La industria europea busca nuevas alternativas frente a la amenaza combinada de Trump y Musk: “Es el fin de la complacencia”

MUNDOAgencia 24 NoticiasAgencia 24 Noticias
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Dos meses después de la aplastante victoria de Donald Trump en las elecciones de Estados Unidos y a poco más de una semana de su regreso al Despacho Oval de la Casa Blanca, la industria europea comienza a preparar estrategias para lo que será una carrera de obstáculos durante el mandato del nuevo presidente, previsiblemente hasta 2029. Diferentes patronales empresariales españolas contactadas por CincoDías coinciden en la necesidad de que los esfuerzos europeos esquiven el “ruido geopolítico” y olviden el enfoque restrictivo para dar paso a una regulación que fomente la inversión y el desarrollo de nuevas capacidades locales. Aunque con una crítica más o menos directa a las normativas medioambientales europeas, representantes de muchos de estos sectores piden acelerar iniciativas que ya están en marcha, como la unión de mercados de capitales o mejorar otros proyectos como el mercado único digital. Otros representantes empresariales, más directos, llaman a rebajas de impuestos y gravámenes, como hizo hace pocos días la asociación de empresas eléctricas europeas, Eurelectric, que reúne a las grandes eléctricas europeas, y que reclamaba equiparar la fiscalidad que paga el sector privado por la electricidad de uno y otro lado del Atlántico.

Aunque divergen en las vías, ya sea crear un instrumento financiero comunitario para garantizar el impulso de la política industrial europea o nuevas emisiones de deuda para potenciar la defensa regional, todas las partes coinciden en la oportunidad que tiene España para liderar la conversación entre los socios comunitarios.

Los desafíos parecen acumularse. Stéphane Séjourné, el nuevo vicepresidente ejecutivo de la Comisión Europea para la Estrategia Industrial, ya ha aceptado que los países del Viejo Continente tendrán que recurrir a nuevas herramientas “ofensivas y defensivas” para proteger su producción local. No solo están sobre la mesa las amenazas de aumento de tarifas comerciales azuzadas por la nueva administración estadounidense, sino una serie de nuevos retos potenciados por el cambio de rumbo en la política norteamericana. “Esto marca el fin de la complacencia europea”, afirmó tajante Séjourné esta semana en declaraciones a la agencia de noticias Bloomberg. Y lanzó una advertencia: el bloque comunitario “tiene todo para perder en una guerra comercial”.

Sector a sector
El punto de partida para Europa dista de ser idóneo. La industria de la zona euro finalizó 2024 en un estado frágil, según el índice PMI de diciembre, ya que la modesta recuperación en el sector servicios no logró compensar una desaceleración más profunda en manufacturero. Los viejos motores de la locomotora europea, Alemania y Francia, cerraron el año en medio de un claro desgaste de sus modelos industriales y de sus sistemas políticos. Ante esta débil perspectiva, el empresariado ha lanzado la voz de alarma. Solo dos días después del triunfo de Trump, el vicepresidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), Íñigo Fernández de Mesa, afirmó que “Europa tiene que estar preparada para usar todo su potencial y, en cualquier caso, es dueña de su propio destino”.

Desde la victoria de Trump, las provocaciones del futuro presidente estadounidense no han dejado de subir de tono. Desde nuevos aranceles y presiones económicas hasta la supuesta anexión de Groenlandia, el próximo mandatario promete gobernar otra vez a golpe de titular. A esto se suma la intimidación directa de uno de los máximos asesores del nuevo inquilino de la Casa Blanca, el magnate Elon Musk. El fundador de Tesla ha decidido lanzarse al barro de la política europea con comentarios particulares sobre los Gobiernos de Alemania, Reino Unido y Francia.

Pese a esta escalada en los discursos políticos, la gran industria española quiere evitar el pánico. Desde la Confederación Española de Organizaciones Empresariales del Metal apuntan que es poco probable que la industria pesada se vea afectada por cambios regulatorio que perjudiquen a las firmas europeas. España mantiene una gran fortaleza en el mercado estadounidense al aportar know how -la experiencia- en grandes obras de ingeniería e infraestructura, como demuestra el poder de gigantes españoles como Ferrovial, ACS y Sacyr en EE UU, que ya hacen frente a regulaciones que dan prioridad a las firmas locales. Esto no significa que proyectos en materia de energía verde y descarbonización no estén sujetos a cambios frente al giro previsiblemente rotundo en materia de políticas medioambientales en el país. Trump criticó esta semana al Reino Unido por la instalación de aerogeneradores marinos en el Mar del Norte, una de las grandes iniciativas empresariales de Iberdrola en el mercado británico.

En el sector el farmacéutico, por su parte, las empresas reclaman más ayudas para mejorar la competitividad industrial. El consejero delegado de Bayer en España y Portugal, Jordi Sánchez, señaló el pasado jueves la importancia de adoptar decisiones “ya” para que Europa pueda recuperar competitividad. La farmacéutica alemana, que cotiza en mínimos históricos en la Bolsa de Frankfurt, es una de las que más insiste en el concepto de “soberanía estratégica” como una de las prioridades para el Viejo Continente.

