¿Cómo sigue la carrera presidencial tras el atentado contra Trump?

MUNDOAgencia 24 NoticiasAgencia 24 Noticias
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El atentado sufrido por Donald Trump en un mitin en Pensilvania el sábado ha conmocionado, como era de esperarse, no solo a Estados Unidos sino a todo el mundo. Y no es para menos. Esta no es una elección más en el país más poderoso del planeta: está en juego el futuro de la humanidad y hay claramente dos modelos en pugna.

Las imágenes del tiroteo en el Butler Farm Show en la ciudad de Butler son impactantes, pero particularmente hay una toma que sintetiza esta batalla que tendrá su definición en las urnas el 5 de noviembre próximo.

Esta foto representa la pelea que se está viviendo en este momento. Arriba, la bandera de EE. UU., símbolo de la libertad y los valores occidentales, al revés y en caída; desde abajo, el principal defensor de ese mundo libre que se resiste a ceder ante el avance de la hegemonía globalista-progresista.

Trump representa las bases que hicieron grande a Occidente: la defensa de las libertades fundamentales del ser humano, como la de expresión y de creencia; la soberanía de las naciones sobre los organismos supranacionales; y la preservación de la cultura tradicional como brújula moral de la sociedad.

El líder del movimiento MAGA (sigla en inglés de “Hacer Grande a Estados Unidos Nuevamente”) es una “piedra en el zapato” del marxismo cultural, la omnipresencia de las Naciones Unidas y organismos relacionados, el corporativismo globalista progresista encarnado en el Foro de Davos (donde confluyen industrias tan poderosas como la farmacéutica, la armamentística y la del entretenimiento, entre tantas otras) y, por supuesto, la izquierda tradicional (cuyas cara más visible e influyente es el Partido Comunista Chino).

Todos estos intereses están (o al menos hasta hace poco estaban) detrás de la candidatura del presidente demócrata Joe Biden. La farsa del juicio contra Trump por “dinero secreto”, cuestionado incluso por juristas que simpatizan con los liberales, buscó sacar de carrera al candidato republicano que despertaba (y despierta) cada vez más entusiasmo en el común de la población estadounidense, que ve cómo la inmigración ilegal y la inflación están socavando su estándar y sus modos de vida.

Pero el desarrollo del juicio no resultó como el establishment estadounidense esperaba: a pesar del veredicto del jurado (que lo encontró culpable de los 34 cargos que se le imputaban), el apoyo al magnate de 78 años prácticamente no se movió. Esta situación puso aún más nervioso a los intereses detrás de Biden, quienes terminaron de implosionar tras el pésimo desempeño de este en el debate presidencial que tuvo lugar el pasado 27 de junio.

Desde entonces, se han movido las fichas, como hace mucho no se veía, en el Partido Demócrata. Desde uno y otro lado del partido buscaron bajar la candidatura de Biden e impulsar otras alternativas, pero no funcionó. No solo el veterano dirigente de 81 años, con claros signos de dificultades cognitivas, no se bajó de la contienda sino que tampoco surgió una figura interna o externa capaz de reemplazarlo (ya sea la vicepresidente Kamala Harris, el gobernador de California Gavin Newsom o la ex secretaria de Estado Hillary Clinton).

En paralelo a este proceso, las encuestas vienen demostrando el crecimiento de la figura de Donald Trump quien, ante el caos que reina en las filas demócratas, ya se viene mostrando como “presidente” y un dirigente capaz de encarrilar a la nación. La ventaja entre el candidato republicano y su alicaído rival se viene acrecentando y, a la vez, son cada vez más los demócratas que se preguntan cómo haría Biden para, no solo ganar el próximo debate, sino para gobernar cuatro años y medio más.

En este marco es que el atentado contra Trump, que aunque parezca obvio vale aclararlo: buscaba su muerte, no parece ser casual. Si bien no se puede saber a ciencia cierta hoy, y capaz nunca lo sabremos, quién estuvo detrás del atentado, a juzgar por lo expuesto, es evidente de que hay muchos poderes fácticos que se sienten muy amenazados por la posibilidad, cada vez más certera, de que el candidato republicano vuelva a la Casa Blanca.

Sin embargo, el plan falló: milagrosamente, Donald Trump sobrevivió a un disparo que, por milímetros, no le impactó en la cabeza. Sus rápidos reflejos hicieron que el resto de la ráfaga de balas erraran su objetivo.

Antes de salir del escenario, rodeado por el Servicio Secreto y con sangre en el rostro, Trump gritó a la multitud: “¡Peleen! ¡Peleen!”. Por eso, lejos de lo que sus verdugos buscaban, el líder patriota y conservador seguirá en carrera y sus leales partidarios seguramente lo acompañaran.

En cuanto a la opinión pública, es de esperarse que este trágico hecho no haga más que fortalecer la imagen positiva de Trump, sobre todo entre los votantes independientes, que -es de esperarse- se solidaricen con la víctima. Como se suele decir, un auténtico efecto boomerang contra los victimarios. En cuanto a la figura de Trump, como también se dice popularmente y esta vez de forma literal: lo que no te mata, te fortalece.

CON INFORMACION DE MDZOL.COM

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