El tiempo de Xi Jimping al frente del régimen comunista chino transcurre con una lucha anticorrupción que pasó de prometer la salida de los “tigres de alto nivel”, “las moscas” y hasta “hormigas” que obtengan beneficio propio de manera ilícita a ordenar la eliminación de quienes representen “influencias negativas” en el aparato no sólo estatal sino también militar, financiero, tabacalero y farmacéutico. La nueva forma cómo plantea lograrlo abre dudas sobre si su campaña de depuración recae en un simple número de teatro o una acción ajustada a la realidad al proponer “utilizar con valentía el filo del cuchillo para eliminar prácticas nocivas”.
Nadie revela si la instrucción es literal o no, pero el mandatario ya suma una década con su purga anticorrupción sin señales de querer reducirla, pese a registrar 1,3 millones de ciudadanos castigados, entre ellos, 640.000 altos funcionarios. Todo lo contrario, la orden es redoblar los esfuerzos para castigar a quienes infringen la ley, a través de la negociación de sobornos en 2025.
Según un discurso publicado por Qiushi Journal —citado por Infobae— que es conocida por ser una de las publicaciones aliadas del Partido Comunista Chino, Xi insiste en la necesidad de “tomar medidas contra cualquier organización de poder o clase privilegiada que se aproveche de los miembros del PCC o los corrompa”. Cree que esa es la única forma de que su gobierno garantice transparencia.
Lucha fuera de control
Xi Jinping utiliza a la Comisión Central para la Inspección de la Disciplina del Partido Comunista Chino y la estatal Comisión Nacional de Supervisión para depurar las instituciones. Ambas células del régimen comunista fungen como los órganos anticorrupción más importantes y poderosos de la nación asiática.
Con el respaldo de ambas, la Fiscalía arrestó hace una semana al ministro de Agricultura Tang Renjian, por supuestamente aceptar sobornos. El caso engrosa la lista de altos funcionarios detenidos que incluyen al exministro de Defensa, Li Shangfu, Fan Yifei, el ex vicegobernador del Banco Central de China y hasta Gou Zhongwen, director de la Administración General del Deporte de China y alto cargo de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino (CCPPCh).
Xi los expone a través de un programa en la televisión estatal con la transmisión de un documental de cuatro episodios sobre las campañas de anticorrupción donde los acusados relatan frente a una cámara con detalles sus maniobras ilícitas. Yifei, por ejemplo, cuenta cómo se benefició de millonarios sobornos durante más de una década mientras Jiadong, reconoce merecer la condena a cadena perpetua por acumular en sobornos una fortuna de más de 10 millones de dólares.
Aún con el número de procesados, Xi declara que “la situación es todavía grave”. Sin embargo, esta lucha anticorrupción genera dudas sobre los motivos que la sustentan sobre todo porque el argumento para privar de libertad a Zhongwen es el “abandono de ideales políticos”.
Castigos con temor
La filtración de este castigo en medio de la lucha anticorrupción en China, sin duda, expone que el temor ante una posible baja lealtad al liderazgo de Xi. Resulta casi imposible atribuirlo a algo más cuando China pasó del puesto 78 en el Índice de percepción sobre corrupción de Transparencia Internacional, que califica a 180 países en una escala de 0 (“altamente corrupto”) a 100 (“muy limpio”), en 1995 a posicionarse en el 45 en la evaluación de 2023.
La mejora en el ranking es evidente pero Xi persiste en reforzar la disciplina y combatir la corrupción hasta en el Ejército Popular de Liberación (EPL, Ejército chino) para garantizar que sea “absolutamente leal, absolutamente puro y absolutamente confiable”.
El diario Financial Times asegura que el ministro de Defensa, Dong Jun, está bajo investigación por presunta corrupción, así como también el almirante Miao Hua, miembro de la poderosa Comisión Militar Central (CMC).
Sus nombres están cerca de formar parte de los caídos castrenses, que suman a dos miembros de la Fuerza de Cohetes, instancia a cargo del programa nuclear del gigante asiático.
Hasta la fecha, hay 100 desapariciones de militares sobre las que no hay respuestas oficiales pero no parece casual que se les perdió el rastro durante un período tenso en el Estrecho de Taiwán, en el cual China envió más buques de guerra y aviones militares.
Fuente: PanamPost