Boris Johnson acude al rescate de Sunak en un intento desesperado de contener la "supermayoría" laborista

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Boris Johnson hizo una insólita incursión en la campaña electoral para apoyar a Rishi Sunak con una llamada desesperada a los votantes conservadores para contener la "supermayoría" laborista de Keir Starmer. "Las diferencias entre Rishi y yo son triviales comparadas con el desastre al que nos enfrentamos si se cumple lo que dicen las encuestas", proclamó el ex "premier" en su habitual tono explosivo.

"Si estáis sorprendidos de verme, quiero dejar absolutamente claro que estoy contento de que Rishi me pidiera ayuda", declaró Johnson en un mitin de campaña en el centro de Londres. "Por supuesto que pude haber dicho que no, pero estoy aquí por una sola razón, que es la misma que tenéis vosotros. Estamos aquí porque amamos nuestro país".

Decenas de militantes conservadores arroparon a Boris en su reaparición en el Museo Nacional del Ejército en Chelsea, que sirvió para dar un trasfondo militar a su intervención, cuajada de referencias a la guerra de Ucrania y de críticas a Starmer por el flanco de la seguridad y la defensa.

Johnson se había mantenido hasta el último momento al margen de la campaña, aunque aprovechó sus columnas en The Daily Mail para advertir a los británicos del riesgo del "Starmergeddon": una mayoría de Keir Starmer superior incluso a la lograda por Tony Blair en 1997.

Rishi Sunak, cuya dimisión como secretario del Tesoro propició la caída de Boris Johnson en medio de la tormenta del "Partygate", dio las gracias a su mentor y proclamó su emoción al ver "a todas las familias conservadoras unidas" en la cuenta atrás para las elecciones del 4 de julio.

La ex secretaria de Interior Suella Braverman clavó sin embargo una puñalada por la espalda a su propio líder con un artículo difundido a la misma hora por The Daily Telegraph en el que proclamaba el "fin de de la batalla electoral", el fiasco del desplazamiento del Partido Conservador hacia el centro y la necesidad de "moverse hacia la derecha para reconectar con los votantes y parar la hemorragia de votos hacia Nigel Farage y Reform UK".

Pese al afán de protagonismo de Suella Braverman, ofreciéndose ya como candidata a la sucesión de Sunak, todos los reflectores apuntaron en la noche del martes hacia la melena agitada de Boris Johnson en su inesperada reaparición.

"No dejemos que los "putinistas" allanen el camino a los "corbynistas"", declaró Johnson, en doble referencia directa a Nigel Farage (por sus recientes declaraciones alegando que Occidente provocó la guerra de Ucrania) como a Keir Starmer (por haber sido miembro del equipo del ex líder laborista Jeremy Corbyn).

"Vamos a tener el Gobierno más a la izquierda desde la Segunda Guerra Mundial si logran un enorme mayoría", advirtió Johnson. "Si queréis que os aumenten los impuestos y tenéis mil libras de sobra, votad laborista. Si queréis una inmigración incontrolada y la rendición ante Bruselas, votad por Starmer. Pero si queréis proteger nuestra democracia y nuestra economía, ya sabéis lo que hay que hacer".

"En vergonzoso pensar que Keir Starmer llegó a decir que Jeremy Corbyn sería mejor primer ministro que Boris Johnson", le tomó la palabra Rishi Sunak, deshaciéndose en elogios ante su predecesor, con quien llevaba sin hablar desde hacía meses hasta la improvisada "reconciliación".

"Hay mucha gente que piensa que el resultado de estas elecciones ya está hecho", advirtió Sunak en la recta final de la campaña. "Pero sé que bastaría con que 130.000 personas cambiaran su voto para negar a los laboristas la "supermayoría" que ellos quieren. Cada voto cuenta y tenemos que dar un último empujón. No podemos rendirnos a los laboristas".

Fuente: El Mundo

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