Alimentos creados con IA ya se venden en Chile: por qué esto no golpea el mercado laboral

“Hechos por inteligencia artificial”. Esa es la nueva indicación en las etiquetas alimentos elaborados, diseñados y producidos con algoritmos predictivos, capaces de analizar las preferencias de los consumidores para satisfacerlos con sabores y texturas. El revuelo es total, porque además esta tecnología garantiza el éxito de las inversiones, al anticiparse a las tendencias del mercado para desarrollar productos con mayor aceptación. ¿Desplaza al talento humano? El debate es intenso.

Descubrir que la combinación de durazno y maíz replica el sabor del pollo, con el objetivo de crear una porción para una hamburguesa, transformó la forma de fabricar comida en la actualidad.

La posibilidad de analizar grandes volúmenes de datos para identificar patrones de consumo posiciona a la inteligencia artificial como la mejor aliada de la industria alimentaria. Con este método se deja atrás la tradicional forma de producción, la cual se basa en ensayo y error, un procedimiento que al final terminaba por dejar costes muy elevados.

Simulación de recetas
Toda la cadena de producción cambió, se complementó y potenció con la integración de inteligencia artificial. Esta adición arroja mejores estándares calidad y menor gasto en cada etapa de fabricación. La economía gana con este nuevo escenario, donde la predicción de las propiedades físicas y químicas de un alimento optimiza su composición, impulsa las ventas y con ello, el empleo.

La inteligencia artificial simula la integración de diferentes ingredientes para desarrollar sabores novedosos, sin la necesidad de fabricar de manera física los productos. También, arroja cómo evolucionarán los productos durante su vida útil.

Por ambos aportes, la industria de alimentos y bebidas estima un crecimiento de 45,7 % en los próximos dos años. Y si se añade el uso de la robótica en la automatización de la cadena, la proyección de mejora de la productividad se elevará un 20 %. Los números son positivos, considerando que su valor de mercado podría superar los 300.000 millones de dólares en 2026, según Plataforma Tierra.

Marca innovadora en Chile
La marca chilena NotCo es pionera en la creación de productos a base de plantas que imitan los sabores y texturas de los alimentos tradicionales sin afectar el valor nutricional.

¿Cómo lo logran? Con una plataforma de IA bautizada  como “Giuseppe” —en homenaje al pintor italiano Giuseppe Arcimboldo, popular por recrear rostros humanos con frutas y vegetales— capaz de crear alternativas de comidas más saludables. El éxito de esto consiste en analizar la estructura molecular de los alimentos y combinar diferentes ingredientes de origen no animal.

Desde salchichas, barras de cereal hasta helados veganos, los cuales son producidos con esta tecnología, ya se venden en supermercados. La compañía diseñó con IA recetas de alimentos—que en promedio demoran 18 meses— en un par de semanas. Para ello, utilizó su base de datos que cuenta con los perfiles moleculares de vegetales y el impacto de las técnicas de cocción (como el horneado o el salteado) en el sabor, color y textura.

Desafíos por delante
En una reciente entrevista, Agustín Londoño, director comercial de NotCo en Colombia, reveló a El Tiempo que la IA de NotCo trabaja con cuatro módulos principales llamados Viaggio, Score, Flora y Síntesis. Los dos primeros se encargan de la investigación, clasificación y entendimiento de la materia prima, mientras que Flora y Síntesis proponen ideas concretas sobre la disponibilidad de ingredientes.

Nada ocurre por sí solo. Giuseppe tiene detrás un equipo de científicos, chefs y desarrolladores que interactúan con la plataforma. Ahora, generar confianza en los consumidores es uno de los mayores desafíos de los alimentos creados con inteligencia artificial, cuyos creadores buscan combatir la resistencia al cambio, así como el escepticismo que ronda a sus productos.

Estas creaciones requieren conocimientos técnicos y mano de obra cualificada para manejar los procesos externos. En ese sentido, su implementación implica mayor formación del recurso humano que los liderará. Sin embargo, el paso luce lento, cuando replantear los flujos o modelos de trabajo requieren tiempo.

Fuente: PanamPost