Catherine Cortez Masto: “Hay que mostrarle a los latinos que estamos a su lado y hacerlo pronto”

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En 2017 Catherine Cortez Masto (60 años) cruzó barreras infranqueables hasta el momento al convertirse en la primera mujer de Nevada que llegaba al Senado y la primera latina que ocupaba un puesto en la Cámara Alta de Estados Unidos. Sus abuelos, procedentes de México y de Italia, se propusieron que sus descendientes no sufrieran discriminación por su origen y para que se integraran más en la ciudad de Las Vegas, donde Cortez Masto nació y se crió, el inglés sustituyó al español como la lengua familiar.

La senadora reconoce que las barreras que ha tenido que derribar fueron mayores por ser mujer que por ser latina. Fue fiscal general de Nevada, puesto desde el que combatió delitos relacionados con el tráfico sexual y de drogas y se enfrentó a la gran banca. Desde ahí compartió experiencias con Kamala Harris y ahora su nombre suena como posible candidata a unirse a su Gabinete en caso de que la vicepresidenta gane las elecciones. Su Estado es clave para el resultado de las urnas y niega que los demócratas estén perdiendo votos en su comunidad.

Pregunta. Creció en Estados Unidos en un momento en el que la comunidad latina era muy minoritaria.

Respuesta. La población donde crecí era muy pequeña y había muy pocos latinos. Yo soy medio italiana medio mexicana. Mi padre y su familia vinieron a Las Vegas en los años 40. Mi abuelo, que era de Chichuahua, era panadero. Mi abuela nació en Las Cruzes, México, y cuando mi padre tenía cinco años vinieron a Las Vegas. La familia de mi madre era italiana y llegaron a Misuri en los años 50. Cuando yo era pequeña, toda la familia iba un domingo a casa de mi abuela paterna, donde comíamos tortillas, tamales, chipotles... y otro domingo a casa de mi abuela materna a comer pasta y albóndigas. Crecí en un ambiente de buena comida casera y mucha familia, con mis primos, que vivían a dos puertas de mi casa.

P. ¿Sintió discriminación por ser latina en algún momento?

R. No, nunca pensé en el hecho de que yo era latina y que había discriminación, pero sé que mi padre sí, y mis abuelos también. Y como no querían eso para sus hijos, sino que nos integráramos, no hablábamos español. Mis abuelos se cambiaron sus nombres originales por nombres en inglés, Mary y Eddie, para facilitar la asimilación cultural. Mi padre quiso entrar en el FBI, pero no le dejaron porque en ese momento sí había discriminación. No quisieron que yo pasara por lo mismo.

P. Hay rumores de que Kamala Harris le ofrecería un puesto si es elegida presidenta el 5 de noviembre. ¿Aceptaría?

R. En este momento, es un honor representar a mi Estado. Acabo de ganar la reelección al Senado y me encanta mi trabajo. Hay mucho que hacer, muchos problemas que solucionar, incluida nuestra gran comunidad latina, que es un tercio de la población del Estado.

P. Trabajó con Kamala Harris en un momento en el que las dos eran fiscales generales. ¿Cómo era ella entonces?

R. Igual que es ahora. Siempre trabajó muy duro para apoyar a las familias trabajadoras y a los pequeños negocios y para mantener a la comunidad segura. Trabajamos juntas en la frontera y en una crisis de impago de hipotecas. Conseguimos parar a los bancos, que se querían aprovechar de las familias y las protegimos.

P. La retórica antiinmigrante ha crecido en el país. Muchos ciudadanos apoyan a un candidato que dice que los migrantes envenenan la sangre del país y que se comen a las mascotas. ¿Cómo se puede combatir?

R. Tenemos que mantenernos firmes contra ello. Por un lado, tenemos que asegurarnos de que hay recursos suficientes para mantener la frontera sur segura; atacar el tráfico de drogas, y activar un sistema de asilo y de prosperidad económica para la gente que llega a la frontera. Pero a la vez tenemos que arreglar un sistema de inmigración que es fallido y hacer bien las cosas para los dreamers y los beneficiarios del Estatus de Protección Temporal. Son personas que llegan al país buscando una oportunidad económica y detrás del sueño americano. Esa es mi familia y muchos de mi comunidad. Podemos hacer las dos cosas. Hay una falsa narrativa de que solo se puede hacer una u otra cosa, difundida por el expresidente Donald Trump y algunos republicanos de la derecha. Y continúan diciéndolo para beneficiarse políticamente, tratando de enfrentar familias y vecinos.

Todos queremos una comunidad segura, pero también cerciorarnos de que nuestros hijos, nuestros dreamers, tienen oportunidades para triunfar. Las comunidades que yo he visitado y la gente que conozco han contribuido al PIB de este país, como emprendedores, creando empleo, pero también trabajando en el sector servicios. Nos beneficia apoyar la inmigración.

P. Usted fue la primera mujer latina en ganar un puesto en el Senado. ¿Fue más difícil superar barreras por ser mujer o por ser latina?

R. Estoy muy orgullosa de mis raíces latinas, es parte de quién soy y de cómo me relaciono con otros. Pero también soy una mujer que trabajó en hacer cumplir la ley cuando había muy pocas mujeres que lo hacían. Cuando entraba en una habitación todos eran hombres. Tenía que ser perseverante, imponer mi voz en las reuniones por aquellos que tradicionalmente han sido ignorados, aportando soluciones y representar a muchas personas de mi comunidad, incluida mi familia. Mi padre se reunía regularmente con latinos para buscar maneras de apoyarlos. Sabía que una manera de hacerlo era a través de la educación y nos dio una buena educación a mi hermana y a mí.

P. Representa uno de los Estados clave para ganar las elecciones, pero las encuestas muestran que muchos latinos, tradicionalmente demócratas, van a apoyar a los republicanos.

R. Eso no es cierto. Durante mi campaña de reelección, había gente, que aseguraba conocer a los votantes, que me decía que estaba perdiendo el voto latino. Y yo les decía que acababa de salir de un restaurante lleno de latinos y que todos me habían mostrado su apoyo. Y así fue, conseguí su respaldo en Nevada de manera parecida a lo que habíamos tenido en el pasado. Pero es verdad que no podemos dar a los latinos por descontados. Tenemos que aparecer, hablar con ellos de los asuntos que les preocupan y debemos convencerles de que tenemos soluciones y queremos luchar por sus familias y su futuro. Hay que mostrarles que estamos de su lado y hacerlo pronto.

P. Es la única latina en el Senado en un momento en el que los latinos son el grupo demográfico que más está creciendo, hasta haberse convertido en la primera minoría del país. Hay mucha retórica en torno al creciente poder de la comunidad. ¿Este discurso es solo una táctica electoral para conseguir su voto?

R. Hay dos cosas. Una es que los latinos pueden tener mucho poder en cuanto al voto se refiere y no todos los que pueden votar lo hacen, por eso hay que involucrarles, hablarles de que ellos tienen el poder de decisión. Y dos, no hay suficiente gente que los representa, que se postula para el Gobierno. Si pensamos que yo fui la primera latina en el Senado de Estados Unidos en 2017... ¡Es una locura! Es importante decirle a los latinos que hay oportunidades en puestos elegibles y que hay que postularse, necesitamos esa representación.

Fuente: El País

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