Por qué los demócratas se oponen a pedir prueba de ciudadanía para votar

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La Ley de Protección de la Elegibilidad de los Votantes Estadounidenses (SAVE Act, por sus siglas en inglés) está siendo votada en la Cámara de Representantes. La norma tiene el propósito de exigir una prueba documental de ciudadanía para votar por el presidente y miembros del Congreso. De esta manera, los republicanos que la propusieron conseguirían añadir otro nivel de seguridad para las elecciones federales de noviembre, en las que Joe Biden aspira a la reelección por los demócratas frente al expresidente Donald Trump.

Pero no todos están contentos con que esta ley sea aprobada por la Cámara baja, de mayoría republicana. Medios progresistas de EE. UU. repiten una y otra vez que la votación de migrantes, incluyendo los ilegales, es un fenómeno “poco común” que ya está prohibido y que la propuesta de legislación es “innecesaria”. Otros, como The New York Times, añaden que el fin es “avivar la desconfianza en las leyes y la infraestructura electoral del país”.

Pero tanto rechazo no hace más que levantar sospechas ante la crisis migratoria que azota a EE. UU. bajo la mirada pasiva de la Administración Biden. Solamente en el año fiscal 2023 se registraron 2,4 millones de cruces irregulares, sin mencionar los 2,3 millones del período anterior, según cifras oficiales. La previsión es que la propuesta de ley sea rechazada posteriormente por la mayoría demócrata en el Senado.

¿Ensayo demócrata en Washington?
Surge la duda de por qué este partido se opone a la ley SAVE. Sumado a eso, algunos demócratas aseguran que “se erigirían obstáculos costosos, innecesarios y abrumadores para registrarse para votar para todos los ciudadanos”, como dijo Judy Chu, presidente del Caucus Asiático-Pacífico Estadounidense. Ante esa aseveración, es necesario ahondar en el asunto para entender por qué los demócratas rechazan la propuesta.

Hay precedentes de no ciudadanos participando en elecciones locales, como se les permite hacer en Washington, DC. Por primera vez, más de 500 residentes no ciudadanos del distrito pudieron elegir a representantes del Consejo en junio pasado. Casualmente, 310 se registraron como demócratas, 169 independientes, solo 28 republicanos y 16 verdes, según The Washington Post. ¿Casualidad? Puede que no.

A juicio del representante federal Bryan Steil, republicano por Wisconsin, los demócratas “quieren utilizar el voto de los no ciudadanos en las elecciones locales, actualmente permitido en un puñado de estados, como una ‘placa de Petri’ para hacer pruebas en el pueblo estadounidense”.

El rechazo de la Casa Blanca
Ante todo esto, es válido preguntarse si el discurso de puertas abiertas de Joe Biden y Kamala Harris durante la campaña de 2020, no solo tenía la intención de ganarse la simpatía de los millones de migrantes que terminaron cruzando más tarde, sino que tendría otras intenciones que puedan verse reflejadas en la urnas.

Respecto al proceso en sí, los votantes en EE. UU. pueden simplemente “marcar una casilla en el formulario federal para confirmar que son ciudadanos estadounidenses, según la Ley Nacional de Registro de Votantes de 1993”, explica The Federalist. A eso, el medio añade que a pesar del sistema vigente, “los demócratas saben que es difícil rastrear las declaraciones falsas de ciudadanía”.

Por eso resuena la afirmación que el senador republicano Mike Lee hace en X: “La ley SAVE impediría que los no estadounidenses voten ilegalmente, protegiendo los votos de los ciudadanos estadounidenses. La única razón para oponerse es porque se quiere que los no estadounidenses voten ilegalmente”, escribió.

Y en efecto, la Casa Blanca emitió un comunicado donde “se opone firmemente” al proyecto de ley, aseverando que el presidente Joe Biden lo vetaría si llegara a su escritorio.

Fuente: PanamPost

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