¿Habrá realmente elecciones competitivas en Venezuela?

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Los épicos recorridos multitudinarios de María Corina Machado en los últimos días por estados como Guárico, Aragua y Cojedes, sorteando todo tipo de obstáculos para endosarle gran parte de su apoyo popular al candidato presidencial Edmundo González Urrutia, así como el anuncio del Centro Carter de haber recibido una invitación del Consejo Nacional Electoral (CNE) para que envíe una misión de observación para los comicios presidenciales del 28 de julio, llevaron sin duda al encargado para Latinoamérica del Departamento de Estado de Estados Unidos, Brian Nichols, a considerar que todavía hay tiempo para que las elecciones en Venezuela sean competitivas.

Las declaraciones del alto funcionario estadounidense en una entrevista con la agencia de noticias EFE antes de emprender su viaje a Paraguay, donde participará en la Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA), puede tener varias interpretaciones. “Creo que pueden ser competitivas”, respondió ante la pregunta si considera que habrá elecciones justas en Venezuela. Sin embargo, no descartó el reconocimiento de la Casa Blanca a una supuesta victoria de Nicolás Maduro e hizo una aseveración que deja más dudas que respuestas. “Obviamente el campo de juego está inclinado a favor de Maduro, pero si nos fijamos en el tamaño de las manifestaciones de la oposición, vemos que hay mucho entusiasmo y la oposición es bastante optimista”.

Atribuirle únicamente “optimismo” y “entusiasmo” a la oposición no parece suficiente cuando Nichols habla de un “campo de juego a favor de Maduro” sin precisar a qué tipo de ventaja se refiere, mientras por el otro lado no menciona que todas las encuestas serias indican que González Urrutia triplica en intención de voto al heredero del chavismo. Adicionalmente contesta que el reconocimiento a un eventual triunfo de Maduro “depende de las circunstancias”.

El funcionario del gobierno de Joe Biden explica que el papel de Estados Unidos para evaluar si se celebran o no elecciones competitivas en Venezuela funciona de la siguiente manera: “La comunidad internacional examinará el proceso y tratará de determinar si cumple o no los estándares. Tendremos que ver cómo se desarrolla y lo hablaremos con nuestros aliados en todo el mundo, no lo decidirá Estados Unidos individualmente”.

Centro Carter se une a la limitada observación internacional
Brian Nichols habla además sobre la importancia de “la presencia de observadores internacionales” para que “ayude a brindar mayores garantías al proceso” justo cuando el Centro Carter anuncia que fue invitado por el CNE para que, como parte del acuerdo firmado en octubre pasado en Barbados entre el régimen y la opositora Plataforma Unitaria, envíe una misión de observación internacional, la cual estará a cargo de Jennie Lincoln, asesora principal del Centro Carter para América Latina y el Caribe, quien aterrizará en Venezuela el 29 de junio.

Sin embargo, el Centro Carter aclara que “las evaluaciones de la misión se basarán en el marco legal nacional, así como en las obligaciones y estándares regionales e internacionales de derechos humanos para las elecciones democráticas”. Esto quiere decir que “no realizará una evaluación integral de los procesos de votación, conteo y tabulación de resultados”, según se especifica en el comunicado emitido por la organización.

No hay que olvidar que bajo el régimen chavista, el CNE ha reducido la figura de la observación internacional a “acompañamiento”, argumentando que el anterior modelo “se había constituido en la práctica en una especie de acción supranacional” que estaba “asociada a los procesos de descolonización” y que “pretendía constituirse en la fuente de legitimación de los procesos nacionales” al aplicar “criterios, conocimientos e instrumentos de evaluación técnicos, del proceso que se evalúa para comprobar y certificar su desarrollo correcto”, según explica el CNE en su página web. Así, tanto el Centro Carter como la ONU –que aún evalúa la posibilidad de enviar observadores electorales en respuesta a una invitación del régimen en marzo– realizarían un trabajo de observación limitado a las condiciones establecidas por la dictadura.

La estrategia de la oposición
Por su parte, la oposición parece confiada en el enorme apoyo popular que se observa en cada concentración que encabezan María Corina Machado y Edmundo González, tanto en conjunto como por separado. La estrategia adelantada por la líder de la oposición para el 28 de julio es salir a votar “desde la madrugada, hasta que haga falta, hasta el final”, con el propósito de promover la participación de los electores en todo el proceso. Para eso apuestan por la inscripción de unos 600.000 ciudadanos en los “comanditos por Venezuela”, quienes asumirán la responsabilidad de “cuidar los votos”.

No obstante, sería ingenuo pensar que es suficiente con esta organización para derrotar a la dictadura que sigue persiguiendo y encarcelando a opositores, así como también haciendo uso de las inconstitucionales inhabilitaciones como arma política, como ocurrió esta semana con diez alcaldes antichavistas que fueron inhabilitados para ejercer cargos públicos luego de haberse reunido con Edmundo González para ofrecerle su respaldo de cara a las presidenciales del 28 julio. Y es que si bien faltan solo cinco semanas para acudir a las urnas, no se puede olvidar que las amenazas del régimen a unas elecciones realmente competitivas estarán latentes hasta último minuto.

Fuente: PanamPost

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