Estados Unidos y Argentina anunciaron un histórico acuerdo comercial: qué incluye y cómo cambiará el vínculo bilateral

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Estados Unidos y Argentina concretaron un acuerdo de comercio e inversión que busca modernizar el acceso mutuo a mercados, impulsar inversiones y fijar reglas transparentes en áreas clave como tecnología, agroindustria, comercio digital, propiedad intelectual y condiciones laborales.

El entendimiento, anunciado de forma conjunta por ambos gobiernos, fue celebrado en Buenos Aires por la embajada estadounidense, que subrayó el valor estratégico del acuerdo y su potencial para iniciar una etapa de crecimiento bilateral.

“Este acuerdo histórico mueve a nuestros países hacia el futuro. Nunca estuvimos tan decididos. Nunca estuvimos tan juntos. El gobierno de Estados Unidos está convencido de la importancia de acompañar el crecimiento de la Argentina”, expresó el embajador estadounidense en el país sudamericano, Peter Lamelas.

Desde la sede diplomática remarcaron la reducción de tarifas en industrias clave, el alineamiento de estándares regulatorios y la actualización de la protección de propiedad intelectual.

“Es una clara señal de que la Argentina está abierta a nuevas oportunidades comerciales y traza una trayectoria de crecimiento para ambos países”, señaló la comunicación oficial de la embajada estadounidense en Buenos Aires al difundir el alcance positivo del convenio.

El pacto, considerado uno de los más ambiciosos entre ambos países en décadas, elimina aranceles estadounidenses sobre productos naturales argentinos y productos farmacéuticos no patentados, y permite mayor entrada de bienes argentinos a un mercado que en 2023 representó el tercer destino de sus exportaciones, detrás de Brasil y China.

El acuerdo establece que Estados Unidos contará con acceso preferencial al mercado argentino para bienes como medicamentos, equipos médicos, maquinaria, vehículos, productos químicos y alimentos.

Argentina también abrirá su mercado a productos avícolas y ganaderos del país norteamericano, mientras simplificará los registros para carne, vísceras y productos porcinos.

Este esquema se basa en la eliminación y progresivo levantamiento de barreras no arancelarias, que históricamente han trabado el comercio bilateral.

Argentina, por ejemplo, abrirá su mercado sin exigir licencias o pruebas técnicas adicionales cuando un bien cuente con certificaciones de agencias estadounidenses o internacionales reconocidas.

Para importar vehículos, el país sudamericano aceptará los estándares de seguridad y emisiones de Estados Unidos, y para dispositivos médicos y medicamentos, los certificados de la FDA y autorizaciones de mercado previas.

El acuerdo fija nuevos estándares para la propiedad intelectual, promoviendo acciones de control sobre falsificaciones y piratería, en especial en el entorno digital. El compromiso incluye atacar problemas como la acumulación de patentes, criterios poco claros de patentabilidad y la revisión del régimen de indicaciones geográficas, con el objetivo de acercarse a buenas prácticas globales.

Modernización y comparaciones con Latinoamérica
La magnitud de este acuerdo tiene pocos precedentes en la región. Otros países como México, Chile y Colombia firmaron tratados de libre comercio con Estados Unidos en años anteriores, integrándose con éxito a cadenas regionales de valor, particularmente la manufactura automotriz y la exportación agrícola.

Sin embargo, el nuevo acuerdo con Argentina suma herramientas para el comercio digital, cooperación en minerales críticos, adaptación regulatoria en seguridad e inversión, y una agenda de reformas en el sistema de propiedad intelectual y condiciones laborales que buscan ubicarse en línea con estándares de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y de la Organización Mundial de Comercio (OMC).

En la región, acuerdos como los firmados por la administración Trump con Guatemala, El Salvador y Ecuador este mismo jueves, tienen un enfoque más limitado y se orientan al alivio arancelario, reducción de déficit y combate al tráfico ilícito.

Los acuerdos con estos países alivian el impacto del encarecimiento de bienes básicos como el café, banano y cacao.

Argentina también asumió compromisos para prohibir la importación de bienes que involucren trabajo forzado e impulsará la aplicación efectiva de normas internacionales.

En cuanto al medioambiente, el acuerdo establece acciones contra la tala ilegal, incentivos a la sostenibilidad en minerales estratégicos y cumplimiento de los compromisos de la OMC para subsidios pesqueros.

En lo digital, la aceptación recíproca de firmas electrónicas, la no discriminación de servicios digitales y la libertad para el flujo de datos personales entre ambas jurisdicciones modernizará el vínculo y ubicará a Argentina más cerca de socios comerciales avanzados y rutas de inversión en alta tecnología.

Implementación, expectativas y futuro
Ambos gobiernos acordaron trabajar de manera urgente para culminar la redacción legal y someter el texto a formalidades nacionales, condición necesaria para la entrada en vigor del acuerdo.

Funcionarios argentinos como el canciller Pablo Quirno insistieron en que el acuerdo “crea condiciones para aumentar el comercio bilateral, atraer inversión de Estados Unidos y asegurar reglas para industrias clave en Argentina”.

En 2023, Estados Unidos fue el tercer socio comercial y principal inversor extranjero directo en Argentina. En los primeros nueve meses del año, las exportaciones argentinas hacia EEUU ascendieron a USD 5.689 millones (crecimiento interanual de 2,1%) y las importaciones a USD 7.854 millones (alza de 17,8%).

El acuerdo incorpora una cláusula de revisión periódica bajo el Acuerdo Marco de Comercio e Inversión y el Foro de Innovación y Creatividad para el Desarrollo.

Empresarios y cámaras exportadoras en ambos países celebraron el pacto y el giro hacia la apertura regulada como palanca para nuevos negocios e intercambios sostenibles.

A escala latinoamericana, la experiencia argentina podría servir de referencia para otros socios que buscan acceder a cadenas globales, captar inversión y modernizar regulaciones sin resignar capacidad de negociación.

Fuente: Infobae

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