Deportaciones y lobby de Chevron ponen a prueba mano dura de Trump contra Maduro
MUNDOAgencia 24 NoticiasDespués del fraude electoral del 28 de julio y la inconstitucional juramentación de Nicolás Maduro el 10 de enero para un nuevo periodo sin haber mostrado una sola prueba de su supuesta victoria, las próximas horas son cruciales para la consolidación de una dictadura que saca provecho de dos factores que parecen jugar a su favor: las deportaciones masivas del gobierno estadounidense de Donald Trump y el lobby de Chevron en la Casa Blanca, que se intensificó con el discurso del aumento de la influencia china si se revoca la licencia que le otorgó la Administración de Joe Biden a finales de 2022 para poder operar en Venezuela. Estas son al menos las cartas que se juega el régimen en sintonía con la petrolera. Sin embargo, Estados Unidos tiene la última palabra.
En Miraflores celebran que mientras el delegado de Trump para misiones especiales, Richard Grenell, se reúne este viernes con Nicolás Maduro en Caracas para tratar el tema de las deportaciones, según reveló hace pocas horas la cadena CNN, el director ejecutivo de Chevron, Mike Wirth, dijo en paralelo en una entrevista con el Financial Times que la compañía se comunicará con la Casa Blanca para insistir en la necesidad de “proteger” la licencia especial que tiene para operar en la nación sudamericana de conformidad con las leyes estadounidenses y manteniéndose “al margen de la política”. Y es que conociendo la necesidad de Trump de combatir la influencia china en la región –evidenciada con su reclamo sobre el Canal de Panamá– Chevron aprovecha para extorsionar a Washington con este mismo asunto, recalcando que si la empresa estadounidense se ve obligada a salir de Venezuela, su lugar lo tomarán “las compañías de China, de Rusia, aumentan su presencia como resultado”, según palabras de Wirth.
Ante la coincidencia de estas noticias, vale preguntarse si se planteará en la capital venezolana una negociación donde Maduro acepte recibir a los deportados a cambio de que se mantenga vigente la licencia a Chevron. En esa dirección parecen apuntar las intenciones del régimen, en sintonía con la petrolera estadounidense que solo vela por sus beneficios económicos. ¿Logrará Maduro que el gobierno de Trump converja en estos puntos? Por ahora ya logró que el primer viaje de un alto funcionario de la nueva Administración Trump sea a Caracas. Richard Grenell llegó a Venezuela en una aeronave de la Fuerza Aérea de EE. UU. en horas del mediodía de este viernes, poco antes de que el secretario de Estado, Marco Rubio, inicie una gira este sábado que comienza en Panamá, en la que incluirá también El Salvador, Costa Rica, Guatemala y República Dominicana.
“Esto no es una negociación”
Para salir al paso a las especulaciones sobre una posible negociación en Caracas, Mauricio Claver-Carone, encargado de asuntos para América Latina en el Departamento de Estado, aclaró que el acercamiento con Maduro es solo para “trasladar un mensaje sobre dos puntos”: Venezuela tiene que aceptar a los criminales que sean deportados, como los miembros del Tren de Aragua, y tiene que liberar inmediatamente a los rehenes norteamericanos y regresarlos a EE. UU. De acuerdo con la declaración del alto funcionario, se trata de dos exigencias que se deben cumplir sin condiciones.
“Si no se cumplen estos dos requisitos, obviamente, como ha dicho el propio presidente Trump públicamente, habrá consecuencias del Gobierno de los Estados Unidos. Aquí no hay negociación sobre temas de petróleo”, sentenció Claver-Carone, quien recalcó que “esto no es una negociación” y reiteró que “a Estados Unidos no le hace falta el petróleo de Venezuela”, coincidiendo con lo adelantando hace un par de semanas por Marco Rubio durante las sesiones en el Senado para su confirmación como secretario de Estado, cuando dijo que propondrá revisar la licencia que le permite hasta el momento a Chevron operar en territorio venezolano.
Fuente: PanamPost