La primera misión de Claudia Sheinbaum como presidenta electa: señales para calmar a los mercados

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La avasalladora victoria en México del partido del Gobierno, Morena, ha sembrado inquietud en el ámbito económico desde el mismo lunes 3 de junio, cuando se conoció que el poder acumulado en las Cámaras legislativas era tan fuerte que las reformas políticas planteadas por el presidente, Andrés Manuel López Obrador, antes de concluir su mandato el 30 de septiembre podrían aprobarse sin problemas. Esa suerte de rodillo ha sido recibida con caídas de la moneda nacional, repuntes y nuevas caídas en esta semana. El peso ha bajado un 8% desde las elecciones del pasado domingo, la peor semana en cuatro años de fortaleza, alcanzando un cambio de 18,30 por dólar.

La presidenta electa, Claudia Sheinbaum, se ha esforzado en calmar a los mercados y ha mantenido conversaciones con el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, la OCDE, la poderosa gestora de inversiones BlackRock, así como el anuncio inmediato de que el actual ministro de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, se mantendrá en su puesto por un tiempo indefinido. Pero el sosiego no acaba de llegar.

López Obrador no está contribuyendo a la tranquilidad, más bien al contrario. En 2021, su partido perdió la mayoría suficiente en el legislativo para aprobar un paquete de 20 reformas, algunas de las cuales necesitan modificaciones de la Constitución. Por esa razón, llamó al pueblo a votar en masa para tener ahora una última oportunidad de sacar adelante sus medidas, entre las que se incluye un cambio en el poder judicial por el cual los jueces de la Suprema Corte y otros serían elegidos por voto popular, en lugar de designados por el Senado. Pretende también eliminar algunos organismos autónomos independientes, como los que regulan la competencia económica, las telecomunicaciones, el mercado de las energías o el encargado de la transparencia pública, entre otros. La oposición ha calificado estas medidas como un verdadero “cambio de régimen”, porque afectan al sistema y el organismo electoral, como la eliminación de los diputados por vía plurinominal, es decir, sin pasar unas elecciones. Hay quienes consideran que los plurinominales permiten introducir personas del ámbito civil en las Cámaras, lo que aporta cierta pluralidad, pero también entran otros perfiles más polémicos que quieren garantizarse un escaño sin someterse al voto.

Estos cambios anunciados han sostenido la narrativa de la oposición durante la campaña de que la democracia mexicana estaba en riesgo, de que llegaba el autoritarismo, algo que las elecciones del 2 de junio no han dado por bueno, dejando a Morena una lluvia de votos, carta blanca para completar sus reformas. Y en eso se basa el presidente, sabedor, además, de que parte de esa victoria aplastante se debe al carisma que todavía mantiene entre la población. “La justicia está por encima de los mercados”, dijo este pasado viernes, negando que la inestabilidad económica o financiera pueda ser un obstáculo para él. “La gente quiere eso, quiere cambios, la economía de México está fuerte, no se debe optar entre derecho y justicia o entre progreso y esclavitud”, señaló. Quienes están protestando son para el presidente “promotores del nerviosismo”. Pero afirmó que todo se hará “de manera ordenada, sin autoritarismos, convocando a todos para hablar sobre el tema”. Solo le resta el mes de septiembre para legislar una vez conformado el Congreso.

En el cuartel de traspaso de poderes de Claudia Sheinbaum se esmeran en enviar un mensaje de calma, de que no se usará la “aplanadora” a pesar del poder de votos en el legislativo, con mayoría calificada de diputados y a dos senadores de tenerla también en la Cámara alta. Posiblemente el lunes, cuando el tribunal electoral valide oficialmente la victoria de Sheinbaum, el presidente se reúna con ella y puede que tras ese encuentro se limen algunas diferencias entre los proyectos políticos de ambos. La candidata presentó un esbozo de reforma judicial en la campaña, más contemporizador, que difería en alguna medida del planteado por el presidente, pero están por perfilarse todos los detalles. López Obrador aseguró el día después de las elecciones que procuraría “no molestar” a la presidenta electa. La continuidad con las políticas de este sexenio que ha prometido Sheinbaum durante la campaña electoral auguraba un seguidismo completo de los proyectos de su antecesor, algo que muchos le reprocharon, pero que finalmente el electorado aprobó sin margen para la duda.

México es un país con carencias básicas muy notables todavía, como la alimentación saludable o un buen sistema sanitario, así como la falta de agua corriente en muchos territorios. Un total de 36 millones de personas viven en la pobreza o pobreza extrema, por lo que muchos analistas han considerado que estas han sido las prioridades al emitir su voto, sin importarles gran cosa los cambios en el poder judicial, en los organismos autónomos, que le son muy desconocidos a buena parte de la población, o la misma violencia que arrasa el país. Comer está primero. Y las medidas contra la pobreza han sido algunas de las más aplaudidas por los mexicanos, que han visto incrementado notablemente su salario mínimo o recibido miles de millones en ayudas sociales.

Una figura clave en el traspaso de poderes es Juan Ramón de la Fuente, quien conducirá este proceso. Es un hombre moderado que ha sido representante de México ante la ONU antes de que Sheinbaum lo llamara para su equipo de campaña. Médico, escritor, diplomático y exrector de la gran universidad mexicana, la UNAM, De la Fuente tiene fama de buen negociador y persona moderada, lo que también es una señal de un talante dialogante en estos momentos.

Los pulsos entre la Administración actual y la que viene, entrevistos más que explícitos, presentan también la otra cara: López Obrador y Sheinbaum se hacen cariños públicos. “Aunque pienso igual que tú sobre que el poder es humildad, la verdad, la verdad, estoy muy orgulloso. Tú eres lo mejor que le ha pasado al país en estos tiempos. No cabe duda de que México y su pueblo están benditos”, escribió el presidente a su sucesora para felicitarla. El mensaje se ha hecho público en su conferencia matutina y Sheinbaum ha reconocido que se le “llenaron los ojos de lágrimas por el reconocimiento” que le hace un hombre al que siempre ha admirado “como un gran dirigente y un gran presidente”, ha dicho. Ambos harán un recorrido por diversas partes del país visitando proyectos de gobierno en marcha y se reunirán pronto.

Fuente: El País

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