El plan global de la India

MUNDOAgencia 24 NoticiasAgencia 24 Noticias
fabrica-India

A medida que el tablero geopolítico sigue cambiando drásticamente en 2025, la India se encuentra en una encrucijada histórica. La India se ha convertido en uno de los principales contendientes debido a las crecientes tensiones entre Estados Unidos y China, y las empresas multinacionales persiguen activamente la estrategia «China Plus One», destinada a diversificar sus cadenas de suministro. Grandes empresas como Boeing, Tesla y Apple están ampliando su presencia en el mercado indio. A este impulso se suman los informes que sugieren que la India podría ofrecer aranceles cero a determinados productos estadounidenses como parte de una iniciativa más amplia para facilitar el comercio.

Viajes a Estados Unidos
El presidente Donald Trump, en un reciente mitin, llegó a afirmar que había hablado con el director ejecutivo de Apple, Tim Cook, sobre «grandes cosas que están por venir» en la India, comentarios que han alimentado aún más las especulaciones sobre la creciente importancia económica de la India. Sin embargo, la pregunta crucial sigue siendo la misma: ¿Frenarán la burocracia regulatoria y las limitaciones de infraestructura este imparable avance, o aprovechará realmente la India esta oportunidad para superar a China como socio preferido de Occidente?

En el centro del auge de la India se encuentra una confluencia de ventajas estratégicas. El país cuenta con un enorme dividendo demográfico, con una edad media de 28 años, una de las poblaciones más jóvenes del mundo. Esto garantiza un suministro constante de trabajadores cualificados y semicualificados, necesarios para los procesos de fabricación que requieren mano de obra física. Junto con una clase media en crecimiento y una demanda de consumo en aumento, la India ofrece un mercado interno rentable y una base manufacturera. El hecho de que Apple tenga la intención de fabricar el 25 % de todos los iPhones en la India para finales de 2025, lo que supone un aumento significativo con respecto a las cifras de 2022, no es una coincidencia.

La reforma política también ha sido un acelerador crucial. Con el fin de impulsar la fabricación nacional y aumentar la competitividad de la India en el mercado mundial, el Gobierno de Modi ha introducido deliberadamente políticas como la Misión Nacional de Fabricación (NMM), los planes de incentivos vinculados a la producción (PLI) y Make In India. Mediante la atracción de inversión extranjera, el fomento de la innovación y la mejora de las infraestructuras y la facilidad para hacer negocios, la iniciativa Make In India, introducida en 2014, pretende convertir a la India en un centro mundial de fabricación. Esto se complementa con los planes PLI, puestos en marcha en 2020, que ofrecen incentivos financieros basados en el rendimiento a empresas de 14 sectores, como la electrónica, los semiconductores, los productos farmacéuticos y los textiles, con el fin de fomentar la producción nacional y reducir la dependencia de las importaciones. Mediante la creación de clústeres industriales, la agilización de los trámites reglamentarios y el fomento del desarrollo del talento, la NMM, anunciada en el presupuesto de la Unión para 2025, pretende integrar aún más a la India en las cadenas de valor mundiales.

Los planes PLI para 14 sectores habían atraído más de 95 000 millones de rupias (unos 11,1 millones de dólares) en inversiones hasta septiembre de 2023, lo que se tradujo en una producción/ventas de 7,80 billones de rupias (unos 91,4 millones de dólares) y la creación de empleo para más de 640 000 personas. Sectores como los semiconductores, la electrónica, los productos farmacéuticos y los textiles se han beneficiado significativamente de estos planes. Las exportaciones manufactureras de la India superaron los 450 000 millones de dólares en el año fiscal 2024-25, con la electrónica y los componentes para vehículos eléctricos como áreas de más rápido crecimiento, lo que demuestra que estos esfuerzos están empezando a dar sus frutos.

El interés de las empresas es operativo y no meramente especulativo. Con la ayuda de socios como Foxconn y Pegatron, Apple ha aumentado su fabricación por contrato en la India, convirtiéndola en la segunda base de producción de iPhone del país, solo por detrás de China. Tras años de negociaciones, Tesla ha obtenido finalmente permiso para construir una gigafábrica en Gujarat. La empresa también tiene la intención de construir estaciones de recarga de vehículos eléctricos en todo el país. Boeing, que mantiene desde hace tiempo vínculos con la India a través de asociaciones en los sectores de la defensa y la aeronáutica, está aumentando su compromiso con el sector de la aviación del país mediante la colaboración con Tata Aerospace y HAL para producir piezas para aviones militares y comerciales.

