Meloni convierte el G7 en su trampolín para consagrarse como la principal líder internacional europea

MUNDO Miguel Pérez Pichel*
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En una Unión Europea donde la mayor parte de los grandes líderes se encuentran en una situación de extrema debilidad interna, o cuyos partidos han sufrido un duro varapalo en las últimas elecciones al Parlamento Europeo, el liderazgo internacional de Giorgia Meloni ha quedado consagrado tras la cumbre del G7 en Puglia.

«Ha sido un éxito», proclamó la presidente del Consejo de Ministros de Italia en su balance de la cumbre ante los medios de comunicación.

La cumbre de Italia de los líderes de las siete principales democracias del mundo ha dejado numerosos elementos de relevancia.

Contra todo pronóstico, y a pesar de estar totalmente fuera del programa, la cumbre de Italia se saldó con un simbólico pero importante triunfo para la defensa de la vida.

Meloni logró impedir que la declaración final incluyera ninguna referencia al aborto, tal y como trataban de imponer Francia y Canadá.

El asunto supuso una agria disputa entre Macron y Meloni que se saldó con la victoria absoluta de la mandataria italiana sobre el francés.

Macron, que incluyó el aborto como derecho en la Constitución francesa, y pretende incluirlo como derecho fundamental de la Unión Europea, se tomó el asunto como una afrenta personal.

Y no es para menos. El presidente francés, deseoso de conservar su posición como referente internacional de la Unión Europea, sufrió una tremenda derrota ante Meloni que transmite un poderoso mensaje: Francia ha perdido el liderazgo internacional de la Unión Europea, liderazgo que ahora le disputa Meloni, mucho más fuerte internamente y que acaba de recibir un gran respaldo electoral en las elecciones al Parlamento Europeo.

Más allá de la cuestión del aborto, la cumbre de Italia del G7 se saldó con importantes acuerdos.

El más destacable, tal vez, el acuerdo de las siete potencias democráticas de otorgar a Ucrania 50.000 millones de dólares en prestamos garantizados por activos rusos congelados.

En su balance, Meloni subrayó que «con la declaración final, el G7 reitera claramente su compromiso firme para defender el sistema internacional de reglas, basado en la fuerza del derecho, sistema que ha sido puesto en discusión con la guerra de agresión rusa a Ucrania, con el resultado que están ante los ojos de todos, porque los focos de crisis en el mundo continúan multiplicándose».

«Pretendemos continuar ayudando a Ucrania y hemos decidido reforzar nuestro compromiso en las diferentes líneas de acción con una aproximación que continúa siendo a 360 grados para ayudar a la nación agredida a mirar al futuro», añadió.

El G7 acordó también medidas para respaldar el proceso de paz en Gaza e incrementar la ayuda humanitaria a los gazatíes. O «construir un nuevo modelo de desarrollo y cooperación con las naciones africanas basado en un partenariado de igual a igual de forma que estas naciones puedan crecer y desarrollarse con los recursos que poseen».
Sin embargo, Meloni se detuvo en otro asunto que ha definido de histórico, la participación por primera vez de un Papa en la cumbre del G7.

«Hemos vivido una jornada extraordinaria, un momento histórico con la presencia del Pontífice». «Era la primera vez en 50 años de historia del G7 que un Pontífice forma parte de los trabajos», destacó.

*Para El Debate

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