La dolarización ya comenzó en Argentina, aunque muchos no se han dado cuenta

MUNDO - ARGENTINAAgencia 24 NoticiasAgencia 24 Noticias
Milei-Caputo

Muchos críticos del gobierno dicen (incluso convencidos) que Javier Milei faltó a su promesa de campaña sobre la dolarización de la economía argentina. Detrás de esta apreciación subyace la idea que esperaban un anuncio concreto y un cambio de régimen de un día para el otro. Como cuando en 1991, mil australes pasaron a ser un peso convertible, durante la ley de la convertibilidad.

Por este motivo, para desacreditar la propuesta electoral del actual gobierno, otros candidatos aseguraban, por ejemplo, que el dólar se iría a 3000 pesos. Lo que hacían era dividir la cantidad de pesos en ese momento entre los dólares disponibles para respaldarlos, pero ni siquiera contaban con el desastre que estaba haciendo Sergio Massa durante los últimos días de su ministerio y campaña.

Afortunadamente, el electorado decidió ir por la reforma más ambiciosa y no escuchó las advertencias (o amenazas) de la clase política tradicional. Desde el primer día, el equipo económico del gobierno actual comenzó un largo y complicado camino que Argentina al día de hoy sigue recorriendo.

Lejos de anuncios rimbombantes y apresurados, como cuando Mauricio Macri levantó el cepo cambiario sin haber solucionado las problemáticas de fondo, Milei, junto con su ministro de Economía y el titular del Banco Central, emprendió un camino menos efectista, pero más realista y eficiente.

Lo primero fue desarticular la bomba del BCRA. Una tarea extremadamente complicada, donde la teoría económica fue una herramienta fundamental para la nueva gestión, junto a la confianza que despertaba el nuevo gobierno. Luego comenzó la absorción del sobrante monetario de pesos, de la mano de la inédita corrección fiscal. Luego vino el cierre de la canilla de la emisión, la libertad para contratar, cobrar y pagar en la moneda que los individuos deseen, el acuerdo con el FMI y el final del cepo cambiario.

La insistencia de muchos sectores con la dolarización pendiente evidenció que nunca entendieron el proceso que pasaba delante de sus ojos. Esta tarde, con las declaraciones del ministro Luis Caputo, el gobierno mostró, una vez más, que como dicen los libertarios en las redes, “todo marcha acorde al plan”.

“La idea es comprar lo que quieras y que nadie te pida explicaciones”, dijo el titular de la cartera de Economía, con respecto a anuncios que podrían tener lugar en cualquier momento. Tal cual dijo Caputo, los argentinos tienen más dólares que pesos y es necesario que entren en circular en la economía. “Queremos que la gente pueda usar sus dólares sin miedo a que la persigan. Hoy muchos no los gastan por temor a que los busquen, que los investiguen. Entonces los encanutan y los tienen ahí. Eso no le sirve a nadie”, resaltó.

Este enfoque fue fundamental en los últimos blanqueos, que lograron cifras muy superiores a los que tuvieron lugar en los últimos años. Las experiencias más recientes eran “fiscocentristas”. Es decir, se impulsaban con la finalidad de que el Estado “mordiera” un porcentual del dinero blanqueado. Lo que hicieron Milei y Caputo fue algo diferente. Se cambió la necesidad fiscal por otra cuestión, considerada como prioritaria: que el dinero circule y que se mueva la economía. Hasta Cristina Kirchner tuvo que reconocer el éxito del último blanqueo.

Con la base monetaria quieta y las máquinas de imprimir pesos apagadas, cada vez más los dólares van a cumplir un rol fundamental en la vida económica de los argentinos. En este sentido, el gobierno está haciendo lo mejor que puede: decirle a la gente que saque sus “verdes” del colchón, que nadie los va a perseguir.

Ya sin cepo ni emisión monetaria, con las cuentas fiscales en orden, con el Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones y con una política que fomente el ingreso de capital, la única cosa que debería preocuparle al gobierno es de dónde van a sacar los billetes de “cambio” de 1, 5, 10, 20 y 50. De 100 los argentinos tienen bastante. Todos los ahorros de una población traumada con la inflación y las devaluaciones permanentes.

Puede que existan anuncios concretos en el futuro, como el canje de un remanente de pesos o el cierre del banco central. No serán noticias demasiado relevantes, ya que las problemáticas monetarias e inflacionarias serán cosa del pasado. El presidente tiene claro que, para el momento que deje el puesto, los argentinos deberán estar utilizando la moneda que deseen y la política tiene que tener impedido el acceso a la emisión futura.

Las advertencias fueron debidamente presentadas. La oposición, en lugar de reclamar lo que no entiende, debería preocuparse por hacerse la idea que deberán gestionar mejor cuando les toque la administración del Estado, ya que tendrán una característica en la gestión que tenemos el resto de los mortales en nuestra vida cotidiana: la restricción presupuestaria.

Fuente: PanamPost

Últimas noticias
Te puede interesar
Lo más visto