La llamativa iniciativa en las costas del Mar Caspio para alertar sobre la crisis climática
MUNDOAgencia 24 NoticiasEn la costa del Mar Caspio, una escena inesperada sorprendió a quienes paseaban cerca del agua: un gigantesco cachalote de 16 metros yacía varado, acompañado de un intenso olor rancio. Esta visión dejó sin palabras a los habitantes y turistas que se acercaron a la costa de Bakú, en Azerbaiyán, especialmente porque en este vasto lago no existen ballenas.
Sin embargo, lo que observaron no se trataba de un animal real, sino de una obra de arte hiperrealista creada por el colectivo belga Captain Boomer, cuya misión es desafiar las percepciones humanas sobre la naturaleza y el impacto de la crisis ecológica global.
Esta ballena falsa fue cuidadosamente elaborada con moldes de cachalotes reales, y una atención tan detallada que simulaba hasta el hedor característico de un animal en descomposición, según reportó en un artículo CNN.
Para ello, el colectivo utiliza cubos de pescado podrido ocultos estratégicamente alrededor de la instalación, lo que intensifica la ilusión de que se trata de un cadáver genuino.
Desde su creación hace aproximadamente una década, esta obra fue expuesta en distintas ciudades y costas alrededor del mundo, en un recorrido que busca captar la atención del público y transmitir un mensaje poderoso sobre la vulnerabilidad de los ecosistemas marinos y los efectos del cambio climático.
Impacto en el público
Desde que la recreación del cachalote apareció en Bakú, miles de personas se congregaron en la costa del Mar Caspio para contemplarla. Muchos de los espectadores, sorprendidos por el realismo de la obra, se quedaron observándola durante más de una hora, algunos incluso expresando reacciones emocionales intensas. Para algunos de ellos, esta es la primera vez que ven algo semejante a una ballena, aunque en realidad no se trate de un animal real.
Según Bart Van Peel, integrante de Captain Boomer, la intención es precisamente esta: crear en las personas un sentido que descoloque, una perturbación de su conexión habitual con la naturaleza.
Al observar la ballena fuera de contexto, quienes la visitan reflexionan sobre el estado de los océanos y la influencia humana en el medioambiente, en un acto de cuestionamiento de su propia relación con el mundo natural. Es un juego entre la realidad y la ficción, le explicó Van Peel a CNN.
El simbolismo y la investigación
La instalación de la ballena no se limitó a su presencia estática en la costa; estuvo acompañada por un componente de teatro callejero que añadió profundidad a la experiencia. Integrantes de Captain Boomer, caracterizados como científicos, interactuaron con el público mientras realizaban una “investigación” sobre la misteriosa aparición de la ballena varada.
Con esto, el colectivo construye historias en torno a la instalación. Sugiere posibles razones para la llegada del cetáceo al mar. A través de estas interacciones teatrales, los actores plantean hipótesis ficticias, como que el cambio climático podría haber alterado la ruta migratoria del animal, en un esfuerzo por añadir realismo y narrativa a la escena.
En conjunto, la instalación y la actuación apuntan a crear un símbolo poderoso de la crisis ecológica que afecta a los océanos y a la vida marina.
Con este gesto, Captain Boomer busca provocar una reflexión en el espectador, como si el cetáceo, agotado, se arrojara a la costa para expresar un mensaje urgente. “Es el gesto de una bestia que viene de otro elemento y se arroja a nuestros pies y dice: ‘Miren, ya no puedo más’. Hay un agotamiento. Es un gran interrogante. ¿Qué van a hacer?”, explicó Van Peel.
Por qué en Bakú
La elección de Bakú como el lugar donde “varar” a la ballena modelo no fue casual. Se decidió poner la instalación para aprovechar la celebración en la ciudad de la cumbre climática COP29, organizada por la ONU.
Este encuentro reúne a líderes de todo el mundo para abordar los crecientes desafíos de la crisis climática, en un momento en que los efectos del calentamiento global sobre los ecosistemas, como los océanos, son cada vez más alarmantes.
Fuente: Infobae