



A seis décadas de su ejecución pública en Damasco, Israel ha concretado una de las operaciones más simbólicas de su historia reciente: la recuperación del archivo clasificado del espía Eli Cohen, considerado el agente más influyente del Mossad. La operación, mantenida en secreto durante meses y llevada a cabo tras la caída del régimen sirio de Bashar al Assad, permitió trasladar a Israel aproximadamente 2.500 documentos, fotografías, grabaciones y pertenencias personales que estuvieron durante 60 años en manos de los servicios de inteligencia sirios.


El anuncio fue realizado por la Oficina del primer ministro y el propio Mossad, en una fecha cargada de simbolismo: el 18 de mayo, día exacto en que Cohen fue ejecutado en 1965, en plena plaza Marjeh de la capital siria. Su cuerpo, nunca devuelto a Israel, sigue siendo objeto de búsquedas constantes por parte de los servicios secretos israelíes.
La magnitud del material recuperado es inédita: incluye el testamento manuscrito que Cohen redactó horas antes de morir, pasaportes falsos utilizados en sus operaciones, llaves de su apartamento en Damasco, correspondencia con oficiales sirios, asignaciones del Mossad, y evidencia de sus encuentros con figuras de la élite política y militar del país árabe.
En una ceremonia realizada en Jerusalén, parte del archivo fue entregado a Nadia Cohen, viuda del agente, en presencia del primer ministro Benjamín Netanyahu y el jefe del Mossad, David Barnea. Ambos subrayaron el carácter histórico de la recuperación y reafirmaron el compromiso del Estado con el regreso de los desaparecidos y prisioneros de guerra. “Eli Cohen es una leyenda nacional”, expresó Netanyahu. “Este archivo no sólo honra su memoria, sino que será fuente de enseñanza para futuras generaciones”.
David Barnea, por su parte, destacó el valor moral y operativo de la misión: “Este logro es fruto de décadas de esfuerzo de nuestros equipos de inteligencia, tecnología y operaciones. Seguiremos trabajando incansablemente para traer a casa los restos de Eli y de todos nuestros hombres y mujeres desaparecidos”.
Un espía entre la élite siria
Eli Cohen nació en Egipto en 1924 y emigró a Israel en los años 50. Reclutado por el Mossad, adoptó la identidad falsa de Kamel Amin Thaabet, un empresario de origen sirio con contactos en el extranjero. Con ese perfil, logró infiltrarse en los círculos más altos del poder sirio en los años previos a la Guerra de los Seis Días.
Durante su estadía en Siria, Cohen organizaba fiestas para oficiales y empresarios, cultivaba amistades con altos mandos militares y ganaba la confianza de figuras clave del régimen. Su acceso le permitió obtener información detallada sobre armamento, posiciones estratégicas y planes militares sirios, información que resultó crucial para el éxito del ataque preventivo israelí en 1967.
La caída de Cohen ocurrió en enero de 1965, cuando los servicios sirios, con tecnología soviética capaz de rastrear transmisiones clandestinas, interceptaron el último cable enviado a Israel. El entonces presidente sirio Amin al-Hafez había sido uno de sus contactos más cercanos, y fue él quien firmó su condena a muerte.
Testimonio de valentía y legado histórico
Entre los documentos recuperados se encuentra una carta escrita por Cohen a su esposa Nadia desde la prisión. Redactada en árabe, revela su lucidez y fortaleza en las últimas horas: “Te pido, Nadia, que me perdones y que sigas adelante con los niños. No pierdas tiempo en el dolor, piensa siempre en el futuro”.
También fue hallado un archivo titulado “Nadia Cohen”, donde los servicios sirios documentaban los intentos desesperados de su esposa por lograr su liberación. Se incluyen cartas que ella envió a líderes mundiales y al propio presidente sirio, rogando por clemencia.
Este gesto de Israel -traer a casa no sólo el archivo de uno de sus héroes, sino también parte de su legado humano y personal- ha sido interpretado como un mensaje claro: el compromiso con quienes entregaron su vida por la seguridad del país sigue vigente, incluso seis décadas después.
Desde 1965, diversos gobiernos israelíes han intentado sin éxito recuperar los restos de Eli Cohen. En 2019, se especuló con la posibilidad de que Rusia colaborara en la búsqueda, pero nunca se confirmó un resultado. Ahora, con el cambio del panorama regional tras el colapso del régimen sirio, el Mossad busca nuevas oportunidades para cerrar ese capítulo pendiente.
Eli Cohen sigue siendo, hoy como entonces, un símbolo del sacrificio, el valor y la dedicación absoluta al Estado de Israel. El archivo recuperado no sólo devuelve a su familia parte de su historia, sino que enriquece la memoria nacional con nuevos elementos sobre la figura del espía que supo cambiar el rumbo de una guerra con información y coraje.
Fuente: Aurora



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