Maduro pone a Diosdado Cabello al frente de la represión y persecución

Como muestra del atrincheramiento por parte del régimen chavista, Nicolás Maduro deja en manos de Diosdado Cabello todo el aparato de represión y persecución designándolo como ministro de Relaciones Interiores, Justicia y Paz. Así lo hizo saber mientras anunciaba otros cambios en su gabinete. Aunque Cabello dijo, en respuesta, que “Venezuela se encamina a la paz”, su nombramiento solo avizora mayores violaciones a los derechos humanos de todos los venezolanos que se ubiquen en la acera opositora.

Cabello no ocupaba ningún cargo ministerial desde el año 2010, cuando salió de la cartera de Obras Públicas. Actualmente solo ejercía como presidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), un puesto meramente partidista que evidenciaba cómo desde Miraflores le habían quitado poder en cuanto a toma de decisiones dentro del Ejecutivo. Ahora, de la noche a la mañana –y un día antes de las manifestaciones pacíficas convocadas por la líder de la oposición María Corina Machado contra el fraude electoral del 28 de julio– recibe el poder para controlar los organismos encargados de la seguridad: Policía Nacional Bolivariana (PNB), Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN) y el  Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC).

No solo eso, el número dos del chavismo también pasa a ser vicepresidente de Gobierno para la Seguridad Ciudadana, la Política y la Paz y a supervisar los servicios de identificación (que incluye documentos como pasaportes y partidas se nacimiento), de la Oficina Nacional Antidrogas y de los servicios de Protección Civil, debido a la decena de viceministerios y órganos adscritos a la cartera de Interior. Es el recrudecimiento de la dictadura y la mayor  muestra de que no hay intenciones de negociación para una transición pacífica.

Esta designación llegó acompañada de la ratificación de Vladímir Padrino López como ministro de Defensa, quien también ha estado al frente de la represión que se agudizó luego de las elecciones presidenciales del 28 de julio, multiplicando los presos políticos, muchos de los cuales –el mismo día de estos anuncios de Maduro– son trasladados a una de las mayores cárceles del país por haber participado en las manifestaciones contra el fraudulento resultado anunciado por el Consejo Nacional Electoral (CNE) que dio como ganador de los comicios a Nicolás Maduro sin totalización, sin actas y sin auditorías. Maduro también ratificó a Yván Gil como ministro de Relaciones Exteriores como premio a su “lealtad” al régimen tras romper relaciones con todos los países democráticos que sin titubeos desconocieron la supuesta reelección de Maduro.

Fuente: PanamPost