Sin embargo, es el sector agrícola el que más teme un mayor enfrentamiento comercial entre Washington y Bruselas. Las exportaciones a EE UU alcanzan los 23.000 millones cada año, con más de 700 millones solamente en materia de aceite de oliva y vino. José Luis Benítez, director general de la Federación Española de Vino, apunta que no sería la primera vez que los vitivinicultores se enfrentan a nuevos aranceles impuestos por Trump, algo que ya sucedió en 2019. “La preocupación es general, la suspensión de estas tarifas está en vigor hasta en marzo de 2026, lo que da lugar a que pueda haber una negociación”, apunta Benítez. Sin embargo, el representante de la federación insiste en que se deben evitar las tensiones con el gigante norteamericano, a la vez que aplaude las iniciativas comunitarias de abrir otros mercados como el de América Latina con el acuerdo con el Mercosur, el Mercado Común del Sur. “Trabajamos también con los productores de vinos de California para avanzar en la reciprocidad entre regiones”, añade, reconociendo la importancia de tender puentes más allá del ruido político.

Desde los sindicatos, Comisiones Obreras (CC OO) destaca la importancia de la preparación para afrontar los nuevos desafíos que se avecinan. Fuentes de la confederación sindical afirman que los representantes de los trabajadores temen que la industria europea “pierda fuerza” ante el nuevo contexto geopolítico, por lo que insisten en la importancia de poner en práctica medidas concretas de apoyo como la nueva Ley de Industria y Autonomía Estratégica, aprobada hace solo un mes, y que obliga a las empresas a devolver todas las ayudas públicas recibidas, incluyendo los ERTE, si deciden deslocalizar su producción fuera de la zona euro. Desde la representación sindical se califica como “excentricidades” algunas medidas anunciadas en la política estadounidense, aunque consideran que no deberían afectar a los acuerdos para una transición verde en Europa. Por otro lado, apuntan algunos ejemplos de proyectos industriales de calado que ya están en marcha, como la llegada de la china Chery a la antigua planta de Nissan en Barcelona.

El mundo digital, también bajo amenaza
Pese a que los servicios digitales no conocen fronteras geográficas, los intentos de Bruselas por controlar el poder de las grandes tecnológicas estadounidenses pueden chocar con el giro estratégico observado recientemente en estas corporaciones, más adaptado al nuevo contexto político. Meta ha señalado esta semana que pondrá fin al programa de verificación de datos, solo unos días después de que se incorporara a la empresa Joel Kaplan, cercano al círculo de confianza de Donald Trump. Tras el anuncio de Meta, la Comisión Europea ha afirmado que, si la matriz de Facebook quisiera actuar de la misma forma en el Viejo Continente, tendría que cumplir con la Ley de Servicios Digitales comunitaria.

La tensión comercial entre los socios de ambos lados del Atlántico también puede afectar al sector digital local. “Una situación de este tipo tendría un impacto negativo en la innovación, la adopción de tecnologías emergentes —como la Inteligencia Artificial (IA)— y el proceso de digitalización de la economía”, explica Miqui Ferrer, vicepresidente ejecutivo de Estrategia y Agenda Pública en Adigital, organización que reúne a 550 empresas digitales y tecnológicas españolas. Ferrer explica que una posible medida de impulso por parte de Bruselas sería “fomentar el desarrollo de tecnologías propias” pero pide que las empresas locales sean escuchadas en el proceso para evitar soluciones que, lejos de acelerar, puedan llegar a dificultar su crecimiento.

La influencia de los grandes multimillonarios estadounidenses va más allá de controlar las principales plataformas sociales (Facebook, Instagram y WhatsApp, así como X). En particular, Elon Musk negocia con Italia un acuerdo para que su firma SpaceX provea servicios de telecomunicaciones seguras, un contrato valorado en 1.500 millones de euros. Además, Tesla se ha aliado con algunos fabricantes tradicionales de coches (Stellantis, Toyota, Ford, Mazda y Subaru ) para esquivar las multas por emisiones por parte de Bruselas, como informó Cinco Días.

Mientras se espera que Bruselas presente las líneas maestras de su nueva estrategia en materia de competitividad industrial, bautizada como brújula de la competitividad, que el Ejecutivo de Ursula von der Leyen espera dar a conocer en las próximas semanas, en España el Gobierno ha decidido hacer frente a las amenazas en clave política. El ministro de Industria y Turismo, Jordi Hereu, afirmó este jueves que este es un momento en que grandes millonarios “vienen a chulear por Europa amenazando los valores de la democracia”, en alusión a Musk. “Ante los que niegan Europa e invierten y invertirán millones en destruir Europa, necesitamos más y mejor Europa”, sentenció.

Fuente: Cinco Días

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