"Las horas del usurpador, terroristas y narcotraficante Nicolás Maduro, están contadas"

Por Carlos Zimerman

La situación en Venezuela está llegando a un punto crítico y las acciones del presidente estadounidense, Donald Trump, son un claro indicativo de que la dictadura de Nicolás Maduro se enfrenta a una presión sin precedentes. No hay duda de que las horas de Maduro y su círculo de usurpadores, con sus vínculos terroristas y narcotraficantes, están contadas. Es fundamental reconocer que la lucha por la libertad y la democracia en Venezuela se intensifica.

Trump ha hecho un llamamiento contundente al mundo, señalando que el espacio aéreo de Venezuela debe considerarse completamente cerrado. Esta declaración, emitida a través de su cuenta en la red social Truth, es más que una simple advertencia; es un mensaje de firmeza para aerolíneas, pilotos y, sobre todo, para aquellos involucrados en el narcotráfico y la trata de personas. La administración Trump está asumiendo un papel de liderazgo en la presión sobre un régimen que se sostiene sobre prácticas ilegales y crímenes atroces.

“A todas las aerolíneas, pilotos, narcotraficantes y traficantes de personas: les rogamos que consideren que el espacio aéreo sobre Venezuela y sus alrededores permanecerá cerrado en su totalidad. ¡Gracias por su atención!“.

El despliegue militar significativo en el Caribe, con la inclusión del portaaviones más grande del mundo, es otro indicativo de que Estados Unidos está decidido a actuar. Este movimiento va más allá de una mera muestra de fuerza; es un mensaje claro de que el tiempo para Maduro se agota. La reciente conversación telefónica entre Trump y Maduro, en la que participa Marco Rubio, también señala que la administración ha llegado a la conclusión de que las tácticas de negociación anteriores ya no son viables. La era de los contratos petroleros y las posibles concesiones ha quedado atrás.

En esta situación de alta tensión, es evidente que Trump no está interesado en abrir un canal de negociación que alargue la agonía de un régimen corrupto. En su charla con Maduro, no se plantearon compromisos que le otorguen tiempo al dictador; al contrario, se reafirmó la intención de erradicar los carteles de la droga que operan bajo la protección del Palacio de Miraflores. Esta postura es crucial y demuestra que el enfoque de la administración Trump es directo y sin rodeos.

Es fundamental que la comunidad internacional esté atenta a estos desarrollos. Venezuela tiene el potencial de recuperar su libertad y restablecer su democracia, pero para ello es esencial que se mantenga la presión sobre un régimen que ha llevado al país a una crisis humanitaria sin precedentes. La liberación de Venezuela no solo es un anhelo del pueblo venezolano, sino también un imperativo moral que debe ser respaldado por acciones firmes y decididas por parte de actores globales. La pesadilla que comenzó con Hugo Chávez y fue continuada por Maduro debe llegar a su fin; el momento de la libertad está, al fin, al alcance de la mano.