



El reciente acuerdo firmado en Washington entre Ruanda y la República Democrática del Congo (RDC), con la mediación de Estados Unidos, reavivó las esperanzas de una solución negociada al prolongado conflicto en el este congoleño.


Sin embargo, la decisión de Ruanda de abandonar la Comunidad Económica de los Estados de África Central (CEEAC), anunciada durante la 26ª cumbre ordinaria en Guinea Ecuatorial, ha generado nuevas tensiones en la región y plantea interrogantes sobre el futuro de la cooperación regional.
De acuerdo con la información publicada por EFE, el Ministerio de Asuntos Exteriores ruandés comunicó pasada la medianoche del sábado que la “instrumentalización” de la CEEAC por parte de la RDC, “con el apoyo de ciertos Estados miembros”, constituye una violación de los derechos de Ruanda “garantizados por los textos constitutivos” de la organización.
El comunicado oficial subrayó, “En consecuencia, Ruanda no ve justificación alguna para permanecer en una organización cuyo funcionamiento actual contraviene sus principios fundacionales y su propósito original”.
La salida de Ruanda de la CEEAC se produjo tras la reunión de jefes de Estado y de Gobierno de África Central en Malabo, donde los líderes regionales discutieron las principales líneas políticas, de seguridad y cooperación marítima para la región. Kigali denunció que la CEEAC “ignoró deliberadamente” el derecho de Ruanda a asumir la presidencia rotatoria del organismo, “con el fin de imponer el dictado de la RDC”.
El portavoz del Gobierno de la RDC, Patrick Muyaya, reaccionó al anuncio ruandés señalando que esta decisión “sin precedentes” en la CEEAC “debería servir de ejemplo para que otras organizaciones regionales adopten una postura más firme frente a Ruanda”. Muyaya expresó en la red social X, “La narrativa engañosa y las maniobras encubiertas de presión nunca podrán prevalecer sobre la verdad y los horrores de la agresión ruandesa”.
La relación entre Ruanda y la RDC se ha visto marcada por tensiones crecientes, especialmente en el contexto del conflicto en el este del Congo. Ambos países mantienen negociaciones desde hace semanas para buscar una salida pacífica a la crisis, agravada por la ofensiva del grupo rebelde Movimiento 23 de Marzo (M23), que cuenta con el respaldo de Kigali. A principios de este año, el M23 intensificó sus operaciones y logró tomar el control de las capitales de las provincias de Kivu del Norte y Kivu del Sur.
El conflicto en el este de la RDC tiene raíces profundas y se ha visto alimentado por la presencia de múltiples milicias rebeldes y la intervención del Ejército, a pesar de los esfuerzos de la misión de paz de las Naciones Unidas (Monusco).
Cabe recordar que la actividad armada del M23, compuesto principalmente por tutsis —comunidad que sufrió el genocidio ruandés de 1994—, se reanudó en Kivu del Norte en noviembre de 2021, cuando el grupo lanzó ataques relámpago contra el Ejército congoleño.
El este de la RDC está sumido desde 1998 en un conflicto alimentado por milicias rebeldes y el Ejército, a pesar de la presencia de la misión de paz de las Naciones Unidas (Monusco).
Fuente: Infobae


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