



El progresismo español está padeciendo una vez más las consecuencias de sus profundas contradicciones. Esta vez se debe a roces que hay entre el movimiento feminista y el partido Podemos por el uso del hiyab o velo islámico dentro de instituciones educativas, razón por la cual surgió una iniciativa que busca prohibirlo dentro de las aulas del país.


Dos profesoras –que irónicamente se catalogan como feministas– presentaron ante el Congreso de los Diputados una propuesta de modificación legislativa con ese fin. Aunque el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), el Partido Popular (PP) y Vox esperan reunirse con las precursoras de la medida, según The Objective, el precedente está jugando en contra de Podemos.
El extremismo de izquierda del partido fundado por Pablo Iglesias lo lleva a defender causas supuestamente feministas. Sin embargo, también respalda retóricas antiisraelíes que exigen “el fin del genocidio en Gaza”, omitiendo el terrorismo del grupo islámico Hamás en la guerra. Esas contradicciones incluso provocaron que la diputada y exministra de Igualdad, Irene Montero, se enfrentara a un escrache de una activista del Frente Obrero. «¡Mientras los países musulmanes se dedican a asesinar a las mujeres que no llevan velo aquí lo están defendiendo!», se escuchó en el auditorio durante un evento reciente.
El cartel de Vox: “Feliz” 8-M de 2030
El 8 de marzo, Día de la Mujer, sirve además para que partidos políticos como el conservador Vox adviertan sobre lo que podría pasar en España debido a las altas cifras de migrantes musulmanes. Un cartel con una foto de mujeres usando velo y la frase “‘Feliz’ 8-M de 2030” se hizo viral en redes sociales.
Lejos de ser un gesto de xenofobia, las alertas surgen por la posible imposición de la ley sharía que censura y atenta contra las mujeres, como ha quedado demostrado en países como Irán y Afganistán. Solamente el año pasado se calculaba que 5 % de la población española (2,4 millones de personas) estaba compuesta por musulmanes, según los últimos datos del “Estudio demográfico de la población musulmana”. Más de 45 % posee la nacionalidad española.
Los datos se relacionan con la iniciativa de las profesoras feministas Sonia Sierra y Elena del Pilar Ramallo, quienes rechazan el uso del velo islámico en las escuelas porque «es un símbolo de sumisión de la mujer, restricción de su libertad y potencial vulneración de sus derechos fundamentales». En su denuncia agregan que «no podemos aceptar que entre nuestras conciudadanas haya mujeres obligadas a cubrirse de pies a cabeza con el pretexto de la diversidad cultural».
El doble rasero de Irene Montero
Irene Montero no tiene problemas con usar el pañuelo palestino en apariciones públicas. Sobre esto, el Parlamento Europeo le exigió quitárselo el año pasado durante una de las sesiones. No obstante, a la par promueve políticas progresistas por la supuesta igualdad entre hombres y mujeres. Por ejemplo, cuando estaba al frente del Ministerio de Igualdad, impulsó informes sobre «prejuicios cisheteronormativos» o sobre cómo los semáforos en España son machistas.
Esa hipocresía –extensiva a la agenda woke del socialista Pedro Sánchez– es la que hoy le recriminan colectivos ideológicamente afines. Un video publicado por la misma activista que enfrentó a Montero desnuda las contradicciones de la agenda progresista española. “Mientras hablan de defender los derechos de las mujeres, defienden la cultura islámica aquí”, razona.
Fuente: PanamPost










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