Jóvenes adictos a las drogas en Cuba: otra crisis que el régimen atribuye a EEUU

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El consumo y venta de drogas en Cuba se ha disparado en los últimos años, una tendencia que admite el mismísimo régimen castrista. La alarmante situación incluye a jóvenes entre 16 y 19 años involucrados en la distribución, mientras que su uso aumenta en escuelas secundarias y en aquellas destinadas a estudios preuniversitarios.

Con esto también llegan cambios en el tipo de consumo, pasando del alcohol y la marihuana al “químico”, relacionado con “47 % de los hechos registrados en lo que va de año”, según la prensa al servicio de la dictadura. Dicha droga se prepara con fármacos de bajo precio y, aunque se desconoce a ciencia cierta qué contiene además de una base de cannabis, se sospecha que es preparada con pastillas para la epilepsia, formol y anestesia para animales.

La situación es tan preocupante que menores de 13 o 14 años experimentan por primera vez las drogas en Cuba, de acuerdo con estimaciones del Centro de Salud Mental del municipio Centro Habana, mientras que adolescentes de octavo y noveno grados, así como de primero y segundo año de la Enseñanza Técnico-Profesional, sirven de dealers. Sin embargo, lejos de asumir completamente la responsabilidad por políticas antidrogas fallidas en medio de una grave crisis económica, el régimen prefiere culpar a la diáspora.

La adicción empeora con la crisis económica
Desde el Ministerio del Interior (MININT) responsabilizan a cubanos residentes en el exterior por la situación y por hacer llegar las drogas “a través de la vía aérea, con el empleo de pasajeros, cargas y envíos postales, combinando modos de operar y enmascarar tradicionales con otros novedosos, así como la triangulación de operaciones”, indica una reseña de Cibercuba. Sumado a eso, mencionan a Estados Unidos como el principal origen de las drogas.

Lo que este ministerio evita mencionar es que la crisis económica en Cuba golpea a todos los sectores de la sociedad, degradando no solo los servicios públicos, sino también el poder adquisitivo de las familias y, por ende, la calidad de vida de los jóvenes, quienes se encuentran en el 89 % de pobreza extrema que identificó este año el Observatorio Cubano de Derechos Humanos.

La crisis alimentaria es el principal problema social con 72 %. Eso provoca que siete de cada diez cubanos “han tenido que dejar de desayunar, almorzar o cenar debido a la falta de dinero o a la escasez de alimentos. Solamente 15 % ha podido realizar las tres comidas diarias sin interrupción”. Aunque no hay un estudio que relacione directamente esas cifras con el aumento de consumo de drogas en Cuba, sí se explicaría por qué los jóvenes caen en la venta de estupefacientes en la isla para conseguir ingresos.

El peligroso “químico”
Respecto al popular “químico”, desde el MININT detallan que existen distintas formas de presentación y expendio. En Cuba han identificado 45 tipos de los 250 que circulan a nivel mundial. Un abanico tan grande de opciones que genera mayor adicción.

Un chico de 23 años llamado Josué describió la sensación al consumirlo: “Es como un golpe de energía que me llena de calambres todo el cuerpo. Hay un momento que solo siento como late el corazón y se me tapan los oídos. A muchos les provoca caminar rápido, pero a mí me da por ir lento”. El efecto dura unos 10 minutos y luego una resaca de otros 20, recordando los efectos del fentanilo por videos que han trascendido de quienes lo consumen.

El tipo de drogas que se consumen en Cuba dependen del poder adquisitivo. “El que tiene dinero compra cocaína, la clase media va por la marihuana y ‘el químico’ es lo que queda para los pobres”. Pero desde el régimen, a pesar de reconocer las oscuras estadísticas, culpan a la diáspora por una problemática que surge en medio de una crisis económica a manos de la dictadura.

Fuente: PanamPost

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