Gobierno de Biden gastó casi tres millones de dólares para promover un Ejército progresista

Las prioridades de la actual Administración demócrata hacia las Fuerzas armadas estadounidenses continúan estando mal definidas. A pesar de que está comprobada la poca utilidad de una retórica progresista para captar reclutas y que con cada año que pasa, disminuye el número de nuevos soldados, desde la Casa Blanca creen que promover políticas de igualdad y de género, fortalecerá al Ejército.

A través de organizaciones, se financiaron con casi tres millones de dólares capacitaciones, el “establecimiento de canales de contratación que otorgaban a los candidatos un trato preferencial en función de la raza y el sexo” y asesorías para el Departamento de Defensa, según documentos a los que accedió Daily Wire. La inversión, proviene del bolsillo de los contribuyentes.

La Administración Biden —la cual pretende continuar a través de la candidatura presidencial de Kamala Harris— demuestra que lo importante son los fines ideológicos mas no el fortalecimiento de sus filas para enfrentar en un hipotético conflicto a Rusia o China, o para mantener la vigilancia estratégica contra el terrorismo internacional. Solamente la división del Departamento de la Marina otorgó a la Universidad de Missouri Kansas City 760.000 dólares “para diseñar un programa que otorgaría un trato preferencial a los estudiantes no blancos y a las mujeres en las áreas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas que solicitaran empleos en el Departamento de Defensa”.

Dinero para “contrarrestar el sesgo inconsciente”
La cuenta sigue aumentando con 202.000 dólares entregados por el Pentágono a la Universidad de Cornell, en Nueva York, para capacitar a 35 empleados del Comando de Material de la Fuerza Aérea “para brindar capacitación en DEI a aproximadamente 70000 empleados, con un enfoque en ‘contrarrestar el sesgo inconsciente, fomentar un entorno inclusivo y diversidad e inclusión en el trabajo’”. Se le suman otros dos millones de dólares pagados en 2021 a la agencia consultora DEI BCT Partners para crear un “Plan de Acción DEI” que se aplicara en escuelas operadas por el Departamento de Defensa.

Teniendo como referencia esos documentos, podría decirse que no ha faltado el dinero para institucionalizar el progresismo dentro de las Fuerzas Armadas. Sin embargo, no implica que esas decisiones ayuden a conseguir nuevos reclutas. Por el contrario, los estadounidenses están desmotivados de apostar por una carrera militar y los números lo demuestran.

Menos soldados varones
El año pasado, el Ejército de EE. UU. se quedó a 10000 soldados de su objetivo de incorporar 65000 en servicio activo, de acuerdo con el portal Military.com. En 2022, el déficit ya había sido de 15000 frente al objetivo de sumar 60000. Este año las expectativas son más bajas, y se espera que 55000 soldados se unan a los diferentes componentes. Los hombres son los que parecen menos interesados en portar el uniforme.

El problema podría estar vinculado a los cambios en la política militar, “incluidas las afirmaciones no específicas de que el Ejército se ha vuelto ‘consciente'”. Además, desde el año 2015 se registra un déficit en las metas de reclutamiento, cuando gobernada Barack Obama y surgió el movimiento feminista #MeToo.

Para empeorar la situación, la Administración Biden decidió incurrir a organizaciones externas para asesorar al Pentágono en políticas de genero y de supuesta equidad. Mientras tanto, el comunismo chino fortalece su ejército y crea nueva divisiones, como la dedicada a fortalecer sus capacidades cibernéticas.

Fuente: PanamPost