Un ex diputado, un profesor y un poeta están bajo desaparición forzada en Nicaragua y no se sabe nada de ellos

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Los familiares del ex diputado indígena Brooklyn Rivera no saben nada de él desde hace ocho meses cuando fue capturado, el pasado 29 de septiembre de 2023. No se conoce dónde está, ni en qué condiciones se encuentra, ni se le ha acusado en tribunal alguno. Incluso, se teme que esté muerto.

La última imagen conocida de Rivera es una donde se le ve esposado en la parte trasera de una camioneta, poco después de que la Policía llegara por él a su vivienda, en la caribeña ciudad de Bilwi.

La Unidad de Defensa Jurídica (UDJ), una organización que trabaja en la defensa de personas presas políticas, afirma que junto a Brooklyn Rivera hay otros dos presos políticos nicaragüenses a quienes consideran en “desaparición forzosa”.

Se trata del catedrático universitario Freddy Quezada, capturado el 29 de noviembre de 2023 y el poeta Carlos Bojorge, apresado el 1 de enero pasado cuando salía de misa cargando una imagen del santo salvadoreño, Oscar Arnulfo Romero.

“Hasta la fecha, las autoridades siguen negando información sobre el paradero fidedigno de Brooklyn Rivera, Freddy Quezada y Carlos Bojorge. Se ha impedido toda comunicación entre los detenidos y sus familiares y abogados”, señala un comunicado difundido por la UDJ. “De tal manera que no se tiene certeza de sus condiciones de detención, constatación de su estado de salud y vida, ni de su seguridad personal, lo que genera zozobra a sus seres queridos”.

Para este organismo, la situación de estos reos de conciencia se conoce como “desaparición forzada por ocultamiento de paradero” y, aunque se trata de una práctica recurrente del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, la situación se ha agravado desde febrero pasado.

La madre de Bojorge ha buscado a su hijo en la cárcel policial El Chipote, donde llevan con frecuencia a los reos políticos, en la cárcel la Modelo, y en estaciones de Policía. “En la Estación 3, los policías le recomendaron que pusiera la denuncia como desparecido y en el Sistema Penitenciario le dijeron que lo buscara en la morgue. Nunca le han dicho aquí está”, relata Alexandra Salazar, coordinadora de UDJ.

Sin embargo, una fotografía, filtrada por otros presos del penal La Modelo, muestra a Bojorge en esa prisión con el uniforme azul de los reos y aún así, los carceleros lo negaron. “La mamá se presentó al Sistema Penitenciario y le dijeron que si ellos tuviesen noticia ya le hubiesen permitido la visita”, dice Salazar.

Con el profesor Freddy Quezada, dice la abogada, no se ha tenido prueba fotográfica, aunque existe la presunción de que se encuentra prisionero en la cárcel La Modelo, de Tipitapa, a 24 kilómetros de Managua. “La familia no ha tenido la posibilidad de constatar su vida y las condiciones en las que se encuentra, pues no saben dónde están, efectivamente, a través de una confirmación oficial del Estado “, añade Salazar.

En el caso del profesor Quezada, se supo, sin embargo, que se había iniciado un proceso legal en su contra. “La familia tuvo un contacto con la defensoría pública después de una gran cantidad de intentos y de tiempo, pero eso no ha permitido, de igual manera la efectividad de poder contactarle o haber visto cómo se encuentra”, dice.

Según Salazar, ni el defensor público asignado por el Estado pudo ver a su defendido o conocer el expediente judicial porque la audiencia fue realizada vía zoom.

Para Ivania Álvarez, ex presa política y actualmente en el exilio, el régimen de Ortega y Murillo han impuesto la desaparición forzosa como práctica y los reos políticos en esta condición son muchos más que tres casos. “Las familias no hablan por temor a mayores represalias”, dice.

“Todos hemos sufrido desaparición forzosa, porque se nos secuestra de un lugar sin orden y sin una entidad que se haga cargo”, apunta.

“Los familiares les han rogado ahí en un portón (del Penal), que, si por favor los dejan entrar, que ahí están. Inclusive ellos han conseguido números de teléfono ahí adentro y les dicen aquí están, vengan a vernos, pues estamos en tal galería, pero (oficialmente) ellos no están ahí”, agrega.

Álvarez considera como “grave” el caso del ex diputado Brooklyn Rivera. “A Brooklyn nunca se le ha visto ni una sola vez. Es que, si Brooklyn está muerto, ni siquiera podemos saberlo. Mucha gente nos dijo que estaba en el hospital de la Policía, investigamos con gente en La Modelo y no está, ni está en la galería de los presos políticos, tampoco está en la galería de máxima seguridad, ni está con los presos comunes”.

Tininiska Rivera, hija de Brooklyn Rivera, afirma que los rumores sobre la muerte de su padre salieron de instituciones estatales, así como han llegado otras noticias sobre que está enfermo en un hospital

“Son informaciones que como familia no hemos podido corroborar. No lo hemos visto, no sabemos nada de él”, dice y asegura que han recibido amenazas de ir presos si siguen preguntado por Rivera.

Alexandra Salazar atribuye este patrón de represión de la dictadura a la necesidad de tener mayor control sobre los presos políticos. “No quieren que la información fluya”, dice.

“En el Sistema Penitenciario hubo un retorno de las torturas físicas hacia los presos políticos. No se está denunciando porque se conoce muy poco. Incluso en las visitas familiares se ha incrementado la presencia de custodios que les impiden comunicarse libremente, de tal manera que los presos políticos hablan muy poco de todo lo que está sucediendo. Se sabe que todo lo que dicen es bajo un riesgo enorme de que sean castigados posteriormente”, señala.

Fuente: Infobae

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