La República de Annobón denunció detenciones arbitrarias ante la ONU

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En una acción conjunta con Orlando Cartagena Lagar, primer ministro de la República de Annobón, el abogado español Aitor Martínez Jiménez presentó una denuncia formal ante el Grupo de Trabajo sobre la Detención Arbitraria de las Naciones Unidas. La denuncia está dirigida contra el régimen de Teodoro Obiang Nguema Mbasogo, presidente de Guinea Ecuatorial, y destaca graves violaciones a los derechos humanos, señalando la detención arbitraria y sistemática de ciudadanos de la isla de Annobón en el marco de una creciente represión política.

De acuerdo con la denuncia, desde el 19 de julio de 2024, al menos 42 habitantes de Annobón fueron arrestados sin justificación legal tras participar en manifestaciones que criticaban la explotación minera en la isla, llevada a cabo por la empresa SOMAGEC. Estas protestas se centraban en las explosiones provocadas para extraer recursos minerales, que han causado graves daños en la región. Según el documento presentado, las detenciones habrían estado acompañadas de actos de tortura, condiciones inhumanas y la violación de derechos básicos.

La denuncia expone que las detenciones constituyen una violación grave de los derechos humanos al incluir torturas y trato cruel. Martínez solicitó al Grupo de Trabajo de la ONU que active un procedimiento de urgencia debido a la severidad de los hechos y que emita una opinión formal sobre la arbitrariedad de las detenciones, conforme a las normativas internacionales de derechos humanos.

Contexto de represión en Annobón
La República de Guinea Ecuatorial, tras obtener su independencia de España en 1968, ha enfrentado tensiones culturales y políticas entre sus diversas regiones. El país ha sido gobernado por regímenes autoritarios, primero bajo Francisco Macías Nguema, y desde 1979, por su sucesor Teodoro Obiang Nguema Mbasogo, quien ha mantenido el poder a través de elecciones fraudulentas y una fuerte represión.

Annobón, una pequeña isla situada al sur de Santo Tomé y Príncipe, ha sufrido un largo historial de explotación y abandono por parte del gobierno central ecuatoguineano. La región ha sido utilizada como vertedero de residuos tóxicos y carece de infraestructuras básicas. La explotación de sus recursos naturales ha estado marcada por proyectos fallidos y corrupción, lo que ha agravado las tensiones entre los residentes de la isla y las autoridades.

Las protestas y la represión del régimen de Obiang
El 17 de julio de 2024, los habitantes de Annobón emitieron un manifiesto en el que exigían la suspensión de las detonaciones mineras que afectaban a la isla desde 2008. La respuesta del régimen de Obiang fue inmediata y represiva: las autoridades arrestaron a los firmantes del manifiesto y enviaron tropas militares a la región. Las detenciones se extendieron a otras ciudades como Malabo y Bata, y la isla quedó aún más aislada con el corte de los servicios de telefonía e internet, lo que ha generado fuertes críticas internacionales.

Los detenidos fueron trasladados a centros de detención en Annobón y Malabo, donde enfrentaron la falta de asistencia legal y presuntos actos de tortura. A pesar de las solicitudes de habeas corpus, los prisioneros no tuvieron acceso a un juicio justo, violando los plazos constitucionales establecidos en Guinea Ecuatorial. Una vez llevados ante los tribunales, los prisioneros fueron trasladados a prisión provisional sin ningún justificativo legal, en condiciones que Martínez calificó de “totalmente arbitrarias”. Además, se suspendió temporalmente a uno de los abogados defensores, exacerbando la falta de garantías judiciales.

La prolongación de las detenciones sin pruebas claras refuerza la acusación de arbitrariedad, junto con la violación de derechos fundamentales como la libertad de expresión y de opinión, según lo expone el documento presentado a la ONU. La denuncia subraya la urgencia de una intervención internacional para proteger a los ciudadanos de Annobón, quienes continúan siendo víctimas de un régimen represivo que ha dejado poco espacio para la disidencia.

Fuente: Infobae

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