Sin embargo, el camino de la India para desplazar a China está lejos de estar garantizado. Hay cuatro retos interrelacionados que siguen frenando las ambiciones de la India. El primero es el entorno normativo. A pesar de las reformas en curso, la India sigue luchando contra la burocracia. La concesión de licencias, la adquisición de terrenos y las incoherencias en las políticas estatales pueden paralizar los proyectos durante meses. Como señaló con franqueza el director ejecutivo de Tesla, Elon Musk, durante una visita en 2025, «el mercado de la India es apasionante, pero navegar por su laberinto normativo sigue siendo como jugar al Jenga con los ojos vendados».

En segundo lugar, el estado de las infraestructuras sigue siendo irregular. Aunque grandes proyectos como el Corredor Industrial Delhi-Mumbai y Gati Shakti han mejorado la logística, siguen existiendo problemas de eficiencia portuaria, fiabilidad del suministro eléctrico y conectividad de última milla. Con un 13-14 % del PIB, los costes logísticos de la India siguen siendo muy superiores a los de China, que se sitúan en el 8 %, lo que reduce la competitividad en términos de costes.

En tercer lugar, el gran déficit de cualificación en la India. Muchas industrias siguen citando la falta de personal con los conocimientos técnicos necesarios para la fabricación moderna, incluso con el impulso creado por Skill India. Lanzada en 2015, esta iniciativa gubernamental tiene como objetivo formar a más de 400 millones de personas en diferentes campos para 2025 a través de programas como el Pradhan Mantri Kaushal Vikas Yojana (PMKVY), institutos de formación industrial (ITI) y programas de aprendizaje. Sin embargo, siguen existiendo diferencias entre los planes de formación y las necesidades de la industria, especialmente en los sectores de alta tecnología. Las industrias de semiconductores y automoción citan la falta de talento como un factor que puede obstaculizar la expansión.

Por último, hay otros competidores en la carrera «Plus One» además de la India. México, Vietnam e Indonesia están emergiendo como rivales ágiles. Los sólidos acuerdos comerciales de Vietnam con la UE y los países del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica, la rapidez en la toma de decisiones y los reducidos costes operativos siguen atrayendo a las empresas. En contraste con la agilidad centralizada de Vietnam, el sistema federal de la India, a pesar de su riqueza democrática, suele obstaculizar la rápida ejecución de las políticas.

Dicho esto, 2025 podría seguir siendo el punto de inflexión. Según un informe reciente de Reuters, la hoja de ruta postelectoral de Modi incluye reformas agresivas: flexibilizar la legislación laboral, racionalizar el código tributario y establecer un sistema de tramitación única para los proyectos de fabricación estratégicos. Si se aplican con urgencia, estos cambios podrían reducir significativamente las fricciones y aumentar la inversión extranjera directa (IED), que se situó en 83 000 millones de dólares en el ejercicio fiscal 2024-25, un récord histórico.

La India también está fortaleciendo estratégicamente su postura exterior. Además de reforzar su posición en el Diálogo Cuadrilateral de Seguridad entre Estados Unidos, Australia, India y Japón, y en el Marco Económico Indo-Pacífico, el país está negociando acuerdos comerciales con la UE, el Reino Unido y Canadá. Estas alianzas económicas y de seguridad proporcionan acceso a valiosos mercados, así como influencia geopolítica. La India es un socio naturalmente atractivo para Occidente, que busca reducir el riesgo de su dependencia económica de China, gracias a su ubicación estratégica a lo largo de las principales rutas comerciales del océano Índico y a su creciente potencial económico.

Viajes a Estados Unidos
El camino para sustituir a China como socio preferente de Occidente no está pavimentado con certezas, pero la India está presentando argumentos convincentes. No se trata solo de ser una economía en rápido crecimiento y con escala. Se trata de convertirse en un socio ágil, eficiente y predecible en las redes de producción mundiales. La cuestión no es si la India puede sustituir a China, sino si puede hacerlo con la suficiente rapidez. La ventana geopolítica está abierta, pero no lo estará para siempre. La apuesta global de la India es audaz, pero ahora exige una ejecución con precisión quirúrgica.

Este artículo apareció originalmente en la Fundación para la Educación Económica.

Fuente: PanamPost

Últimas noticias
Te puede interesar
Lo más visto