Nuevo escándalo en Brasil: el PT, campeón histórico de la corrupción

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El Partido de los Trabajadores (PT) prometió redimir a Brasil, pero sus gobiernos han forjado un imperio de corrupción que ultraja a la nación. El reciente escándalo del Instituto Nacional do Seguro Social (INSS) es la última prueba de un partido que ha hecho del robo su esencia. El INSS, la agencia federal que administra las pensiones y beneficios sociales de millones de brasileños, como jubilaciones, subsidios por enfermedad o maternidad, fue saqueado en un esquema que desfalcó R$ 6,3 mil millones (USD 1,1 mil millones) entre 2019 y 2024.

Asociaciones fraudulentas —con la complicidad de funcionarios— descontaban cuotas ilegales de los cheques de jubilados, a menudo sin su consentimiento, afectando a unos 5,4 millones de personas, muchos de ellos ancianos vulnerables. Este robo, que explotó un 270 % durante el tercer mandato de Lula (2023-2024), implicó al sindicato donde el hermano de Lula es directivo y llevó a la renuncia del ministro Carlos Lupi, quien ignoró alertas desde 2023. Para el mundo, esto no es solo un escándalo: es la confirmación de que el PT, con un historial de latrocinios, se corona como la fuerza más corrupta de la historia de Brasil. Recordemos su legado.

El Mensalão (2005) fue el primer golpe. El PT, que juraba ética, compraba votos en el Congreso con sobornos mensuales, desviando R$ 141 millones (USD 58 millones, tasa 2,43 BRL/USD). José Dirceu, el estratega de Lula, y José Genoíno, presidente del PT, terminaron presos. Lula, con su cinismo, se deslindó, pero el PT quedó expuesto como una farsa.

La Operación Lava Jato (2014-2021) llevó la infamia a una escala global. En Petrobras, la petrolera estatal, el PT permitió un saqueo de R$ 42,8 mil millones (USD 12,23 mil millones, tasa 3,5 BRL/USD) en desvíos directos entre 2006 y 2014, según la Policía Federal. Constructoras como Odebrecht pagaban sobornos por contratos inflados, y Lula fue condenado por aceptar un apartamento de lujo, aunque a través de un tecnicismo judicial le anularon la sentencia sin declararlo inocente posteriormente en 2021. Dilma Rousseff, destituida en 2016, se hundió en el descrédito de este robo que devastó la economía.

El Caso Odebrecht (2015) destapó una red global de coimas. Odebrecht confesó pagar USD 788 millones (R$ 2,76 mil millones, tasa 3,5 BRL/USD) en sobornos en 12 países, con el PT como cómplice clave en Brasil. Lula usó su influencia para asegurar contratos internacionales, con el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) como aliado. La cifra de R$ 123 mil millones (USD 35,14 mil millones, tasa 3,5 BRL/USD) de Lava Jato, según la Contraloría General, refleja no solo desvíos, sino sobrecostos, contratos inflados y daños económicos a Petrobras. Este escándalo, que salpicó a 12 países, fue el corazón del reinado corrupto del PT.

El Escándalo del INSS (2025) prueba que el PT no se redime. Los R$ 6,3 mil millones (USD 1,1 mil millones, tasa 5,7 BRL/USD) robados a jubilados son un ataque a los más necesitados, con funcionarios cómplices y una supervisión inexistente bajo Lula.

Estos escándalos suman R$ 132,2 mil millones (USD 36,75 mil millones). Comparado con Fernando Collor de Mello, destituido en 1992 por coimas de USD 500 millones (R$ 1,5 mil millones, tasa 3 BRL/USD), el PT no tiene rival. El PT sistémicamente traicionó a los pobres que decía defender. Otros partidos también han participado de la corrupción y son culpables, pero la hipocresía del PT, que se proclamaba moralmente superior, es imperdonable. ¿Hasta cuándo los brasileños tolerarán esta cleptocracia? ¿Cuándo actuará la justicia? ¿Qué reformas se pueden hacer para extirpar la corrupción? El PT es un monumento a la corrupción que mancha la historia de Brasil.

Fuente: PanamPost

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