
Moody’s aseguró que es “difícil” ver una recuperación económica en Brasil antes de 2026
MUNDO - BRASIL



El gobierno brasileño no hizo lo suficiente para mejorar su credibilidad ante los inversores, lo que empujó al banco central a subir las tasas de interés más de lo esperado y hace “difícil” que se vean mejoras antes de las elecciones de 2026, según Samar Maziad, de Moody’s Ratings.


El mes pasado, Moody’s rebajó la perspectiva crediticia de Brasil a estable, citando las expectativas de mayores déficits fiscales, un progreso más lento en las reformas estructurales y la presión presupuestaria derivada de las altas tasas de interés. Se trata de un cambio radical con respecto a la valoración positiva que Moody’s había otorgado al país sudamericano hace solo unos meses, cuando elevó la calificación de Brasil al umbral de la categoría de inversión con perspectiva positiva.
Si bien se esperaban aumentos en las tasas de Brasil, estos fueron más rápidos y pronunciados de lo previsto y reflejaron preocupaciones sobre la credibilidad fiscal del país, según Maziad, analista de Moody’s para América Latina y el Caribe. El banco central ha elevado los costos de los préstamos en 4,25 puntos porcentuales desde septiembre, hasta alcanzar el 14,75%, el nivel más alto en casi dos décadas.
“Es una dinámica menos positiva de lo que quizás intentamos reflejar en la perspectiva positiva”, dijo Maziad en una entrevista en San Paulo. “Los esfuerzos realizados no fueron suficientes para fortalecer la credibilidad, reducir los costos de los préstamos o encauzar la trayectoria de la deuda por un camino diferente”.
Los comentarios se producen antes de otra decisión sobre las tasas la próxima semana, con los mercados divididos sobre si el banco central endurecerá las condiciones o las mantendrá sin cambios. La junta del BCB ha hecho hincapié en la necesidad de mantener las tasas en un nivel restrictivo en medio de expectativas de inflación sin anclar.
También es un momento delicado para el presidente Luiz Inácio Lula da Silva. El líder de izquierda, cuya popularidad se encuentra cerca de los niveles más bajos de su mandato, se ha resistido a los planes para abordar los problemas presupuestarios estructurales de Brasil, relacionados en gran medida con la elevada proporción del gasto obligatorio que aumenta cada año.
Los esfuerzos del ministro de Hacienda, Fernando Haddad, para recortar el gasto han enfrentado resistencia tanto dentro del gobierno como en el Congreso. Es probable que la oposición se intensifique de cara a las elecciones del año que viene, en las que Lula planea presentarse a un cuarto mandato.
La falta de flexibilidad se traduce en una carga de deuda mucho mayor en el futuro, afirmó Maziad. Brasil necesita un plan creíble, ampliamente respaldado y con altas probabilidades de implementación para obtener una calificación positiva, dijo, y agregó que el marco fiscal actual se centra en los ingresos y que el gobierno debe buscar medidas adicionales para abordar el gasto.
“Nuestra perspectiva es de 12 a 18 meses, y todo el mundo ya está hablando de las elecciones”, dijo. “Es difícil ver alguna mejora significativa en el gasto en ese plazo”.
Motín del mercado
Los inversores se han mantenido nerviosos ante el creciente déficit del país. En diciembre, las preocupaciones fiscales provocaron una venta masiva que llevó la moneda a un mínimo histórico.
Otra propuesta en mayo provocó una reacción similar, lo que obligó al Ministerio de Hacienda a descartar parte de su plan para aumentar los ingresos a través de impuestos pocas horas después de anunciarlo. El gobierno está en conversaciones con el Congreso para encontrar formas de compensar el déficit.
El rechazo al aumento del gasto público no es exclusivo de Brasil: Colombia, el Reino Unido e incluso EEUU han experimentado reacciones similares. Según Maziad, los operadores de todo el mundo se han vuelto menos tolerantes con el aumento del déficit cuando no hay una razón clara que justifique el aumento del gasto, o cuando se reconoce la necesidad de una reforma pero no hay movimientos ni esfuerzos serios para abordarla.
“En esos casos, la falta de sostenibilidad de las políticas provoca una mayor preocupación entre los inversores, que se hace más patente y visible”, afirmó. “Es una cuestión de credibilidad”.
(Bloomberg)
Fuente: Infobae










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