Un costoso broche, llamado “no me olvides”, puso en el centro de la polémica a Jill Biden, la primera dama saliente de Estados Unidos. Se trata de un regalo que recibió de Oksana Markarova, embajadora de Ucrania, en el año 2023, y que hace ruido en la recta final del gobierno de Joe Biden.
El problema radica en que el elevado costo del broche, valorado en más de 14000 dólares por el Registro Federal, contrasta con el contexto de la guerra en Ucrania, que ha llevado a la Administración demócrata de Joe Biden ha otorgar al gobierno de Volodímir Zelenski más de 175 billones de dólares aprobados en cinco proyectos de ley desde que Rusia inició la invasión. Sin embargo, eso no frenó a Jill Biden de recibir el obsequio bajo la justificación de que “la no aceptación causaría vergüenza al donante y al Gobierno estadounidense”.
Markarova no tardó en refutar el informe oficial del Registro Federal. Desde su cuenta en X aseveró que el broche “significativo pero muy económico está hecho de restos de misiles rusos, decorado con flores de dióxido de titanio y bronce”. ¿Quién tiene la razón? Es la incógnita que por estas horas se trata de aclarar. De ser correcto el elevado precio de este obsequio, se convertiría en el segundo más costoso recibido por la esposa de Joe Biden, solo superado por un diamante que le regaló el primer ministro indio, Narendra Modi, con un valor estimado de 20000 dólares.
Posible juego de intereses de la embajadora ucraniana
El valor de los materiales “es inferior a 1 dólar”, escribió en otro mensaje la embajadora ucraniana en EE. UU. Es decir, contradice los registros del propio gobierno demócrata. Pero el objeto no pasará literalmente a manos de Jill Biden, al menos no ocurrirá tras su salida de la Casa Blanca, ya que se trata de un regalo que recibió como esposa del jefe de Estado, por lo tanto, está “conservado para uso oficial en el Ala Este”.
No hay comentarios de parte del equipo de Biden, pero sobre la embajadora ucraniana se posa otra lupa que complica su imagen ante el Congreso. Es que además se debe considerar que para septiembre pasado, republicanos en la Cámara de Representantes iniciaron una investigación por la visita del presidente Volodímir Zelenski a una planta de municiones en Scranton, Pensilvania. La campaña presidencial estaba en un punto cumbre y ese estado era uno de los más importantes para definir al ganador entre Kamala Harris y Donald Trump.
El gesto fue visto como un guiño para impulsar la imagen de Harris, por lo que el Partido Republicano exigió a Zelenski la destitución de Markarova por supuestamente organizar esta visita. Si hay un conflicto de intereses detrás del broche, sumado al hipotético despilfarro de recursos al regalar un objeto de tal valor mientras Ucrania está sumida en la guerra, es algo que será respondido próximamente.
Fuente: PanamPost
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