Estados Unidos: ¿Trump podría ser presidente aún perdiendo el voto en las urnas?

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Probablemente, estemos en la antesala de lo que serán las elecciones más trascendentales de las últimas décadas en Estados Unidos. Si bien muchos medios y consultoras buscan instalar la idea de que la candidata demócrata, Kamala Harris, se estaría imponiendo sobre su rival republicano, Donald Trump, la realidad podría ser otra.

En realidad, las encuestas -que siempre tienden a favorecer al candidato del establishment- muestran una carrera muy reñida.

Desde que lanzó su carrera hacia fines de julio, la intención de voto de Harris experimentó una subida notable en comparación con el presidente Joe Biden, a quien reemplazó en la boleta del Partido Demócrata.

Sin embargo, ese fervor parece haber desaparecido, y los últimos números muestran un estancamiento y hasta una leve caída de la actual vicepresidente frente al posicionamiento gradual pero sólido de Trump. La pregunta es si está nueva tendencia se mantendrá y, aún más si se profundizará, de aquí al 5 de noviembre, cuando tendrán lugar los comicios. 

El promedio de encuestas que realiza Real Clear Polling hoy le da a Harris 2 puntos arriba sobre Trump (49.1% vs 47.1%). La encuesta que mejor la ubica a la demócrata es la de Reuters/Ipsos (+6), en cambio la de Atlas Intel es la que mejor posiciona al republicano (+3).

Sin embargo, como muchos saben, en Estados Unidos el presidente no se elige por el voto popular sino mediante el Colegio Electoral: cada uno de los 50 estados (los equivalentes a las provincias argentinas), pone en juego una determinada cantidad de electores en base a la población que allí vive. Por ejemplo, California está representada por 54 delegados electorales y Texas tiene 40. 

En la elección, el partido que saca más votos en un determinado estado, se lleva los votos correspondientes. Siguiendo con los casos mencionados, se descarta que los poco más de medio centenar de votos del liberal Estado Dorado van a ir para Harris, en tanto que las cuatro decenas del conservador Estado de la Estrella Solitaria se van a ir con Trump.

En total hay 538 electores. Un candidato necesita al menos 270 votos electorales para ganar.

Esto significa que no necesariamente quien saque más votos en todo el país es quien será consagrado presidente. Cinco veces en la historia del país norteamericano el candidato ganador perdió en el conteo total. La última vez fue en 2016. ¿Se podría repetir esa situación en 2024? Veamos algunos números.

Hace ocho años, Hillary Clinton era la favorita en las encuestas. Sin embargo, en las elecciones del 8 de noviembre de 2016, la candidata demócrata sumó apenas 227 votos electorales. Su contrincante, el disruptivo Trump, alcanzó 304 y se consagró ganador de la elección.

Sí, Clinton le sacó casi 3 millones de votos de ventaja a Trump. Pero el líder del movimiento MAGA ganó en los estados en disputa de Michigan, Pensilvania y Wisconsin. El candidato republicano también logró imponerse en otros dos grandes estados pendulares: Ohio y Florida. Asimismo, ganó en otros estados "swing" menores como Arizona, Georgia, Iowa y Carolina del Norte.

Desde entonces, algunas cosas siguen igual y otras han cambiado. Hoy nadie duda que Ohio y Florida, que durante décadas fueron “pendulares”, en noviembre se van a pintar de rojo (el color que representa al Partido Republicano).

El magnate de 78 años también estaría ganando -con relativa comodidad- Arizona y Georgia. Más ajustadamente se impondría también en Carolina del Norte (donde un escándalo que rodea a su candidato a gobernador podría empañar su performance).

Harris, por su parte, ganaría en Michigan y Wisconsin. También se podría imponer en Nevada por un margen estrecho.

La “madre de todas las batallas” podría ser Pensilvania. Los codiciados 19 votos electorales del estado perteneciente al “cinturón del óxido” -llamado así por su marcado proceso de decadencia industrial en las últimas décadas- podrían resultar determinantes en el conteo en el Colegio Electoral.

Consciente de esta realidad, Harris está tratando de revertir su imagen “anti-industria” y “pro-climática” en Pensilvania y sus alrededores (recordemos que en la última elección hizo campaña en contra del fracking).

El promedio de encuestas en Real Clear Polling en el conjunto de los 7 campos de batalla le da una estrechísima ventaja a Trump sobre Harris de +0,1.

A la luz de estos números, ¿se podría repetir la historia de 2016? Solo un dato más: exactamente a esta altura de la carrera electoral hace ocho años, las encuestas le daban a Hillary Clinton +2,3 sobre Donald Trump. 

Pero, como dijimos las encuestas no son de fiar, así que veamos otras mediciones alternativas que nos pueden dar un “pantallazo” más completo de lo que está sucediendo a tan solo 40 días de las elecciones.

El popular sitio de apuestas Polymarket muestra que los apostadores están prácticamente divididos en partes iguales: el 50% cree que Harris va a ganar y el 49% piensa que Trump saldrá victorioso. 

Pero, ¿qué proyectan que pasará en los estados pendulares? El candidato republicano se llevaría Arizona (63% vs 37%) y Georgia (61% vs 39%). En tanto, su rival demócrata se impondría en Wisconsin (56% vs 44%) y Michigan (66% vs 44%).

Los usuarios de la plataforma de apuestas están empatados sobre quién cree que ganará en los estados cruciales de Pensilvania y Nevada (50% vs 50% en ambos).

Es sorprendente cómo a pesar de lo reñida que está la elección en estos estados -que seguramente definirán la elección- parece haber cierta convicción de que será Harris quien se lleve el voto popular (73% vs 26%).

Pero yendo a la concreto (e importante), si dejamos de lado Pensilvania (19 votos electorales) y Nevada (6), el Colegio Electoral quedaría:

Trump: 262
Harris: 251
Nuevamente, ¿estamos viviendo el mismo escenario de 2016?

Para finalizar, hay que destacar algo no menor: la tendencia. Como decíamos, Trump ahora está al alza y Harris a la baja (de hecho, semanas atrás la ex senadora por California aparecía como favorita en Pensilvania y Nevada).

Esta nueva realidad también se ve reflejada en el simulador electoral de la consultora J.L. Partners que el 25 de septiembre mostró que la probabilidad de Trump en derrotar a Harris se disparó a una diferencia de 10 puntos.

Sin lugar a dudas, la recta final de la campaña electoral en Estados Unidos predice un final no apto para cardíacos. ¿El que gane el voto electoral no será quién se consagre presidente el 5 de noviembre? En poco más de 5 semanas lo sabremos.

CON INFORMACION DE MDZOL.COM

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