Las ‘memecoins’ de Donald y Melania Trump dan alas a la especulación en su regreso a la Casa Blanca

El pasado viernes, en el Andrew W. Mellon Auditorium, a poca distancia de la Casa Blanca, entre esmóquines y trajes de gala se celebró el primer Crypto Ball, un evento exclusivo para festejar la toma de posesión de Donald Trump. La elite de la industria cripto y distintos cargos públicos, bajo las notas del rapero Snoop Dogg, se reunieron para dar la bienvenida a la que esperan será una época dorada para el sector. El republicano fue el verdadero protagonista sin estar presente en la fiesta. Durante la celebración, de hecho, en las redes sociales apareció la noticia del día: “¡Mi NUEVO Meme Oficial de Trump está AQUÍ! CONSIGUE TU $TRUMP AHORA” publicó en TruthSocial junto con una foto suya, en blanco y negro, y las palabras Fight Fight Fight, en alusión a la frase que dijo tras sufrir un atentado en julio en un mitin en Pensilvania. Trump acababa de lanzar su primera memecoin. Melania, su esposa, hizo lo mismo tan solo unas horas después, con el token $MELANIA. La sorpresa fue grande, la euforia enorme, la especulación sin límites.

Ambas criptomonedas están creadas y se negocian sobre la red Solana y esto provocó que se disparara también el valor de este activo (sube más de un 40% en los últimos siete días). El token de Trump llegó a amasar una capitalización de 72.000 millones de dólares en tan solo 48 horas (aunque ha caído desde entonces más de un 80%), superando a DOGE, la reina de las memecoins. Mark Greenberg, director global de crecimiento y gestión de activos de Kraken, reconoce que $TRUMP ha sido el lanzamiento de un nuevo token con más éxito en las primeras 24 horas de la historia de la plataforma.

El activo digital de Donald Trump ha logrado colocarse entre las 20 criptomonedas más populares en todo el mundo, con un valor de unos 10.000 millones de dólares, mientras el de Melania vale unos los 1.500 millones. El lanzamiento de esta segunda criptomoneda explica la alta volatilidad y la pérdida repentina del valor de la del presidente. La razón es sencilla: los inversores que obtuvieron grandes ganancias del token del republicano, quisieron sacar partido de la segunda ola especulativa y buscar rentabilidades fáciles también con la divisa digital asociada a su esposa.

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Trump se ha convertido en el mesías de las criptos y para los criprocreyentes más tenaces estas memecoins son la prueba de que ha abrazado totalmente este mundo. Empresas y profesionales del sector han depositado su confianza en las manos del nuevo presidente y de su administración, de la que se esperan cambios regulatorios, una actitud más favorable y que cumplan con las promesas hechas durante la campaña electoral. No obstante, la industria muestra sus preocupaciones. El lanzamiento de estas criptomonedas meme —que son activos digitales sin una base tecnológica que los sustente, que se disparan al calor de las redes sociales, siguiendo las tendencias de los usuarios y su sentimiento— van contracorriente respecto a lo que pide y necesita la industria: reforzar su credibilidad y confianza entre inversores y reguladores.

La espiral especulativa y la volatilidad extrema que han generado ha sido sorprendente. Javier Pastor, director de Formación de Bit2Me, lo reconoce: “El carácter especulativo es tremendo. Muchas personas corren riesgos innecesarios y pueden poner en peligro sus ahorros”. Por ello, pide precaución e insta a segregar bitcoin “un activo sólido, a otros que se parecen más a una casa de apuesta global”. En este sentido, Jorge Soriano, CEO de la plataforma de criptodivisas Criptan, considera que este episodio es un recordatorio de los desafíos que la industria enfrenta para mantener su credibilidad. Un sector todavía percibido como opaco y asociado muy a menudo con fraudes y estafas, y un mercado que muchos inversores todavía ven como una herramienta para ganar dinero fácil. “En un momento en el que el sector necesita reforzar su confianza ante reguladores, inversores y usuarios, estos lanzamientos pueden dar una imagen de falta de madurez y profesionalismo”, avisa.

Esta no es la primera incursión del magnate en el mundo cripto. En septiembre, en plena campaña electoral, lanzó su proyecto de criptomonedas World Liberty Financial, una plataforma que vende un token exclusivo que no se puede comercializar, a diferencia de bitcoin y otros activos, ni puede ser usado como inversión. Las clausulas detalladas en la web de la criptomoneda meme son similares: “Los memes de Trump están destinados a funcionar como una expresión de apoyo y compromiso con los ideales y creencias encarnados por el símbolo $TRUMP y las creatividades asociadas, y no pretenden ser, o ser objeto de, una oportunidad de inversión, contrato de inversión o valor de ningún tipo. GetTrumpMemes.com no es político y no tiene nada que ver con ninguna campaña política o cualquier oficina política o agencia gubernamental”, se lee.

No obstante, el proyecto fue lanzado por una filial de la Organización Trump, CIC Digital, asociada con otras iniciativas como el lanzamiento de NFTs, zapatillas deportivas, tazas y otros artículos de la marca Trump durante la campaña electoral. El 80% de la nueva memecoin está en manos de esta entidad. El riesgo de conflicto de interés es cada vez mayor, según Santiago Carbó, catedrático de Economía de la Universidad de Valencia y director de Estudios Financieros de Funcas. “Para tener credibilidad la independencia siempre funciona bien. Las euforias dan lugares a burbujas siempre, especialmente en activos muy poco transparentes”, advierte.

Con este movimiento, Trump parece alejarse cada vez más del modelo europeo, donde acaba de entrar en vigor MiCA, la primera normativa que regula el sector y fomenta la transparencia entre los proveedores y emisores de activos para una adopción responsable. Si bien las memecoins en parte contribuyen a popularizar el ecosistema y a darle visibilidad, no lo hacen de la manera más adecuada. Según Eduardo Armenteros, experto fiscal de TaxDown, “en lugar de reforzar la percepción de las criptomonedas como innovaciones tecnológicas y sociales, promueven la idea errónea de ‘hacerse rico de manera rápida y fácil’. Los inversores deben tener en cuenta que $TRUMP se asemeja más a una apuesta que a una inversión real”.

Pocos defienden la jugada del presidente, pero algunos tratan de ver el lado positivo. Para Álvaro Cisneros, director comercial de Bitpanda Technology Solutions para el sur de Europa, esta es la señal de un cambio de paradigma al que se enfrentan la industria y las instituciones. Insiste en que el mercado va más allá de las memecoins y que ningún producto producto “es para todo el mundo. Hay que entender donde se invierte el dinero”, señala. Los analistas de Bernstein ven en estos lanzamientos la confirmación de que el mundo cripto ha entrado en una nueva época regulatoria, que podría animar a otros países a adoptar una postura más favorable hacia estos activos. Asimismo, apuntan a una nueva era “donde los gobiernos ven a las criptomonedas como una tecnología para conectar directamente con las masas”.

Pero resaltan que este evento envía una señal importante a los emisores de criptomonedas. “La libertad y la innovación están de regreso”, afirman. Ya lo dijo el zar cripto de la Casa Blanca, David Sacks, el pasado viernes: “El reinado del terror contra las cripto ha terminado. El comienzo de la innovación en EE UU para las criptomonedas apenas ha empezado”.

Fuente: CincoDías