Trump exhibió su futura estrategia global con el cese del fuego entre Israel y Hamas que aplacará la tensión bélica en Medio Oriente

EE.UUAgencia 24 NoticiasAgencia 24 Noticias
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(Desde Washington, Estados Unidos) Donald Trump se reunió con Steve Witkoff y le transmitió una orden precisa: quería el cese del fuego entre Israel y Hamas antes de su asunción como Presidente de los Estados Unidos, prevista para el 20 de enero. Su futuro enviado especial para Medio Oriente viajó en silencio hacia Israel, adonde dialogó con Benjamín Netanyahu, que se mostró remiso. Witkoff ejerció el poder delegado de Trump, alzó la voz ante el premier israelí y obtuvo su compromiso político.

Desde el aeropuerto de Tel Aviv, el próximo enviado presidencial voló hasta Doha y se encontró con Tamim Bin Hamad Al Thani, el emir de Qatar. Witkoff reveló a Al Thani la pretensión de Trump, y le pidió su colaboración. El emir qatarí describió la situación interna de Hamas y preguntó acerca de la voluntad política de Netanyahu. Witkoff replicó que el premier israelí estaba alineado con las intenciones del presidente electo de Estados Unidos.

Al Thani tuvo una larga conversación con Khalil al-Hayya, el jefe político y militar de Hamas basado en Doha. Al-Hayya ratificó al emir qatarí que la organización terrorista estaba fracturada y que pesaba la perspectiva de Mohamed Sinwar, hermano menor de Yahya, el arquitecto del ataque terrorista que Hamas ejecutó el 7 de octubre de 2023 contra Israel. Mohamed Sinwar opera en Gaza, tiene un fuerte prestigio entre los terroristas palestinos, y lidera la ofensiva en la zona norte de la Franja.

Mientras tanto, Mike Waltz -futuro consejero de Seguridad Nacional de Trump- se reunía con Jack Sullivan, su par en la administración de Joe Biden. Waltz reveló a Sullivan la decisión política y solicitó el apoyo de la Casa Blanca. El consejero llevó la solicitud a Joe Biden, que se puso a disposición.

Trump conocía todos los detalles de la jugada diplomática que lideraba Witkoff. Tenían línea abierta: el presidente electo en Mar -a- Lago, y el enviado especial en Doha.

El sábado pasado, todos los protagonistas estaban en Qatar. El emir Tamim Bin Hamad Al Thani, David Barnea -director del Mossad-, Ronen Bar -jefe del Shin Bet-, Brett McGurk -enviado de Biden para Medio Oriente-, Hassan Rashad -director de la inteligencia de Egipto-, Khalil al-Hayya -representante de Hamas-, y Witkoff, que empujaba la decisión política de Trump.

El emir qatari y el director de inteligencia de Egipto negociaban con Khalil al-Hayya, que a su vez se comunicaba con Mohamed Sinwar. Al Hayya parecía un diplomático suizo ante las exigencias de Mohamed Sinwar: en un momento de la negociación exigió que Israel devuelva el cadáver de su hermano Yahya, un pedido que Netanyahu rechazó sin dilaciones. Trump, lo apoyó.

A su vez, Barnea -Mossad- y Bar -Shin Bet- dialogaban con Witkoff y McGurk, que se reportaban a Mar -a- Lago y el Salón Oval. Los enviados israelíes alertaron a los enviados americanos que los ministros conservadores Bezalel Smotrich e Itamar Ben Gvir rechazaban las condiciones del cese del fuego y amenazaban con romper el Gobierno.

En nombre de Trump, Witkoff emplazó al premier israelí, que se encontró con Smotrich para explicar los términos del acuerdo y la presión política que estaba ejerciendo Trump. El ministro Smotrich no se conmovió por las amenazas políticas que llegaban desde Florida y Doha. Ese dato clave fue compartido por Barnea a Witkoff, quien informó al presidente electo de Estados Unidos.

El martes a la noche hubo impasse en las negociaciones. Israel y Hamas mantenían las siguientes diferencias:

En el último borrador de la primera fase del acuerdo, se preveía que la organización terrorista liberara a 33 civiles secuestrados, entre mujeres, niños y heridos de gravedad con menos de 50 años. Entonces, Israel planteó que se añada la entrega de los soldados mujeres en la primera fase, una exigencia que era rechazada por la organización terrorista.

Hamas pretendía que Israel libere a 50 presos palestinos por cada rehén israelí que está cautivo en Gaza. Israel estaba dispuesto a cumplir con esa cifra, pero exigía saber si los 33 secuestrados a liberar estaban vivos o muertos. Hamas no entregaba la lista, y eso dificultaba la negociación.

La organización terrorista quería liberar a presos palestinos que participaron en el ataque terrorista del 7 de octubre de 2023, una posibilidad que Israel descartaba absolutamente.

Hamas exigía que las tropas de Israel se retiren de Gaza, mientras que el premier Netanyahu ofrecía una reducción de los batallones desplegados en la Franja.

Los negociadores israelíes aceptan que ingresen 600 camiones diarios con comida y medicamentos a Gaza, pero añadían que su acceso a la Franja sería controlado por las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), una condición que Hamas no aceptaba.

El miércoles al mediodía, el emir de Qatar aceleró las negociaciones. Había línea abierta con Estados Unidos, Gaza e Israel. Tamim Bin Hamad Al Thani fue acercando las posiciones entre las partes, y cuando caía el sol en Doha se llegó a un acuerdo entre el estado de Israel y la organización terrorista Hamas.

Witkoff llamó a Mar -a- Lago, McGurk a la Casa Blanca, Barnea a Jerusalén y Al-Hayya a Gaza.

Trump adelantó la noticia en un posteo, a continuación Hamas hizo su comentario, después se sumó Al Thani en una conferencia de prensa, y por último Biden publicó la información en X.

El presidente electo de Estados Unidos no cedió el anuncio oficial al presidente en funciones. Era su triunfo político, y una muestra del modelo geopolítico que pretende aplicar para resolver la guerra entre Ucrania y Rusia, contener la ofensiva global de China y fortalecer la economía americana.

El cese del fuego entre Israel y Hamas inicia el domingo.

Un día antes de la asunción presidencial en el Capitolio. Como quería Trump.

Fuente: Infobae

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