Xi Jinping recibe a expresidente taiwanés como maniobra para dividir la isla

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La reunión entre el presidente chino Xi Jinping y el exmandatario taiwanés Ma Ying-jeou en Pekín no es otra cosa que un declaración contra la independencia del país insular. Tampoco es casualidad que el encuentro ocurriera al mismo tiempo que se celebra el 45º aniversario de la Ley de Relaciones con Taiwán. Con esta, Estados Unidos acuerda armar bélicamente a la isla contra cualquier enemigo en la región. Casualmente también se produce antes de que Joe Biden se reúna con sus homólogos de Japón y Filipinas.

Por eso es claro el significado de la reunión entre el expresidente de Taiwán y el mandatario chino: causar división en la isla. Y es que cuando Ma Ying-jeou aún estaba en el poder (entre 2008 y 2016), se volvió muy cercano al gigante asiático porque era la única manera de cumplir sus promesas de “reactivación” económica.

Por otro lado, es la primera vez que Xi Jinping recibe a un expresidente de Taiwán en Pekín desde que el partido Kuomintang (KMT), de Chiang Kai-shek (el primer presidente de la extinta República de China), huyó a Taipéi en 1949. Lo que mostraron las cámaras en esta reciente reunión, fue una escena cargada de simbolismos y marcada por los gestos de complicidad a favor de China y por los planes a futuro del dictador para apoderarse de la isla.

Amenaza de Xi a “injerencias externas”
El discurso de Xi Jinping en Pekín caldea los ánimos en un mundo convulsionado —especialmente las últimas semanas— por tensiones en Medio Oriente tras la amenaza de Hezbolá contra Israel y en Europa por el próximo ingreso de Ucrania a la OTAN para molestia de Rusia. “Las diferencias en los sistemas no pueden cambiar el hecho de que pertenecemos a una nación y a un pueblo”, dijo Xi durante una transmisión televisada. “Las injerencias externas no pueden detener la causa histórica de nuestra reunificación”, añadió.

Apenas falta un mes para que William Lai (Lai Ching-te), asuma la presidencia de Taiwán luego de ganar con más del 40 % de los votos en enero pasado. No solo es el actual vicepresidente sino que tiene una visión pro Occidente que no le gusta a Xi Jinping porque eso implica también la defensa de la isla. Teniendo en cuenta este contexto, se entiende por qué el régimen chino busca cerrar filas con viejos aliados.

Y es que desde la toma de posesión de Ma, en mayo de 2008, la parte clave de su programa de gobierno se centró “en las relaciones con China en detrimento de las relaciones con otros países”, tal como apunta el ensayo “Relaciones Taiwán-China: la nueva política china de Ma Ying-jeou” de Frank Muyard. El mismo año en que terminó su mandato, Xi Jinping suspendió todo contacto entre funcionarios de alto nivel con el país vecino. Algo que parece que va a mantener con el nuevo presidente.

Taiwaneses rechazan invasión
Xi lanzó elogios hacia Ma Ying-jeou por oponerse la “independencia de Taiwán”, porque a su juicio, “los compatriotas a ambos lados del estrecho de Taiwán son todos chinos”. Esto hace que surja la pregunta, ¿se está preparando el mandatario chino para invadir la isla? De lo único que se tiene certeza es que, tal como ha repetido, China “nunca se comprometerá a abandonar el uso de la fuerza”.

Pero más allá de los gestos diplomáticos, el comunismo chino se enfrenta a un fuerte rechazo en las calles de cualquier idea que implique violencia. Para 2017 el 74,5 % de personas encuestadas calificaron a Taiwán de estado soberano e independiente, según los resultados de sondeo de Taiwan Thinktank. El pensamiento parece mantenerse a raíz de la voluntad que expresaron los taiwaneses en las urnas a favor del próximo presidente. Sin embargo, Xi Jinping está ansioso por cumplir su anhelo expansionista.

Fuente: PanamPost

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