El verdadero fascismo en Venezuela: ¿Conviasa es del Estado o del PSUV?

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La izquierda, por ignorancia o mala intención –tal vez un poco de ambas– suele hacer uso de conceptos ideológicos de manera totalmente errada. Es así como desde ese espacio político se ha hecho habitual calificar como “fascista” o “facho” a todo aquel que exprese ideas contrarias al socialismo. Venezuela no ha sido la excepción. De hecho, bajo el régimen chavista se han llevado estas falacias conceptuales a otro nivel, al punto de haberse aprobado en primera discusión la insólita Ley contra el Fascismo, Neofascimo y Expresiones Similares, en la Asamblea Nacional dominada por el oficialismo. Pero irónicamente, en Venezuela, donde se legisla contra el fascismo, se ha cometido un acto fascista por parte de quienes dicen combatirlo.

El fin de semana se viralizó en las redes sociales un video donde un empleado de la aerolínea estatal Conviasa agrede verbalmente al candidato presidencial de la opositora Plataforma Unitaria, Edmundo González, por volar con esta compañía para participar en un acto de campaña en el estado Barinas (cuna del chavismo) cuando –según el confundido trabajador– al rival de Nicolás Maduro en las elecciones presidenciales del próximo 28 de julio debería darle “vergüenza” usar una empresa del Estado para trasladarse, pese a que estaba pagando su boleto como cualquier cliente. Aún se desconoce si el dictador cubano, Miguel Díaz-Canel, paga por el uso de un avión venezolano de esta aerolínea para sus giras al exterior.

Más allá de la decisión de la campaña opositora de enviar en Conviasa al exdiplomático de 74 que representa a María Corina Machado en el tarjetón electoral, lo cual es parte de otra discusión, lo lamentable del episodio es que para este empleado se haya normalizado confundir impunemente Estado con gobierno y partido. Y aunque en Venezuela se pretenda institucional de manera errada que el fascismo es “la postura ideológica basada en motivos de superioridad racial”, según el mencionado proyecto de ley, lo que esta persona ha cometido es un acto de fascismo puro.

El fascismo siempre ha sido de extrema izquierda
“Todo dentro del Estado, nada fuera del Estado”, fue la máxima con la que Benito Mussolini instauró el fascismo como la forma de gobierno de un movimiento totalitario. El político italiano que militó en las filas del Partido Socialista se alió con el filósofo Giovanni Gentile para establecer la “doctrina del fascismo” cuando rompió con los socialistas tradicionales para proponer una visión más nacionalista de esa ideología en la que se formó. Incluso Gentile llegó a declarar que “el fascismo es una forma de socialismo”, estaba en contra del individualismo y planteaba eliminar la frontera entre lo público y lo privado. De más está recordar que se inspiró en pensadores como Hegel, Nietzsche y el propio Marx.

En la Ley contra el Fascismo, Neofascimo y Expresiones Similares que se tramita en Venezuela se pretende imponer equivocadamente que son “rasgos comunes a esta postura” “el racismo”, “el clasismo”, “el conservadurismo moral” y el “neoliberalismo”. Es por esto que, apelando al descalificativo de “neoliberal” –que en la práctica no existe porque ningún liberal se identifica de esa manera–, Nicolás Maduro se atreve a llamar “fascista” al presidente de Argentina, Javier Milei, cuando sus ideas y su programa de gobierno van en la dirección totalmente opuesta al promover reducir al mínimo el Estado, lo que se corresponde más bien con el minarquismo o el anarcocapitalismo.

La normalización del fascismo en Venezuela
En la acera opuesta a la defensa de la libertad individual y la reducción del Estado se encuentra el fascismo, donde el Estado se expande indiscriminadamente en poder y número de ministerios y organismos para sustituir al sector privado como principal empleador, llegando a instaurar un pensamiento fascista, donde se olvide que, por ejemplo, en el caso de Venezuela, el Estado existe desde la creación de la República y seguirá existiendo mientras exista Venezuela como nación, independientemente del gobierno o el partido de turno en el poder, para hacer creer que el Estado, el gobierno y el partido son lo mismo.

Cabe preguntarse entonces si este empleado de Conviasa, cuando reclama a un dirigente opositor por volar en la aerolínea estatal pagando su boleto, cree equivocadamente que la compañía pertenece al Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), que no es más que el partido del gobierno de turno, que es temporal, y no al Estado como entidad política y jurídica, que es permanente.

Fuente: PanamPost

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