Macron, en su visita a Alemania: "Europa se encuentra en un momento decisivo y puede morir si se toman las decisiones equivocadas"

MUNDO Carmen Valero*
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El presidente francés, Emmanuel Macron, ha lanzado en Dresde, Alemania, una advertencia que enlaza con un discurso reciente en la Sorbona en el que reivindicó una Europa más independiente en materia económica y de defensa: "Europa se encuentra en un momento decisivo y puede morir si se toman las decisiones equivocadas".

Macron ha apelado por ello a una "revolución copernicana" y a crear en los próximos meses un nuevo marco de seguridad y defensa común para el Viejo Continente sin mirar solamente a EEUU. "Tenemos nuestra propia historia, nuestra propia geografía y la verdadera unificación de Europa sólo se completará cuando hayamos establecido nosotros mismos este marco de defensa y seguridad europeas", ha señalado en un discurso al aire libre en la ciudad alemana, sede de uno de los episodios más negros del final de la Segunda Guerra Mundial y ahora trufada por la ultraderecha, algo que también sopla en Europa y contra lo que Macron ha pedido despertar.

"Nuestra Europa es la base de los valores, la cultura y la libertad individual y política", ha afirmado el mandatario galo en un escenario frente a la famosa Frauenkirche, un templo destruido innecesariamente por los británicos en 1945, cuando la guerra ya estaba ganada.

En una alocución dirigida a las nuevas generaciones de europeos y más particularmente a los jóvenes del Este de Europa, donde el nacionalismo y los movimientos de extrema derecha intentan minar el terreno de la democracia conquistada, Macron ha llamado a la defensa de los derechos, principios y valores sobre los que se asienta el proyecto europeo. Y lo ha hecho en francés y en alemán, como hizo durante su reciente comparecencia en el Bundestag en el funeral por el político de la CDU Wolfgang Schäuble, y siguiendo la tradición de Charles de Gaulle, que se dirigió a los jóvenes en alemán en Ludwigsburg en 1963.

A sólo una semanas de las elecciones europeas, Macron, más europeísta que nunca, no ha necesitado ser más explícito para pedir el voto para los partidos que se mantienen fieles al sueño europeo y están dispuestos a avanzar en la unidad y comprometidos con el legado de posguerra: paz, bienestar, igualdad, libertad, humanismo y solidaridad.

Macron llegó el domingo a Berlín para una visita de Estado, la primera de un presidente galo en 24 años. En realidad, la visita estaba prevista hace un año, pero los disturbios en Francia frustraron los planes. Esta vez hay disturbios en el territorio francés de ultramar de Nueva Caledonia. Macron acaba de recorrer 17.000 kilómetros para mediar en unas revueltas que obligaron a decretar el Estado de emergencia. Fuentes de la delegación francesa han dejado entrever que Macron levantará esta medida en las próximas horas, aunque se mantendrá el toque de queda.

RELACIONES ENTRE FRANCIA Y ALEMANIA
La visita de Macron a Alemania no será la de un jefe de Estado cualquiera y no sólo porque poderes que la constitución francesa otorga al presidente le permitirán ir más allá de puro protocolo, sino porque las relaciones franco-alemanas no atraviesan su mejor momento.

Macron se entiende peor con el socialdemócrata Olaf Scholz que con su predecesora, la democristiana Angela Merkel. A menudo parece más una competición entre dos hombres que ese supuesto doble motor de la Unión Europea. Sus diferencias son notorias y en el caso de Ucrania, ya sea ante un posible envío de tropas terrestres o de misiles de largo alcance, irreconciliables.

Macron recibe este lunes el Premio Internacional de la Paz de Westfalia en Münster. Se le concedió en 2023 y en aquel momento, la mención le reconocía haber logrado "mantener un diálogo con los dirigentes rusos" en el marco del conflicto en Ucrania. Ahora, el Elíseo ya no quiere hablar de estos esfuerzos fallidos y prefiere subrayar que el premio es ante todo por el "compromiso europeo" de Macron.

Tras la ceremonia, el presidente francés se reunirá con Scholz y el Consejo de Ministros franco-alemán en Schloss Meseberg, cerca de Berlín. Allí las cosas se pondrán serias. Macron aboga por un nuevo modelo económico en la UE y aspira a una amplia inversión comunitaria en defensa, industria, tecnología y protección del clima. Primero tendrá que convencer a Scholz. Según círculos gubernamentales franceses, la UE corre el riesgo de perder su ventaja competitiva. Debe asegurar sus cadenas de valor. Es de esperar que se fije el rumbo correcto.

La otra ronda clave es la del Consejo de Defensa y Seguridad franco-alemán. Aquí varias cosas van mal. Alemania ha puesto en marcha el sistema europeo de defensa antiaérea 'Sky Shield', al que hasta ahora se han adherido 21 países europeos, no así Francia, ya que la tecnología se comprará a Israel y Estados Unidos en lugar de proceder de Europa. Por otra parte, Macron insiste en que las armas nucleares francesas se incluyan en la estrategia europea de disuasión. Scholz lo rechaza. Sin embargo, se discutirán dos proyectos conjuntos de armamento: el sistema de defensa antiaérea FCAS y el carro de combate principal MGCS.

El principal tema de debate será, presumiblemente, la ayuda a Ucrania. Kiev pide armas que puedan utilizarse para atacar posiciones rusas detrás de la línea del frente. Francia suministra misiles Scalp de largo alcance, con un radio de unos 250 kilómetros, mientras que Scholz se opone a la entrega de misiles de crucero alemanes Taurus, con el doble de alcance. No es la único punto de discordia. El impulso de Francia a un mayor proteccionismo -por ejemplo, mediante aranceles sobre los coches eléctricos- tampoco sienta bien en Alemania.

Sin embargo, ambas partes quieren influir en la agenda de la próxima Comisión de la UE y todos son conscientes de que esto sólo puede lograrse juntos. Por ello, los dos ministros de Economía, Robert Habeck y Bruno Le Maire, presentaron poco antes de la visita de Estado una "iniciativa conjunta para un mayor crecimiento".

*Para El Mundo

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