¿Golpe de Estado en Honduras? La inútil maniobra de Xiomara Castro antes de ceder el poder

Xiomara Castro, la presidente saliente de Honduras, emitió una denuncia pública sobre supuestas intenciones de ejecutar un golpe de Estado en su contra. Dijo que «está en marcha una agresión orientada a romper el orden constitucional y democrático», que incluiría a Juan Orlando Hernández, expresidente del país. Horas después, su esposo Manuel Zelaya, publicó un mensaje en X donde calificó a la mandataria como «una demócrata probada» mientras convoca a «movilizaciones pacificas» en respaldo.

Lejos de apegarse al proceso democrático —el cual implica respetar la voluntad de voto popular y ceder el mando, tal como indica la ley— las advertencias del matrimonio Zelaya-Castro esconderían las intenciones de atornillarse en el poder. En un pronunciamiento en redes sociales, el Foro de Madrid detalló que el izquierdista Partido Libre «intenta perpetrar un golpe de Estado para impedir, mediante la violencia, la realización del escrutinio final de las elecciones celebradas el pasado 30 de noviembre». Y es que en las últimas horas, simpatizantes del oficialista Partido Libertad y Refundación (Libre) han generado episodios de violencia en las calles.

El argumento no es aislado. Con este coinciden expertos, como el presidente del Colegio de Abogados de Honduras, Gustavo Solórzano, quien dijo a un medio local que «el golpe de Estado sí está en marcha, pero de parte de ellos (el oficialismo)». Lo cierto es que a Xiomara Castro solo le restan 42 días en el poder. Su abanderada izquierdista a las elecciones del pasado 30 de noviembre, Rixi Moncada, apenas llegó al tercer lugar con 19,29 % de los votos, de acuerdo al más reciente boletín del Consejo Nacional Electoral (CNE). En otras palabras, el socialismo en Honduras quedó desterrado, pero desde Tegucigalpa parecen rechazar la decisión de los votantes.

Del «fraude» al «Golpe de Estado», según Xiomara Castro
Antes de insistir con la teoría del golpe de Estado, Castro calificó como «nulas» las elecciones. Ante esto, los observadores internacionales desmontaron su afirmación. Por ejemplo, el jefe de la misión de la OEA, Eladio Loizaga, aseveró que si bien registraron algunas demoras «y una marcada falta de pericia en el diseño, desarrollo y ejecución de las soluciones tecnológicas», añadió que «no han observado dolo ni manipulación evidente del material electoral ni de los sistemas informáticos». El gobierno estadounidense de Donald Trump coincide con el análisis.

Es decir, en menos de 20 días el gobierno de Xiomara Castro ha apelado a dos narrativas para intentar invalidar las votaciones del pasado 30 de noviembre. Hasta ahora ninguna ha funcionado. En paralelo, el CNE informó que las demoras en el conteo de los votos, de unas 2792 actas electorales con inconsistencias, se debe a la falta de representantes de algunos partidos en las mesas de verificación, percances administrativos y de procesos tecnológicos. La pelea sigue siendo voto a voto entre Nasry ‘Tito’ Asfura, del Partido Nacional, con 40,54 % de los sufragios (1.305.033) frente a Salvador Nasralla, del Partido Liberal, con el 39,20 % (1.261.849).

En este escenario aparece Claudia Sheinbaum, presidente de México y aliada de Xiomara Castro para expresar que su gobierno está “atento” a las denuncias realizadas por la mandataria de por un supuesto golpe de Estado. Lo llamativo, es que Castro denuncia esta presunta rebelión, pero tal como explica el Foro de Madrid, «el objetivo último es desestabilizar la nación para que Xiomara Castro permanezca ilegalmente en la Presidencia por tiempo indefinido».

Acá podría aplicarse de la teoría de la proyección en psicología, introducida por Sigmund Freud, donde se atribuyen pensamientos propios a otras personas para no tener que confrontarlos. Por ende, la mandataría estaría proyectando intenciones en la población que quizás residan en su propio partido con el propósito de mantenerse en el poder.

Fuente: PanamPost