiáticos que han ayudado a PDVSA a evadir las sanciones estadounidenses se lo pensarán dos veces.
Fuente: PanamPost
