La receta socialista con la que Pedro Sánchez está dejando a España arruinada

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La intención de Pedro Sánchez es muy clara: llevar al país al borde de una situación completamente crítica, con tal de financiar su fiesta populista, hasta que tenga que abandonar el poder. Es claro que dejará una España arruinada y que la oposición tendrá mucho trabajo por hacer, una vez que termine este nocivo gobierno de la peor versión del PSOE en alianza con el comunismo puro y duro.

En una nueva presentación pública, el mandatario español aseguró que piensa gravar (como si no pagaran impuestos y como si no hubiesen contribuido al fisco en la construcción de su fortuna) a las personas que tienen en el banco dinero como para vivir “100 vidas”. Dijo que lo hará con la finalidad de conseguir los recursos para financiar políticas dedicadas a las clases medias y bajas.

Hace ya largo rato que Sánchez apela a las falacias que se le pueden escuchar a los populistas latinoamericanos, sin sonrojarse en lo más mínimo. Como no tiene la posibilidad de apelar a la maquina de imprimir pesetas (por suerte para los españoles), ya que se encuentra encorsetado en la eurozona, Sánchez juega al “redistribuidor”, pero lo único que conseguirá es hacer que las grandes fortunas a las que quiere gravar abandonen España.

Esto generará exactamente lo contrario a lo que Sánchez asegura buscar. El apretón fiscal será garantía de una descapitalización en el país, que traerá como consecuencia peores salarios y menos inversión. Lógicamente, esto termina en algo que sí preocupará al mandatario eventualmente: menor recaudación del fisco.

Con el clásico tono de víctima, Sánchez indicó que no piensa responder los insultos de sus rivales. Aseguró que es necesario dejar de lado los agravios para la discusión política. Sin embargo, con su tono moderado, sus trajes finos y sus corbatas, con toda la tranquilidad del mundo sigue diciendo barbaridades sobre lo que piensa hacer con el futuro de España y los españoles.

Como tranquilamente podría haber dicho en algún momento Hugo Chávez, el presidente español sugirió que un país con mejor transporte público se hace con “menos Lamborghinis”, como si una cosa tuviera algo que ver con la otra. El mundo sabe ya muy bien las consecuencias de querer igualar quitándole a unos para darle a otros: los que tienen se van, los que tenían menos caen en la miseria y los nuevos ricos pasan a ser los que juegan a Robin Hood desde el Estado. Es decir, los “redistribuidores”.

¿Desconoce Sánchez las cuestiones más básicas de la economía? Seguramente no. Todo parece que tiene en mente otra agenda, que no es necesariamente la del crecimiento y desarrollo de España, sino de la supervivencia de su populismo y burocracia política.

Fuente: PanamPost

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