El paro sindical más a contramano de la historia argentina

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CGT

El 9 de mayo es la fecha. En una actitud inédita, la CGT vuelve a convocar a un paro general en contra del gobierno de Javier Milei. El segundo en cuatro meses de gestión. Recordamos que, aunque el período de Alberto Fernández fue donde más se licuaron los salarios de los trabajadores, el sindicalismo argentino no convocó ninguna medida de fuerza.

Aunque se trata de una jugada desesperada, como anticipamos durante el primer paro, todo lo que sucede es absolutamente previsible. La corporación gremial percibe que el gobierno comienza a pisar fuerte y tiene que jugar a todo o nada: o lo voltean o pierden sus espurios privilegios. Si la primera medida de fuerza (la más temprana de la historia) ya estaba a contramano del sentido común, qué decir de esta segunda. El anuncio, enmarcado con un escenario apocalíptico para la Argentina, queda con pocos argumentos ante la realidad misma. Como si fuera poco, Javier Milei este viernes se reunió con Elon Musk, potenciando su figura a nivel mundial.

El sindicalismo, como tantas otras organizaciones que se han nutrido del modelo que ha forjado en la decadencia, busca sin éxito consolidar un escenario que, según las encuestas, la gran mayoría del electorado no comparte. Estas corporaciones saben que, si no logran desestabilizar al gobierno antes de las elecciones de medio término, después puede ser demasiado tarde.

En este proceso, es evidente que están actuando desesperadamente y solo están dañando sus propios intereses. Es posible que la partida ya esté terminada, aunque parece que el juego aún continúa. Si no toman medidas extremas, el gobierno se fortalecerá. Sin embargo, si optan por el boicot, el oficialismo también podría salir beneficiado.

Mientras tanto, el aparato comunicacional kirchnerista sigue tratando de perjudicar al oficialismo sin éxito. Por ejemplo, les ponen el micrófono a las personas que no se les ha renovado el contrato laboral en el Estado. Aunque se muestran desesperados ante las cámaras, el público termina percibiendo que esos personajes gozaban de privilegios que ellos no tienen. En lugar de dañar a Milei lo terminan fortaleciendo. Por ahora, “no la ven”.

El último 4 de abril, el gremio del sector de la educación convocó a un paro, pero la medida tuvo un muy escueto acatamiento, por lo que se trató de otra iniciativa que termina resultando un disparo en el pie.

¿Qué pasará el próximo 9 de mayo? Lo mismo que sucedió el pasado 24 de enero: una movilización masiva del aparato a Plaza de Mayo, que lo único que conseguirá es indignar a toda la gente que se cruza con las hordas. La última vez viralizaron en las redes sociales las imágenes de los muchachos borrachos en los medios de transporte, mientras cantaban sus consignas peronistas. Los medios como Página/12 y C5N harán planos aéreos mostrando la nutrida concurrencia, argumentando que allí se encuentra “el pueblo trabajador”, cuando la verdad es que el verdadero pueblo laburante estará en sus lugares, haciendo su vida con total normalidad.

Cuando finalice la jornada habrán gastado otro cartucho y el 10 de mayo será un día como cualquier otro. Seguramente dirán que seguirán “luchando”, mientras cada medida de fuerza tenga, justamente, menos “fuerza”.

Desafortunadamente, teniendo en cuenta los intereses que están en juego, lo más probable es que, con el correr de los meses y con la situación económica más estable (la inflación sigue bajando)

Fuente: PanamPost

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