


Servicios sexuales en Cuba se mudan a internet: tarifas superan los 14 salarios mínimos
MUNDO
AGENCIA INTERNACIONAL DE NOTICIAS


Una plataforma de anuncios en Cuba donde se comercializan productos, venden viviendas, se difunden empleos o promocionan talleres terminó convertida en una vitrina de servicios sexuales bajo la mirada de la dictadura. Se llama Wanuncios y allí decenas de hombres promocionan «masajes relajantes» o «compañía». Esas ganancias les permiten llevar una vida relativamente normal en la isla, sumida en el comunismo hace más de 60 años.


Y es que a falta de inversión privada, generación de empleo y un aparato económico regulado por el Estado durante décadas, los habitantes de la isla padecen una situación que raya en la pobreza extrema. El salario mínimo es de apenas 2100 pesos cubanos (4,5 dólares en el mercado informal). Al mismo tiempo, las pensiones mínimas son de 3056 pesos (6,5 dólares). En cambio, por un solo «servicio» contratado a través de Wanuncios, una persona puede ganar cerca de los 8000 pesos (17,2 dólares).
Estos servicios sexuales en Cuba no obedecen a una motivación física de quienes los proveen. Por el contrario, el objetivo en ganar dinero para subsistir. Entre los testimonios recabados por Cubanet está el de un hombre que «tiene una relación amorosa sólida con su mujer», pero al mismo tiempo ejerce la prostitución a través de Wanuncios a público masculino. “Ella ni se imagina a lo que me dedico además de trabajar en la panadería. Casi siempre trabajo los días de descanso. Le digo a ella que tuve que cubrir a un compañero de trabajo y a este que necesito matar una jugada”, explica. Con los ingresos puede mantener a su familia y disfrutar bares u hoteles, algo inaccesible para los ciudadanos de a pie.
Más de 14 salarios mínimos por servicio
Hombres «de 25 a 40 años con cuerpos atléticos» y discretos son los perfiles más comunes dentro de esta plataforma, según la mencionada investigación. Es un mercado que funciona en las sombras debido a que la prostitución no es completamente ilegal en Cuba, pero hay muchas complejidades. El Código Penal vigente, Ley 151/2022, no considera lo delito, por lo que no penaliza a las personas que ofrecen servicios sexuales a cambio de remuneración. No obstante, sí se castiga el proxenetismo, la trata o explotación sexual de menores y la pornografía.
En esos grises, surge el mercado sexual, incluido en la categoría «Contactos» dentro de la aplicación. Aunque quienes difunden sus anuncios (incluidas fotos de cuerpo y rosto) tampoco están legalmente protegidos, esto no los frena de seguir divulgando «su propuesta comercial» para ganar el dinero que no obtendrían en trabajos formales. Las tarifas pueden llegar a los 30000 pesos cubanos (64,5 dólares), dependiendo de quien lo ofrece. Si se toma como referencia lo que gana un cubano, serían más de 14 salarios mínimos.
Aumenta el sexo entre hombres en La Habana
Alrededor de toda esta situación está el hecho de que históricamente, Cuba ha estado asociada con el turismo sexual. Después del colapso de la Unión Soviética en 1991, muchos cubanos recurrieron a la prostitución para ganar divisas que anteriormente ingresaban a través de la extinta nación comunista. Desde entonces, dado que la isla pasó a ser un destino turístico, mujeres comenzaron a ver en los visitantes una oportunidad económica.
Actualmente, con las facilidades que ofrece la tecnología, eso cambió. La prostitución ya no está en las calles, sino en Internet. Tampoco las mujeres parecen ser las únicas en el mercado, los hombres comienzan a ocupar una parte importante como prestadores del «servicio». Este mismo año, La Habana se ubicó como la provincia «con mayor prevalencia de sexo transaccional entre hombres que tienen relaciones con hombres y mujeres transgénero», según una encuesta de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI).
De manera que las consecuencias de un sistema comunista no se limitan a una población empobrecida, sin acceso a alimentos o sometida por la fuerza del Estado. También lleva a sus ciudadanos a recurrir a métodos pocos convencionales para sobrellevar la crisis.
Fuente: PanamPost





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