
Gavin Newsom y su relato de mando: del podcast a los disturbios de Los Angeles
MUNDO



Gavin Newsom, gobernador de California desde 2019, está ensayando una estrategia multimodal para proyectarse más allá de Sacramento y posicionarse como figura nacional de los demócratas, con la ambición puesta en 2028. En primer lugar, ha lanzado This Is Gavin Newsom, un podcast en el que dialoga con figuras conservadoras como Charlie Kirk o Steve Bannon, anunciando que quiere “entender cómo se organiza MAGA”, para que los demócratas recuperen eficacia comunicativa. Un movimiento acertado que reconoce que hoy la comunicación traspasa el partido.


Además del podcast, Newsom ha sido protagonista del enfrentamiento institucional del momento: las revueltas en Los Angeles tras las redadas federales de ICE. Miles de personas se han manifestado contra las deportaciones masivas, bloqueando autopistas e incendiando contenedores. En respuesta, Trump ha desplegado miles de soldados de la Guardia Nacional y marines, algo sumamente inusual en tiempos recientes. Newsom, lejos de ceder, ha denunciado esa intervención como un acto de “autoritarismo federal” y ha presentado demandas legales contra el despliegue militar, calificándolo de “invasión” y “amenaza al Estado de Derecho”.
Su gestión comunicativa ha sido impecable en varios frentes. Ha alternado retórica dura—como su petición de “arréstenme a mí primero”—con llamado a la calma y la no violencia, mostrando un perfil de liderazgo firme y responsable. Al mismo tiempo, ha activado una narrativa emotiva destinada a la base progresista: lo federal no puede reprimir comunidades locales, y los derechos civiles están en peligro. Este relato ha tenido impacto nacional y le ha colocado en el centro mediático con un eco incluso superior al de las conversaciones más virales de los demócratas.
Pero Newsom también se mueve con pragmatismo: su Campaign for Democracy PAC ha recaudado decenas de millones, no solo para California, sino para candidaturas demócratas en estados clave. Está combinando contenido propio (el podcast), acción institucional (la defensa legal), exposición mediática y músculo financiero: los cuatro pilares de una estrategia presidencial. Todo ello sin declararse candidato.
Este enfoque tiene riesgos. Su podcast con figuras MAGA puede alienar a parte de su base progresista. Su retórica beligerante contra Trump puede agotar al moderado medio. Pero hay un diseño: al interpelar a ambos segmentos del electorado —el progresista indignado y el votante desencantado del centro—, busca ocupar un espacio propio en un partido fracturado. Hoy ya no basta con liderar a la izquierda, hay que ganar el centro mediático.
El episodio de Los Angeles le permite completar su relato: el gobernador que defiende la democracia local contra el autoritarismo nacional, que actúa institucionalmente mientras habla con emociones y micrófonos. En plena polarización, Newsom ofrece una figura híbrida: no es un outsider radical, pero tampoco un burócrata acomodado. Se presenta como un “líder de verdad”, capaz de gestionar crisis reales mientras construye un discurso.
¿Es suficiente? Depende de su habilidad para mantener el equilibrio entre confrontación moral y solvencia política. Si consigue sostener el relato sin caer en la demagogia que tanto daña a Trump, habrá construido un perfil presidencial de primer orden. Si no, podría quemarse en exceso antes de despegar.
Pero por ahora, California mantiene los ojos puestos en él, y el país lo escucha.
Fuente: PanamPost
