Milei, Noboa y Orsi, los presidentes mejor valorados en Sudamérica

MUNDOAgencia Internacional de Noticias (AIN)Agencia Internacional de Noticias (AIN)
6836eae612039.r_d.585-357-10000.jpeg

Es innegable que, en el contexto político de Sudamérica, economía y seguridad han demostrado ser las preocupaciones primordiales de la población. Durante las campañas electorales, estos dos temas emergen como los verdaderos pilares sobre los cuales los ciudadanos fundamentan su apoyo a los líderes políticos. En los diez países de habla hispana de la región, la realidad es clara: aquellos gobernantes que logran abordar estas inquietudes son los que obtienen un mayor respaldo popular.

Cuando la economía se encuentra en un estado positivo y las calles son seguras, la percepción que la población tiene sobre la gestión de su gobierno tiende a minimizar otros problemas acuciantes, como los conflictos con la prensa, las amenazas a la libertad de expresión o incluso la corrupción. La estabilidad económica y la seguridad son, indiscutiblemente, cuestiones prioritarias y que ofrecen a los ciudadanos una visión esperanzadora para el futuro.

Los presidentes de Ecuador y Argentina, Daniel Noboa y Javier Milei, respectivamente, han sabido aprovechar esta premisa. Noboa, que recientemente ganó las elecciones, ha logrado un notable 52,1% de aprobación ciudadana, lo que habla de la aceptación de su gestión ante la coyuntura económica ecuatoriana. Por su parte, Milei también se muestra firme en el apoyo popular, con un 49% de aprobación, pese a las controversias que le rodean, como su enfrentamiento público con los medios de comunicación y sus audaces reformas económicas.

En el contexto actual, se suma a esta lista el presidente uruguayo Yamandú Orsi, quien, aunque aún es nuevo en el cargo, ha conseguido posicionarse en el ranking de aprobación de manera destacada. Esto sugiere que incluso en un país históricamente políticamente estable como Uruguay, la percepción de un buen gobierno se vincula directamente a la capacidad del líder para abordar las demandas básicas de la ciudadanía.

A contracorriente de estos líderes emergentes se encuentra la presidenta de Perú, Dina Boluarte, cuya gestión se desploma ante la percepción de ineptitud y desconfianza de la población. Con una aprobación de apenas 19,8%, su gobierno es considerado uno de los más desastrosos de la región. La seguridad y la estabilidad del país han sido gravemente afectadas durante su mandato, lo que ha llevado a un creciente descontento social y a un notable aumento de la violencia en las calles.

Sorprendentemente, Boluarte presenta índices de aprobación más bajos que aquellos de presidentes de regímenes cuestionables como el de Nicolás Maduro en Venezuela o Luis Arce en Bolivia, lo que demuestra que, en términos de gobernanza, la percepción popular puede ser implacable y no siempre se mide por estándares democráticos.

En la lista de aprobación, también encontramos a líderes como Lula da Silva en Brasil y Gabriel Boric en Chile, quienes, aunque están en la parte media de la tabla, aún deben enfrentar desafíos significativos para satisfacer a sus constituencies en un contexto de expectativas crecientes por parte de sus electorados.

Es evidente que los sondeos y las encuestas representan más que simples números: son un reflejo de las demandas de una población que anhela gobernantes que respondan efectivamente a sus necesidades básicas de seguridad y bienestar económico. La región se encuentra en una encrucijada donde la respuesta de los líderes políticos a estos dos ejes será determinante para su futuro y el de sus naciones.

Últimas noticias
Te puede interesar
Lo más visto